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7 poemas de Julieta Valero

Foto: Piliuca Villalaín.

Julieta Valero es una poeta, narradora y gestora cultural nacida en Madrid en 1971. Es autora de los poemarios Altar de los días parados (Madrid, Bartleby, 2003), Los Heridos Graves (Barcelona, DVD, 2005, IV Premio De Poesía Radio Joven de RNE-R3; edición digital: Musa a las 9, 2014), Autoría (Barcelona, DVD, 2010, XXII Premio de Poesía Cáceres Patrimonio de la Humanidad y Premio Ausiás March 2010), Que concierne (Vaso Roto, 2015, elegido como uno de los tres mejores poemarios del año por El cultural y ABC.es), Los tres primeros años (Vaso Roto, 2019, seleccionado como uno de los mejores libros de poemas del año por El Mundo) y Mitad (Vaso Roto, 2021). Es coautora también de un libro donde conviven imagen y prosa, La nostalgia es una revuelta. Las postales de Julieta Valero y Oleñka (Madrid, Tigres de Papel, 2017). En 2021 Caballo de Troya (Random House) publicó su primera novela Niños aparte (nominada en Francia al Premio a Mejor Primera Novela Lectures Plurielles). En 2018 se publicó una selección de su trabajo en traducción al italiano, I feriti gravi e altre poesie (Raffaelli Editore). En 2019 Was Betrifft (Que concierne), antología en alemán (Ludwig). En otoño de 2020 se publicó la antología 10 Contemporary Spanish Women Poets (Shearsmans Books, edt y trad por Terence Dooley). Actualmente se prepara la traducción al italiano de Los tres primeros años.

Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Complutense, ha desarrollado su actividad profesional en el mundo de la edición y la gestión cultural. Desde 2008 trabaja en la Fundación Centro de Poesía José Hierro (Comunidad de Madrid-Ayuntamiento de Getafe), que dirige desde 2018. Presentamos una selección de poemas de sus tres últimos libros.

***

PREVIO AL SOL

#spanishevolution

Desnudas de cintura para abajo, las jóvenes parejas aguardan en el patio a que el último se decida a salir. Quieren hablar del lugar de la vergüenza, sin duda la inmovilidad. Pero es que tras acotarla, madre, tras tirotear sus paredes, escribir una ópera a su costa, llegaron correos casi niños sobre caballos reventados: en sus manitas, ciertas razones comunales parecían cascabelear.

Qué del movimiento ahora, ese de nuestros saltos a piscinas bajo pérgolas amarillo juventud, amarillo indetectable desgracia: en tus narices doctoradas se produce un saqueo temporal y tú ni te enteras o bebes para tropezar delgadamente a la salida de tugurios en madrugada.

Trémulos de cintura para abajo, funcionarios de la fecundidad, vemos por el canal permanente a todos esos chicos del Sur. Han descubierto que una multitud tiene su centro en cada una de las partes. Colibrí inmune a las técnicas de interrogación.

Con plural de frío, vamos haciendo pan y vamos haciendo crítica: récord de paz sin enmiendas pero demasiados años de lactancia, demasiada oralidad. Hemos santificado la siesta, sí, pero ahora nuestros deseos se adelantan veinte décadas a la moral de quienes venían a arroparnos.

Sácate la escaramuza de la boca y piensa en formas del sonido que trasciendan la representación. Más arriba, digamos que en los fiordos del Mediterráneo, miles de hombres se afeitan sin apenas luz y añoran el mar. Andan demostrándose, demostrándonos, fabriles de sí.

La ministra de Trabajo llora al anunciar las nuevas medidas; en otro costado de la fontana barroca, el rostro del presidente se pone extrajudicial y legendario “Sí, lo hemos ejecutado; quien piense que no lo merecía es que tiene un problema mental”.

En red las instrucciones; también la posibilidad de errar. Unas monedas por tu espalda. Un FIN.

***

QUE CONCIERNE

Como si yo pudiera penetrar con la punta de algo que de verdad me duele,
atañe, así ponte tú en el sitio enfurecido de otro,
su abismo dulzón, su falta de plata, perdón, papeles.

Llevamos siglos considerando si un bebé, tú y yo
y contra todo pronóstico pactar con el futuro, tener peso, partir las últimas.
Calificaciones primaverales.

¿Aceptaríamos desbiografiarnos con ese peine duro?
Todo el encofrado de estos años preludio antes de ella, de él…

Mientras, por las calles y en los pasillos de la casa
políticos mostrencos entran y salen de nuestros días, distorsionan
la temperatura. No levantan la voz.
Nos obligan a congelar los restos de la confianza.

Bajo las señales de antiaéreos, su terror publicitado,
su graznido de ciudad costera sin mar, los amantes corren
a refugiarse en la casa, ponen el árbol de diciembre,
se conmueven en su tresillo con los males de la inmigración. Se quedan
muy a salvo, sin paradoja, sin analogía, sin lectores.

Los niños vienen de aquí; no de la ilusión del crecimiento
infinito; nunca del desprecio por el público sector.

***

ANUNCIACIÓN

Cuando nos hayamos diluido, y el último rastro de humedad y de afecto sobre nuestros retratos

cuando entonces

cuando esto

cuando los objetos no tengan a nadie que los reconozca o tú y yo seamos un libro y una caja china que ha inventado el silencio

el silencio como perfección del más doloroso de los gritos

cuando el olvido siga constituyendo al mundo como es su deber, su compost, su premura

seguirás de pie en nuestra cocina, escuchando a las cebollas, la frente perlada de generosidad y de viajes al centro de la Tierra. La mujer que le lee sus derechos a la belleza. Nuestro hijo ahí.

***

IN VITRO

Difícil de creer pero el cielo estará ahí las próximas tres horas y entre sí se multiplican las mujeres.

Para ser localizables: el júbilo de los laboratorios ronda las siete mil elipsis en 2013. Yoesotro resulta ser el propio cuerpo, ora tan sano que ni lo veías, ora y labora hoy bajo expectativas de naipe. Y después toca esperar.

No hay red social como Natura firmamentando la Internacional de los pocos, de los raros, en cuya mesa ikea de patronatos se hacen pequeños los bragueros y de todo dos cachorros que nadie desea regañar.

***

TRAER UN HIJO

al mundo pero ¿de qué estamos ha-

blando? gerundio lengua ¿traerlo en un cesto en la tripa en el bolso? ¿yo la tengo la llevo en su melocotón desarrollo en su respuesta solar sucesivísima en sus noches interruptas en su asomada de diente décimas habla y tú te la llevas cuando quieres por ahí / tus funcionarios bostezan? qué clase de acuerdo qué fe qué tahúr espíritu apetito sostendrá por sus lábiles pinzas la palabra calma… hay tatuajes sin tinta fondo de ojo gesto de pulmón como el sí que sí quiero de las abajo contratantes tapete verde a la belleza de mi envite mi all in nuestra siempre amenazada vida responde como la mujer el hombre que verla existir eso exigimos rogamos en las noches con bisagra celeste cumplimiento estratificación de células y dicha

***

[MADRE, yo en cuanto parábola]

Madre, yo en cuanto parábola
de algo que arrojaste fuera de ti, mi hija
en cuanto curva de mi envite

el trayecto nos describe nos hace hace
frío en ese vuelo peligra la cera
de la infancia en cuanto objeto del sol.

Madre, qué sabrás tú que aún no y para entonces cómo
te encuentro, sé tu número.
Linimento y fetal posición. No te preguntaré nada.

***

¿Qué te hace sufrir?
Lo irreal intacto en lo real devastado

RENÉ CHAR

(1)

La certeza de vida trajo
la certeza de muerte
un mismo acarreo que no es de contrarios es

(2)

lo que se vino en la gelatina aquella que
yo huí hacia adelante, que yo fui con el suelo.

(3)

La intemperie que esto es.
La casa que esto es.

Mi hija se pone de pie algo
como lava hacia el frío que le corresponde
parches de morfina en las piernas de mi madre
para que aguante la quinta rehabilitación
al amanecer yo corro bajo una
música que me segrega de los árboles.

Las tres vamos a desaparecer.

La resistencia que esto es.

(4)

Bien. Estoy consciente. Parece una herida pero
el ocio recupera también su dignidad. Unge de presente.

(5)

No somos de lo que queda somos
de lo perdido.

Haberlo entendido antes.

(6)

Pero entonces los charcos de dicha quién
son de mí. Su liquidez qué significa.

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Cristina
Cristina
1 año hace

Buenísima. Poeta

Reyna Varela
1 año hace
Responder a  Cristina

Su poesía, fragmentos a la deriva de un iceberg no fragmentos de un iceberg a la deriva