“El peronismo fue de derecha, de izquierda y de centro, y el antiperonismo también; hay incluso gente que compara a Milei con el primer peronismo”, ha afirmado el argentino Pablo Maurette, premio Herralde 2025 con su novela El contrabando ejemplar, un viaje por la historia de Argentina con una pregunta en el aire: ¿en qué momento se estropeó?
Pero la idea del libro nunca fue dar una respuesta, sino que “uno de los disparadores fue la certeza de que no la tiene o tiene un millón de ellas”, ha dicho el autor, quien destaca su interés literario por “la deformidad, lo monstruoso”, y su fascinación por el siglo XVII, una época “muy interesante, porque el mundo está dejando de ser antiguo para empezar a ser moderno. Y también está mi relación con Argentina (a pesar de vivir fuera del país desde hace 21 años). Todo esto se fue juntando y dio forma a la novela”.
El contrabando ejemplar es una novela con muchos narradores y muchas voces, que “nace de muchos lugares distintos, de ideas que se fueron aglomerando y empezaron a cobrar forma. Me di cuenta de que para llegar al siglo XVII tenía que haber una cadena de voces que narraran la historia siempre un poco distinta: un italiano, un judío que escapa a Argentina en ese siglo, la tía Chiquita que cuenta la historia que le contó la bruja…”. Pueblos originarios, africanos, españoles, judíos pasan por las páginas de la novela, en una especie de mezcla que conformó lo que hoy es el país sudamericano.
“(Los argentinos) somos bastantes conscientes (de la mezcla), aunque hay elementos menos conocidos, como la influencia africana. Los esclavos llegaban por contrabando al puerto de Buenos Aires y caminaban hasta Potosí (actualmente en Bolivia) para trabajar en las minas. Genéticamente, esa influencia existe, pero es pequeña”, ha detallado. Y sobre los pueblos originarios, “sí hay algo más de conciencia, pero tampoco tanta. Hay una idea más instalada de españoles, judíos, alemanes, pero menos de esas otras capas“.
Quizá por eso Maurette quiso rescatar “esas otras” raíces de Argentina, “no por reivindicación, no creo que la literatura genere ese tipo de cambios. No me interesa la literatura activista, pero sí lo remoto, lo menos conocido. Me atrae, por ejemplo, el pueblo querandí, que habitó el noroeste de la Pampa y que desapareció a finales del siglo XVII, o la influencia negra. Son temas de los que casi no se habla”.
Aunque reconoce que sobre esos asuntos no hay demasiada bibliografía, “hay mucha más sobre el siglo XIX que sobre el XVII”, lo que le llevó a leer la historia económica del país. “El contrabando sí está bastante estudiado. Desde finales del XVII hasta el Virreinato, Buenos Aires era un puerto casi cerrado; entraban pocos barcos legalmente, el resto era contrabando”. De ahí el título del libro, que aborda también el histórico enfrentamiento entre peronistas y no peronistas (“gorilas”), una confrontación, “que sigue, aunque vaya cambiando de nombre y forma. A veces se da incluso dentro de la misma familia, y en algunos momentos fue violenta. Me interesaba que en la novela hubiese también una conversación entre ambas partes, que se quieren mucho y discuten siempre”.
Radicado en Florencia (Italia) desde hace años, Maurette promociona estos días El contrabando ejemplar y ha reconocido que se encuentra abrumado por el premio Herralde, que otorga la editorial Anagrama desde 1983 a una novela inédita escrita en español. “El premio da visibilidad, y tengo la ilusión de que me ayude a independizarme un poco más para escribir”, ha dicho el argentino, que ya planea su próximo libro, una nueva aventura del personaje de su segundo trabajo, La niña de oro (2024), una novela policial protagonizada por Sylvia Ray. “Me encariñé mucho con ella y quiero seguir”.
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Fuente: Alida Juliani (Efe)




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