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5 poemas de Karin Boye

5 poemas de Karin Boye

Karin Boye nació en Gotemburgo en 1900 y se quitó la vida cerca de Alingsås en 1941. En 1918 conoció a Anita Nathorst, uno de los grandes amores de su vida. Estudió en la Universidad de Uppsala (1921-1926) y en la de Estocolmo (1928). Trabajó como profesora en Motala en 1929 y en la escuela de Viggbyholm en 1936-38, fue miembro del consejo editorial de la revista Spektrum en 1931-32 y colaboradora del periódico Arbetet en 1932-1933. En 1922 publicó su primer libro de poemas, Nubes, al que siguieron en 1924 Tierras ocultas y en 1925 Los fogones. En 1932 viajó a Berlín para someterse a psicoanálisis; allí conoce a Margot Hanel, su segundo gran amor. En 1940 publicó su novela distópica Kallocaína. Póstumamente se publicó su poemario Los siete pecados capitales (1941). La poesía de Karin Boye refleja una lucha interior implacable y apasionada entre el deber y las pasiones, la realidad y el deseo, la idea y la vida. Una lucha abordada desde las profundidades del alma, desde el inconsciente y el símbolo. Su verso pasó de ser clásico, sencillo y claro, a libre, refinado y complejo, abordando grandes temas como el amor, la muerte, el paso del tiempo, la eternidad y la relación con la naturaleza.   

Zenda reproduce cinco poemas de su importante obra que acaba de publicar la editorial santanderina El Desvelo, cuya edición literaria y traducción se debe a Jesús García.

***

A la belleza

Cuando nuestros dioses caen
y estamos solos en medio de las ruinas,
sin suelo ya para nuestros pies,
como esferas en el espacio,
entonces te vislumbramos un instante a ti, alta Belleza.
Entonces, sólo entonces,
tan estricta como el fuego nos lanzas palabras de consuelo:
«Aunque todo caiga, yo permanezco».
¡Oh quédate, quédate, tú sagrada,
y salva mi alma
de la mentira de una pena sin medida!

***

Si esta vida es la única…

¡Si esta vida es la única…!
Oh estas horas tan cortas…
Una hora, ¡cuánto puede dar de sí una hora!
Los hondos manantiales de los que aún no ha bebido nadie,
las inmensidades de luz que nadie ha sondeado,
esperan tras nuestro destino.
Y nosotros dormitamos, indolentes, en la cobardía.
Oh estas horas tan cortas…
¡Tú, mundo de posibilidades ocultas,
tú, Dios en devenir,
danos valentía y devoción,
una voluntad pura,
e invítanos a la aventura del espíritu!

***

Dedicatoria (6)

Todo, todo lo que yo poseía
era más tuyo que mío.
Todo lo más hermoso que yo quería
era tuyo, tuyo, tuyo.
Hablé contigo en voz alta
de lo que nadie en el mundo sabe.
En infinitos caminos
fuiste mi soledad.
Cada vez que yacía yo despierta en la noche
y no pensaba en nada,
te respiraba, te sentía a ti, a ti.
Estabas alrededor.
La vida es algo sin vida
si tú no estás allí.
El mundo es una inmensa cáscara
sin ninguna semilla dentro.

***

Mi piel está llena de mariposas

Mi piel está llena de mariposas, de alas de mariposas;
revolotean sobre los campos y disfrutan de su miel
y vuelven aleteando a casa y mueren en pequeños y tristes espasmos,
y ni un solo grano de polen perturban sus pies ligeros.
Para ellas existe el sol, caliente, inmensurable, más antiguo que el tiempo mismo…
Pero bajo la piel y la sangre y dentro de mi médula
se mueven pesada, pesadamente águilas marinas capturadas,
de anchas alas, que nunca dejan escapar su presa.
¿Cómo sería vuestro tumulto, alguna vez, en la tormenta primaveral del mar?
¿Cómo sería vuestro grito si el sol pusiera al rojo vivo sus ojos amarillos?
¡Cerrada está la gruta! ¡Cerrada está la gruta!
Y entre las garras se retuercen, blancas como plantas de un sótano,
mis más íntimas fibras.

***

Eres la resurrección de mi alma

Eres la resurrección de mi alma
al éxtasis de la realidad:
que el aire me toque, caliente como el fuego,
y aparezca como un mar de cristal
o la fuerza de mis ojos,
que los adormecidos perciban
cómo todos los colores se extienden, llameando,
en un ebrio fulgor.
Eres la fortaleza de mi voluntad,
me das una fuerza
para esperar y para actuar
como nunca había tenido.
Sí, el hambre de mi mente,
que me instiga y me persigue,
está ahí para proporcionarte
cada día un regocijo.
Eres la madurez de mi vida.
Me haces estar completa.
Desde mi pasado se reúne ahora
cada fibra, cada mínima parte.
Por cien caminos distintos
he caminado y buscado.
Ahora se encuentran. Hacia ti
he vivido.

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Autora: Karin Boye. Traductor: Jesús García. Título: Poesía. Editorial: El Desvelo. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

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