Abrir un puente Europa-África

María Iglesias es una de las periodistas que mejor conoce el drama de la inmigración africana. Su trabajo en diversos medios de comunicación, por el que ha sido varias veces premiada, avala sus conocimientos. Sin embargo, ahora ha volcado toda esa información en una ficción, Horizonte, en la que rescata un viejo proyecto que pretende unir ambos continentes: la interacción de las sociedades estatales SECEGSA y SNED.

En este making of María Iglesias explica el trasfondo de realidad que oculta su novela Horizonte (Edhasa).

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Aquel encuentro con Sani fue para mí revelador porque, más allá de su épica peripecia, él me trasladó la existencia de toda una nueva generación africana, con sólidos referentes intelectuales, políticos y sociales, decidida a dar el pulso histórico por la igualdad frente al racismo y el neocolonialismo de Europa y el Occidente blanco. Jóvenes decididos a conquistar su libertad de viajar.

Fue un encuentro lleno de luz que me hizo dar vueltas a esa imagen de pulso entre África y Europa. Imaginé dos brazos, uno negro, otro blanco, por encima de las aguas del estrecho gibraltareño, como formando un puente.

Una buena mañana, tras dejar a mis hijos en el colegio, me encontré con mi amigo Javier Martín-Arroyo, periodista de El País Andalucía, le trasmití las ideas e imágenes que giraban en mi cabeza y él me lanzó: “¿Tú sabes que ese proyecto de unir Europa y África, Marruecos y España, existe hace años, aunque pase inadvertido y parezca que no va a llegar nunca a nada?”.

No, yo no lo sabía, como probablemente tampoco la mayoría de vosotras y vosotros. Pero, en efecto, desde el arranque de nuestra democracia los reyes Juan Carlos I y Hassan II acordaron la creación de dos sociedades, la española SECEGSA y la marroquí SNED, para promover lo que en los papeles oficiales se llama “el enlace fijo” entre las dos orillas del Mediterráneo. Un proyecto millonario.

A partir de esos dos pilares, el testimonio de Sani y el plan del puente que investigué, construí esta novela con personajes carismáticos y luchadores como el joven camerunés Ketu Simo, su amiga marfileña explotada en España Ayo Sanogo, el ingeniero marroquí Yassin Cherkaoui, la activista de derechos humanos de Tarifa Carmen Barea, la líder de la revolución sudanesa llamada La reina Nubia y los miembros de Despertar Panafricano, organización basada en Urgences Panafricanistes que de verdad existe.

Además de dejar volar mi imaginación y de leer ensayos y ficciones africanas, para crear la novela han sido claves mis conversaciones con Ana Rosado, investigadora de migraciones de la Asociación pro Derechos Humanos de Andalucía, y con Marie Dodo, inmigrante marfileña en Alicante, así como viajar para aprender de la vida en Marruecos y Senegal al lado de su gente.

Dakar y Tánger, pero también Duala, Jartum y Ciudad del Cabo, Tarifa, Algeciras, Córdoba y Sevilla e incluso Trieste y Bruselas son escenarios de la novela que, en mi opinión, ha quedado muy cinematográfica, y está cuajada de viajes, de encuentros y reencuentros, amistad y amor entre gentes de ambos continentes tan cercanos, casi pegados, pero separados por la mayor brecha de desigualdad del planeta.

Es una historia que desde el principio he soñado como un viaje para quienes la lean. El viaje que yo misma he hecho, desde 2018 hasta ahora, desde mi profundo desconocimiento de África y de las causas que empujan a tantos a migrar, hasta el descubrimiento de los pasos que la nueva juventud africana ya está dando, en el continente y en la diáspora, para librarse de la condena occidental blanca de tener que vivir enjaulados mientras los expoliamos.

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Autora: María Iglesias. Título: Horizonte. Editorial: Edhasa. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.