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El mágico realismo de Leticia Sánchez Ruiz

El mágico realismo de Leticia Sánchez Ruiz

El término cozy crime arrastra consigo una etiqueta que, en ocasiones, parece restarle seriedad frente a géneros “mayores”, parientes de la novela negra. “Cozy” significa “cómodo”, como si sus crímenes fueran amables, domésticos, casi de salón. Pero esta idea es engañosa. Para muchos lectores resulta paradójicamente confortable sumergirse en violencias estructurales pero que considera ajenas. Los thrillers con asesinos en serie o los escenarios marginales de la novela negra transcurren en contextos que le permiten observar el horror desde una distancia segura. Puede caer en la tentación de pensar como un entomólogo —“esto no sucede en mi barrio, ni con mi gente”— diluyéndose así toda pretensión de crítica social que trae asociada el género.

Por su parte, el buen cozy crime se adentra en espacios mucho más cercanos para este tipo de lector. Sus crímenes surgen en comunidades reconocibles, en conflictos familiares, en intereses económicos modestos o pasiones mal resueltas, y eso le toca más de cerca. No siempre es tan cozy cuando los personajes se parecen demasiado a nosotros, cuando podríamos encontrarlos por la calle y saludarles. Y ahí reside la fortaleza de El Club de la Niebla: Leticia Sánchez Ruiz no sólo nos presenta una intriga bien urdida, sino que nos muestra un espejo inquietante de la vida cotidiana. Nos invita a descubrir lo que se esconde tras las fachadas de la clase media provincial, a revelar de qué son capaces esas personas que creíamos conocer.

"Leticia Sánchez Ruiz construye aquí un misterio de tempos suaves, donde, tanto como las pistas, importa una atmósfera construida a través de iglesias, calles húmedas, cafés antiguos..."

El enigma: un peculiar club de lectura ovetense fue el último en ver con vida al célebre escritor chileno Gabriel Vargas Montseny, desaparecido en circunstancias extrañas. Aquello ocurrió hace más de veinte años, y la historia quedó cubierta por la misma niebla que envuelve a la ciudad. Sin embargo, la muerte de uno de los miembros del club desencadena la investigación. Resurgen viejos secretos, heridas ocultas y recuerdos incómodos. Y nos invita a visitar un Oviedo íntimo, lleno de cafés, de rincones con historia y de pequeñas leyendas urbanas.

Leticia Sánchez Ruiz construye aquí un misterio de tempos suaves, donde, tanto como las pistas, importa una atmósfera construida a través de iglesias, calles húmedas, cafés antiguos… Y prevalece la sensación de que, cuanto más próximo el escenario, más enigmática la historia.

Si algo hace que El Club de la Niebla brille es su extraordinaria galería de personajes. La autora tiene una habilidad técnica especial para convertir una observación microscópica de un personaje en el alma del mismo. Una frase repetida sobre la iglesia donde se casó Franco, una camisa hawaiana, un empleo en el Principado, la ocurrencia de convertir un tonel en un jacuzzi… bastan para provocar el milagro de la vida en la ficción, como una pequeña chispa eléctrica hace que el monstruo de Frankenstein abra los ojos.

"Hay algo en la voz de Leticia Sánchez Ruiz que hace que leerla sea una experiencia casi infantil, en el mejor sentido de la palabra"

Más difícil resulta analizar el éxito de otra habilidad técnica de Sánchez Ruiz: aquella por la cual consigue que el lector experimente una sensación de extrañamiento mágico sin necesidad de incurrir en la fantasía. Yo he creído detectar parte del truco: hay una feliz yuxtaposición constante entre el presente y el pasado reciente (aquel propio de un par de generaciones anteriores a la de la autora). Muchos de sus personajes viven en oficios o rutinas que parecen congelados en el tiempo: regentan relojerías que aún funcionan, como en los noventa, son psicoanalistas de corte clásico, ajenos al ruido de la inmediatez, o van a comprar pasteles en domingo, como hacían los abuelos ovetenses de finales del siglo XX.

Y sin embargo, todos ellos usan móviles, tienen apps, se manejan en un mundo completamente contemporáneo. Esa convivencia de planos (lo actual y lo nostálgico) activa dos resortes emocionales a la vez en el lector: el reconocimiento del presente y el recuerdo de la infancia o adolescencia, donde los estímulos dejaron una huella más indeleble. Es una forma de encantamiento que opera desde lo cotidiano, sin estridencias, y que refuerza la inmersión lectora sin forzar la suspensión de la incredulidad.

Por esto hay algo en la voz de Leticia Sánchez Ruiz que hace que leerla sea una experiencia casi infantil, en el mejor sentido de la palabra. Su literatura devuelve al lector esa sensación de descubrimiento puro, como cuando éramos niños y leíamos a escondidas bajo las sábanas, con una linterna y el corazón palpitando. Y lo logra sin renunciar a la complejidad: El Club de la Niebla es una novela adulta, con múltiples capas y matices, pero escrita con una fe en el asombro propia de los mejores autores de literatura infantil y juvenil, como Michael Ende o Jostein Gaarder.

"Leticia Sánchez Ruiz no introduce magia en la realidad, sino que revela la que ya está en ella. Y esa mirada es, en sí misma, una forma de sortilegio"

A pesar de que uno de sus protagonistas, el escritor Vargas Montseny, pudo ejercer esa corriente literaria, no hace falta decir que El Club de la Niebla no pertenece al realismo mágico. No hay elementos sobrenaturales, ni milagros narrativos que desafíen las leyes físicas. Pero sí podríamos describir esta novela invirtiendo los términos: mágico realismo. El club de la niebla propone una forma de narrar lo real con tal atención al detalle, con tal capacidad de observación, que el mundo cotidiano se ilumina de un modo insólito.

Ese mechero de gasolina, esas momias de Teverga, ese objeto anodino que adquiere un brillo nuevo bajo la lupa narrativa… Leticia Sánchez Ruiz no introduce magia en la realidad, sino que revela la que ya está en ella. Y esa mirada es, en sí misma, una forma de sortilegio.

Tras obras maestras como Nosotros los Rivero, de Dolores Medio, o Jugadores de billar, de José Avello, El club de la niebla, de Leticia Sánchez Ruiz, introduce un retrato más en el afortunado álbum literario de Oviedo, una de las ciudades mejor contadas del mundo.

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Autora: Leticia Sánchez Ruiz. Título: El Club de la Niebla. Editorial: Grijalbo. Venta: Todos tus libros.

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