Inicio > Poesía > 5 poemas de Rimbaud

5 poemas de Rimbaud

5 poemas de Rimbaud

Según su teoría, el poeta debía vivirlo todo, sufrirlo todo, y así lo hizo. Murió joven, pero su poesía consiguió influir a literatos, músicos y artistas posteriores. A continuación puedes leer 5 poemas de Rimbaud.

El corazón de Rimbaud

¡Mi triste corazón babea a popa,
mi corazón que colma el caporal
y me vierten en él chorros de sopa,
mi triste corazón babea a popa:
con las bromas sangrientas de la tropa
que brama un carcajeo general,
mi triste corazón babea a popa,
mi corazón que colma el caporal!

Itiofálicos y soldadinescos
sus chistes sangrientos lo han depravado;
y de noche componen unos frescos
itiofálicos y soldadinescos.
¡Oleajes abracadabrantescos
llevadme el corazón, que sea lavado!
Itiofálicos y soldadinescos
sus chistes sangrientos lo han depravado.

Cuando se agoten sus chimós gargálicos
¿cómo vivir, oh corazón robado?
llegarán con sus estribillos báquicos;
cuando se agoten sus chimós gargálicos
sentiré sobresaltos estomáquicos,
yo, el del corazón despedazado.
Cuando se agoten sus chimós gargálicos
¿cómo vivir, oh corazón robado?

El mal

Mientras que los gargajos rojos de la metralla
silban surcando el cielo azul, día tras día,
y que, escarlata o verdes, cerca del rey que ríe
se hunden batallones que el fuego incendia en masa;

mientras que una locura desenfrenada aplasta
y convierte en mantillo humeante a mil hombres;
¡pobres muertos! sumidos en estío, en la yerba,
en tu gozo, Natura, que santa los creaste,

existe un Dios que ríe en los adamascados
del altar, al incienso, a los cálices de oro,
que acunado en Hosannas dulcemente se duerme.

Pero se sobresalta, cuando madres uncidas
a la angustia y que lloran bajo sus cofias negras
le ofrecen un ochavo envuelto en su pañuelo.

Primera velada

Desnuda, casi desnuda;
y los árboles cotillas
a la ventana arrimaban,
pícaros, su fronda pícara.

Asentada en mi sillón,
desnuda, juntó las manos.
Y en el suelo, trepidaban,
de gusto, sus pies, tan parvos.

-Vi cómo, color de cera,
un rayo con luz de fronda
revolaba por su risa
y su pecho -en la flor, mosca,

-Besé sus finos tobillos.
Y estalló en risa, tan suave,

risa hermosa de cristal.
desgranada en claros trinos…

Bajo el camisón, sus pies
-¡Basta, basta!» -se escondieron.
-¡La risa, falso castigo
del primer atrevimiento!

Trémulos, pobres, sus ojos
mis labios besaron, suaves:
-Echó, cursi, su cabeza
hacia atrás: «Mejor, si cabe…!

Caballero, dos palabras…»»
-Se tragó lo que faltaba
con un beso que le hizo
reírse… ¡qué a gusto estaba!

-Desnuda, casi desnuda;
y los árboles cotillas
a la ventana asomaban,
pícaros, su fronda pícara.

Mi bohemia

Fantasía)

Me iba, con los puños en mis bolsillos rotos…
mi chaleco también se volvía ideal,
andando, al cielo raso, ¡Musa, te era tan fiel!
¡cuántos grandes amores, ay ay ay, me he soñado!

Mi único pantalón era un enorme siete.
––Pulgarcito que sueña, desgranaba a mi paso
rimas Y mi posada era la Osa Mayor.
––Mis estrellas temblaban con un dulce frufrú.

Y yo las escuchaba, al borde del camino
cuando caen las tardes de septiembre, sintiendo
el rocío en mi frente, como un vino de vida.

Y rimando, perdido, por las sombras fantásticas,
tensaba los cordones, como si fueran liras,
de mis zapatos rotos, junto a mi corazón.

Los cuervos

Señor, cuando los prados están fríos
y cuando en las aldeas abatidas
el ángelus lentísimo acallado,
sobre el campo desnudo de sus flores
haz que caigan del cielo, tan queridos,
los cuervos deliciosos.

¡Hueste extraña de gritos justicieros
el cierzo se ha metido en vuestros nidos!
A orilla de los ríos amarillos,
por la senda de los viejos calvarios,
y en el fondo del hoyo y de la fosa,
dispersaos, uníos.

A millares, por los campos de Francia,
donde duermen nuestros muertos de antaño,
dad vueltas y dad vueltas, en invierno,
para que el caminante, al ir, recuerde.
¡Sed pregoneros del deber, ¡Oh nuestros
negros pájaros fúnebres!

Santos del cielo, en la cima del roble,
mástil perdido en la noche encantada,
dejad la curruca de la primavera
para aquél que en el bosque encadena,
bajo la yerba que impide la huida,
la funesta derrota.

4.4/5 (201 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

6 Comentarios
Antiguos
Recientes Más votados
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios
Pablo75
Pablo75
2 años hace

¿De quién son las traducciones catastróficas?

Pablo75
Pablo75
2 años hace

¿De quién son las traducciones?

Elsa rodriguez
Elsa rodriguez
2 años hace

Estoy leyendo la vida de Fernand Legros. Hace mencion allí de un soneto de Arthur Rimbeau
Disculpen Uds la indiscreción se trata de El soneto del agujero en el culo. He leído a Rimbeau en francés jamás lo he visto
Obviente se trata de la filosofía del absurdo quiero creer.Puede alguien comentarme al respecto?

Pablo75
Pablo75
1 año hace
Responder a  Elsa rodriguez

L’Idole

Sonnet du Trou du Cul

Obscur et froncé comme un oeillet violet
Il respire, humblement tapi parmi la mousse
Humide encor d’amour qui suit la fuite douce
Des Fesses blanches jusqu’au coeur de son ourlet.

Des filaments pareils à des larmes de lait
Ont pleuré, sous le vent cruel qui les repousse,
À travers de petits caillots de marne rousse
Pour s’aller perdre où la pente les appelait.

Mon Rêve s’aboucha souvent à sa ventouse ;
Mon âme, du coït matériel jalouse,
En fit son larmier fauve et son nid de sanglots.

C’est l’olive pâmée, et la flûte caline,
C’est le tube où descend la céleste praline :
Chanaan féminin dans les moiteurs enclos !

Arthur Rimbaud

Myrna Beltran
Myrna Beltran
10 meses hace
Responder a  Pablo75

Oscuro y fruncido como un clavel morado,
respira, abrigado entre el musgo humildemente,
húmedo aun del amor que fluye lentamente
por sus blancas nalgas hasta su borde orlado.

Filamentos parecidos a lágrimas de leche
lloraron, rechazados por la ventisca monstruosa,
cruzando pequeños coágulos de lodo rosa
hacia donde la vertiente los llama a perderse.

Mi Sueño se ha unido a menudo a su ventosa;
mi alma, del coito material anhelosa,
lo hizo su lagrimal y de sus llantos morada.

Es el olivo desmayado, y la flauta mimosa;
es el tubo en que descienden golosinas gloriosas:
¡Canaán femenina entre humedades aislada!

Alfonso
Alfonso
4 meses hace

Poned el poema Democracia, acierta hasta hoy.
Un saludo