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5 poemas de ‘Las nubes se levantan’, de Daniel Fernández Rodríguez

5 poemas de ‘Las nubes se levantan’, de Daniel Fernández Rodríguez

Las nubes se levantan (Pre-Textos, 2022), libro ganador de la XXII edición del premio Emilio Prados, es el segundo poemario de Daniel Fernández Rodríguez, autor asimismo de Las cosas en su sitio (Premio Antonio Colinas, La Isla de Siltolá, 2018). En esta nueva entrega, el poeta barcelonés ahonda en los temas que le son más gratos, que van de la familia a los libros, de la memoria a las labores filológicas. Las nubes se levantan propone así un viaje envuelto en nostalgia contenida, pero salpicado de ironía y desenfado, que visita tanto los juguetes de la infancia como los versos de Lope de Vega o las llanuras del Cid, sin perder nunca el anclaje en la vida cotidiana. Daniel Fernández Rodríguez, en fin, logra emocionarnos con las cosas grandes y pequeñas, las suyas y las de todos nosotros.

Zenda comparte cinco poemas del libro.

***

Cumpleaños

Daniel, déjalo estar,
no volverás sobre tus pasos.
Los cromos, las pinturas y los Lego,
la Game Boy, los muñecos y los cómics
prefieren otras manos.

A ti sólo

te queda comerciar con la memoria
el oro de la infancia,
o resignarte a la virtud
—ingrata y noble, como todas—
del olvido.

***

Poema de amor
(correspondido a medias algún sábado)

Si yo fuera un mosquito,
no me daría el gusto de picarte,
así tu dulce sangre me embriagara
durante largas noches en tus brazos.
Me apostaría en cambio entre tus muebles
y me dedicaría a contemplar
eternamente —o sea,
cerca de una semana (lo que, dicen,
vive un díptero macho del montón)—
tus berrinches, bostezos y ronquidos,
tus pataletas, lágrimas y gases,
y todas esas cosas que me pierdo
por ser, entre las miles de criaturas
que habitan este mundo innumerable,
precisamente el tipo que te gusta.

***

Pardal

A mi padre

Hay un pardal en el camino
que silba aquella dulce melodía
que me acompaña los domingos
y muere un día solo sin que nadie
sepa que muere junto al río,
y al otro día canta —pío, pío—
cualquier otro pardal.

***

De los sos ojos

«Besole la boca    e los ojos de la cara»

Cantar de mio Cid

Tú y yo a caballo, amor, en las llanuras
del Cid y de Álvar Fáñez y Vermúez;
en la olorosa huerta de Valencia,
frente al mar de la brisa y los cautivos;
en altos robledales solitarios
donde las ramas pujan con las nubes;
en Alcocer, en Castejón, en tierra
manchada por la sangre de los otros;
en las vencidas márgenes del Duero
cuyas aguas reflejan tu armadura;
en la mañana prieta, bajo el sol
sudoroso o en lenta trasnochada;
tú y yo a caballo, amor, en las llanuras
besándonos la boca fuertemente
y los ojos que ahora sólo lloran.

***

La lluvia de hace un rato

Qué cosa: escribir versos
para vivir mejor, para entender
un poco más tal vez la lluvia de hace un rato,
para estar tristes cuando así conviene,
o para que nos lean
justo antes de dormir,
y todo nuestro amor,
nuestra alegría y nuestras penas sean
no más que un mar allá a lo lejos,
adormilado y familiar y tibio,
como tormentas de verano en una noche
desde un apartamento confortable
con muebles algo viejos y cansados.

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Autor: Daniel Fernández Rodríguez. Título: Las nubes se levantanEditorial: PreTextos. Venta: TodostuslibrosAmazonFnac y Casa del Libro.

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