El 17 de noviembre de 1988 se estrenó Cinema Paradiso, una historia que nos devolvió a nuestra niñez, a las sesiones dobles en las salas de cine, en las que se proyectaban películas que ya nadie quiere ver. La hermosa historia de amistad entre Alfredo y Totò se resume en esta frase que le dice el actor Philippe Noiret al pequeño: “Hagas lo que hagas, ámalo como amabas la cabina del Paradiso”.
- Título original: Nuovo Cinema Paradiso
- Título en español: Cinema Paradiso
- Año de estreno: 1988
- Duración: 124 minutos (versión original), 155 minutos (versión extendida)
- País: Italia / Francia
- Dirección: Giuseppe Tornatore
- Guion: Giuseppe Tornatore
- Música: Ennio Morricone y Andrea Morricone
- Fotografía: Blasco Giurato
- Montaje: Mario Morra
- Productora: Cristaldifilm / Les Films Ariane
- Distribución: Titanus
Reparto principal:
- Philippe Noiret como Alfredo
- Salvatore Cascio como Totò (niño)
- Marco Leonardi como Totò (joven)
- Jacques Perrin como Totò (adulto)
- Antonella Attili como Maria (madre de Totò)
- Agnese Nano como Elena
- Leopoldo Trieste como el sacerdote
Un homenaje al cine
La historia de Totò estuvo a punto de caer en el olvido, escondida en las estanterías de las películas de DVD que nadie quería alquilar, pero la magia de un festival de cine hizo justicia. El jurado de Cannes no se pudo resistir a este homenaje cinéfilo y reconoció a Cinema Paradiso con un merecido premio. A partir de ese momento, el filme de Giuseppe Tornatore conquistó a los espectadores de medio mundo gracias a un relato que iba a ser un epitafio y se convirtió en toda una celebración.
Cinema Paradiso es un gran homenaje al mundo del cine y, sobre todo, al entramado social que se generó a su alrededor, desde los inicios del cine sonoro —en la década de los treinta— y, de forma especial, a partir de la posguerra, con ese mundo nuevo que comenzaba a nacer en Europa y el resto del mundo. Esas salas de cine no se pueden entender sin los amantes de la última fila, los niños gritando y aplaudiendo, los jóvenes protestando por las escenas censuradas y el cura poniendo orden con su campanilla. Pero, además de todo lo apuntado, Cinema Paradiso es una oda a la nostalgia y un emotivo relato de cómo el paso del tiempo nos va cincelando y de qué forma esa primera formación, durante la infancia, marca al adulto que seremos. Totò nunca habría sido el mismo sin esas tardes entre nitrato de celulosa y sueños.
Sinopsis
Cinema Paradiso narra la historia de un niño de un pueblecito italiano, en el que el único pasatiempo es disfrutar de las películas del cine Paradiso. Subyugado por las imágenes en movimiento, Salvatore cree ciegamente que el cine es magia, pero, un día, Alfredo, el operador, accede a enseñarle al pequeño los misterios y secretos que se ocultan detrás de una película. Salvador va creciendo y llega el momento en el que debe abandonar el pueblo y buscarse la vida. Treinta años después, recibe un mensaje, en el que le comunican que debe volver a casa.
Anécdotas y curiosidades
- La versión original de Cinema Paradiso llegaba hasta los 155 minutos. El fracaso en taquilla que tuvo en Italia obligó a los productores a reducir su duración a 123 minutos para su estreno mundial. Gracias a este recorte, la película se convirtió en un taquillazo internacional. Existe una tercera versión, la del director, que dura 173 minutos y narra la historia adulta entre Salvatore y Elena.
- Philippe Noiret no hablaba italiano y su papel lo hizo entero en francés. El actor galo fue doblado por Vittorio Di Prima. Noiret volvió a poner su voz para la versión estrenada en su país.
- Andrea Morricone fue quien compuso el tema del amor juvenil, aunque su padre, Ennio, le hizo los arreglos y firmó el resto de la banda sonora.
- Muchos turistas intentan visitar Giancaldo, pero este es un pueblo imaginario. Los viajeros que intentan reproducir la magia de la película de Giuseppe Tornatore tienen que conformarse con ir al Palazzo Adriano, uno de los lugares reconocibles del filme. La sala de cine tampoco existió: el Cine Paradiso se construyó para la película y se demolió cuando finalizó el rodaje.
- Cinema Paradiso no habría sido la misma sin Totò, es decir, sin Salvatore Cascio. Este niño de nueve años fue elegido entre miles y no defraudó: su expresividad fue el mejor argumento para el triunfo de la película. Después del éxito internacional de la película, Cascio participó en algunas películas y también en la televisión, pero la transición hacia el mundo adulto de la interpretación fue imposible en su caso. Intentó volver al set de rodaje años más tarde, pero el plan no funcionó. Totò vive alejado del cine, dedicado a regentar negocios de hostelería y alimentación.
Premios y reconocimientos
- 🏆 Oscar a la Mejor Película Extranjera (1990)
- 🏆 Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes (1989)
- 🏆 Premio BAFTA a la Mejor Película de Habla No Inglesa (1991)
- 🏆 Premio César a la Mejor Película Extranjera (1990)
- 🎖️ Reconocida por el American Film Institute y otras instituciones como una de las películas más emotivas sobre el poder del cine.




Pues no la he visto, y me encanta”: Asignatura pendiente. En Granada tenemos un Cine con más solera que un “Rioja Crianza”, el Cine Madrigal, en pleno Centro de la Ciudad, y famoso por la proyección de Películas antiguas y de época. Sería genial poder ver ésta en el Madrigal. Saludos.
¿¿Que no la ha visto?? ¡¡Corra a verla!! ¡¡Ya mismo!!
Se derretirá de nostalgia y se descojonará de risa. Todo en uno.
Disfrútela.
Es una película para sentir, para disfrutar desde el minuto uno, y sobre todo para no olvidar ese tremendo final, de esas que te vienen a la mente y volves a emocionarte. La recomiendo profundamente. Me encantaría volver a verla, pero no la encuentro en ninguna plataforma, si alguien sabe dónde está, avisé por favor.
Hola Rita,
Está disponible en Movistar +.
Para quien todavía no la ha visto: vea la versión “internacional”: nunca mejor ejemplo que esta película para comprobar que no se debe dejar que un Director, por talentoso que sea, alargue la película más de la cuenta.
La llamada “versión del director” destruye casi toda -Si no completamente- la magia de la historia, agregando escenas innecesarias, contradictorias e incluso grotescas, que nada aportan y mucho diluyen el relato central.
Como dije, un ejemplo más de que, terminado el cuadro, deben quitarle los pinceles al pintor.