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5 poemas de Los demonios de la melancolía, de Francisco Bejarano

5 poemas de Los demonios de la melancolía, de Francisco Bejarano

Francisco Bejarano es uno de los poetas más importantes de la generación del 70, como sin duda está demostrando el paso del tiempo. De ahí que la editorial Renacimiento publique esta antología en edición de Fernando Taboada.

En Zenda ofrecemos cinco poemas de Los demonios de la melancolía (Renacimiento), de Francisco Bejarano.

***

SUMISIÓN

Sabe el tigre la muerte y la respeta
porque alimenta su ancestral codicia.
Conoce el mar, la selva, y me ha mirado.

No lo conozco yo, pero lo intuyo
tras la cortina del salón. El brillo
de sus ojos, el roce de su piel,
su leve paso siento si se acerca.

No sabe que le espero prevenido
–conoce su defensa cada vida–,
ni en los días hermosos, ni en la luz
olvidaré el terror de su existencia.

Volverá, sé que un día volverá.
Las cicatrices hablan por mí desde este lado.

***

AMAR ES BIEN

Toda la soledad acumulada
en el mundo interior, como un estanque
de innumerables peces recorrido,
deja mucha ternura a mi cuidado.

Íntimos paraísos, resonancias
graves, incertidumbres me poblaron,
cuando mis ojos eran infinitos
fondos, donde tu ser permanecía.

Y llegué a ti desde el dolor de otros,
de una tierra insegura. Estoy aquí
de víctima admirada, aún no prevista
la claridad que del placer emerge.

Pero amar es un don. Me delimita
tu voz, en ti revivo. No me esperes
en otra noche que cumplida clama.
Amar es bien y en ese bien resisto.

***

DESENCANTO

Es cierta la nostalgia. Las distantes
historias recobradas nunca extinguen
el deseo imposible de retorno.
La distancia jamás es suficiente,
el tiempo pasa, eternamente pasa.
La muerte se presenta a nuestros ojos
como absoluto olvido. Pero ¿dónde
los minutos intensos que esperaba,
como un hálito vivo, como un mundo
tenaz en no morir y sucederse?

No es posible vivir sin lamentarlo.

***

LA CASA

Una dulce penumbra, un fino aroma
queda en la casa desde que te fuiste.
Si tu presencia existe en los recuerdos
antes que la diluya otro perfume,
lo sabré cuando el tiempo me consuele.
¡Qué soledad cuando la luz apago!

Dijiste adiós como si fuera tarde.
—¿Cierro la puerta? —Sí, ciérrala, dije,
para que aires intrusos no destruyan
el suave calor que me has dejado
y que los dos sabemos en secreto.
¡Qué extraño es el silencio de la ausencia!

—Ya nos veremos. —Sí, ya nos veremos.
Aquí me encontrarás, en la penumbra,
confundido en las luces de la tarde.
Mañana de tu voz quedará un eco.
Falta menos para morir, si muerte
no es oír el silencio de la casa.

***

LOS DÍAS DISTINTOS

Hay una vida humana no exigente:
todos los días iguales y distintos
disfrutamos del alma de las horas.
La rutina no es la monotonía
ni el mal de pobres del aburrimiento.
Leemos a diario, no lo mismo,
oímos luego música infrecuente,
después tomar el sol, dar un paseo
y, ya al atardecer, una visita,
una conversación inteligente,
quizá una confesión entre dos luces.
Antes de ir a dormir, una película
donde aparezcan muertos inmortales.

Tal vez este poema sea un atajo
pero es la salvación particular.

***

ENCUENTRO

Cada tarde aparece surgido de lo oscuro
o de algún resplandor que desconozco.
Con sus ojos de humo pasa sobre las piedras.

Va hacia bosques y ríos. Su hermosura
huyendo va de alcobas solitarias
o de sucios desvanes sin espejos.

Busca manos y rostros. Busca cuerpos que existen
al frescor de los árboles.
Vagamente conoce; desde la soledad
todo fulgor es único.

Alcanzable y bellísimo
atraviesa el invierno y la ciudad en sombras.
Nunca podrá volver; pero su aliento
empaña los cristales.

Y su aroma.

—————————————

Autor: Fernando Bejarano. Título: Los demonios de la melancolía. Editorial: Renacimiento. Venta: Todos tus libros.

BIO

Francisco Bejarano nació en Jerez en 1945. Ha publicado los libros de poesía Transparencia indebida (1977), Recinto murado (Renacimiento, 1980), Elogio de la piedra (1981), Las tardes (Renacimiento, 1988), Antología (1929-1987) (1990), El regreso (Renacimiento, 2002), Un juego peligroso (Antología poética 1977-2002) (2011) y Contra el júbilo (Renacimiento, 2024). En prosa es autor de Las estaciones (1998) y Consolación de melancólicos (2000). Ha publicado la recopilación de artículos costumbristas de crítica social La torre de marfil (Renacimiento, 1991) y el ensayo Manual del lector y escritor modernos (Renacimiento, 1999). Por Las tardes obtuvo el Premio Nacional de la Crítica en 1989. Por sus artículos periodísticos ha recibido los premios «Julio Camba» y «José María Pemán». Está incluido en las más importantes antologías de poesía contemporánea y ha sido traducido al italiano, francés, inglés y alemán. Aparte de su labor creativa, ha sido director de las revistas literarias Fin de Siglo y Contemporáneos.

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