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5 poemas de Óscar Hahn

5 poemas de Óscar Hahn

Poeta, ensayista y crítico chileno. Integrante de la generación de 1960. A continuación, puedes leer 5 poemas de Óscar Hahn. 

En una estación del metro

Desventurados los que divisaron
a una muchacha en el Metro

y se enamoraron de golpe
y la siguieron enloquecidos

y la perdieron para siempre entre la multitud

Porque ellos serán condenados
a vagar sin rumbo por la estaciones

y a llorar con las canciones de amor
que los músicos ambulantes entonan en los túneles

Y quizás el amor no es más que eso:

una mujer o un hombre que desciende de un carro
en cualquier estación del Metro

y resplandece unos segundos
y se pierde en la noche sin nombre

Ningún lugar está aquí o está ahí

Ningún lugar está aquí o está ahí
Todo lugar es proyectado desde adentro
Todo lugar es superpuesto en el espacio

Ahora estoy echando un lugar para afuera
estoy tratando de ponerlo encima de ahí
encima del espacio donde no estás
a ver si de tanto hacer fuerza si de tanto hacer fuerza
te apareces ahí sonriente otra vez

Aparécete ahí aparécete sin miedo
y desde afuera avanza hacia aquí
y haz harta fuerza harta fuerza
a ver si yo me aparezco otra vez si aparezco otra vez
si reaparecemos los dos tomados de la mano
en el espacio
donde coinciden
todos nuestros lugares

Gladiolos junto al mar

Gladiolos rojos de sangrantes plumas
lenguas del campo llamas olorosas:
de las olas azules amorosas
cartas os llegan: pálidas espumas

Flotan sobre las alas de las brumas
epístolas de polen numerosas
donde a las aguas piden por esposas
gladiolos rojos de sangrantes plumas

Movidas son las olas por el viento
y el pie de los gladiolos van besando
al son de un suave y blando movimiento

y en cada dulce flor de sangre inerte
la muerte va con piel de sal entrando
y entrando van las flores en la muerte

Escrito con tiza

Uno le dice a Cero que la nada existe
Cero replica que uno tampoco existe
porque el amor nos da la misma naturaleza

Cero mas Unos somos Dos le dice
y se van por el pizarrón tomados de la mano

Dos se besan debajo de los pupitres
Dos son Uno cerca del borrador agazapado
y Uno es Cero mi vida

Detrás de todo gran amor la nada acecha.

Cafiche de la muerte

Cómo carne de cóndores hirvientes
o de tordos quemados como cresta
del rojo al negro se cambió la fiesta
y en silencio se fueron los clientes.
Se nos vació no más todo el prostíbulo
se vaciaron las camas y los bares
y todas las que estábamos de a pares
sollozamos de a una en el vestíbulo.
Por el pasillo viene la señora
siempre tan maternal siempre a la hora
con su taza de té y un trago fuerte.
Para qué te moriste desgraciado.
Mira mi pobre cuarto desolado
tipo traidor: cafiche de la muerte.

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Fernando A. Oriz C,
Fernando A. Oriz C,
1 año hace

DE LA ADMIRABLE PINTURA DE MANTEGNA 1

Autor: Fernando A. Ortiz C.
(Poema premiado en el concurso “Poesía en Viaje 2020”, convocado por Parque del Recuerdo)

De la admirable pintura de Mantegna
a Lihn le interesó el león
que a los pies del santo2 reposaba.
Estaba Lihn en medio del camino,
más bien al centro de la vida,
interrogándose la muerte.

Mas yo, que aún no he sido condenado,
veo de manera distinta la singular escena:
llaman mi atención las columnas
de piedra tras el santo, inescrutables,
y sobre ellas el soberbio
capitel del templo.

Maravíllanme, igualmente,
los árboles erguidos, la ciudad lejana:
la muerte que olfatea y se inmiscuye
en la tenue luz de los contrastes.

Por eso, mientras podamos admirar
un hermoso cuadro como éste,
o bien, imaginando, una mujer
más bella que todos
los cuadros del mundo,
para qué dolernos, digo,
para qué precipitarnos:
desempaquemos nuestro equipaje
porque aún no es nuestro turno

(Volviendo al cuadro de Mantegna
confieso que he omitido un paradigma:
ni Lihn ni yo nos percatamos
de la cruz abatida por el viento)

1. Andrea Mantegna (1431-1506) pintor del Quatrocento italiano.
2. San Jerónimo (374-420), padre y doctor de la Iglesia, en su período de anacoreta.