Cuando escuché el apodo con el que se referían a Alfredo Matarranz, el hombre máquina, pensé que era una exageración, como si fuese una viñeta sacada de un cómic de Marvel. Sin embargo, al verle dirigir en directo su programa de YouTube, Tomos y grapas, me di cuenta de que, en realidad, aquel sobrenombre se quedaba corto. Ver cómo conduce el programa, habla a cámara, conversa con sus invitados y, al mismo tiempo, maneja varias pantallas del ordenador, es contemplar a una autentica máquina en funcionamiento, trabajando con la misma naturalidad con la que un pulpo resolvería un cubo de Rubik.
Alfredo es considerado el mayor divulgador del cómic en habla hispana. Durante más de una década ha dado forma a Tomos y grapas, un proyecto multiplataforma que hoy reúne un pódcast de referencia en el sector del cómic, un canal de YouTube con más de 100.000 suscriptores y una de las librerías especializadas de cómics más importantes de España. Él mismo resume su recorrido con una frase que condensa esfuerzo y obsesión: “En el nicho del cómic, llegar a 100.000 suscriptores es un hito. Son once años de pico y pala, una locura”. Y basta entrar en su cuartel general para entenderlo. La pasión por el noveno arte se percibe en cada detalle, desde las joyas en forma de viñetas que recubren las paredes hasta su manera de hablar: “Mi carrera en el cómic se ha ido expandiendo como cualquier enfermedad. Se empieza a propagar y acaba en algo rarísimo, súper grande, y acabas donde tenías que acabar”.
Pero Alfredo no está simplemente donde “tenía” que acabar. Está donde lo ha llevado su ilusión —y la de su equipo—. Esa misma ilusión los impulsa ahora hacia un nuevo punto de partida: la apertura de una nueva tienda, un auténtico templo del cómic que rinde homenaje a los personajes y universos que han marcado a generaciones de lectores.
Durante la entrevista transitamos diversos territorios, y resulta un auténtico placer descubrir el caudal de conocimiento de alguien que ha entregado su vida a un proyecto cultural. Habla con pasión sobre la riqueza del cómic, que para Alfredo nace de una mezcla de disciplinas: “El cómic es un arte puente que nutre y se nutre del resto de artes: cine, literatura, pintura, música… todo”. También hablamos del talento que hay en España —siempre lo hubo—, cada día más visible y cada vez más referente para el resto del mundo. Alfredo lo expresa con orgullo: “Nunca ha habido tanto talento en el mundo del cómic. Para que haya cosas buenas tiene que haber muchísimo de todo, y eso es buena señal”. Y abrimos el eterno debate sobre la cantidad de títulos que se publican cada año. No es un fenómeno exclusivo de la narrativa: el cómic tampoco escapa a esta sobreproducción.
En el decimonoveno episodio de Books & People conocemos a Alfredo Matarranz, quien nos desvela todos los entresijos del mundillo de la historieta, mientras reivindica el papel del librero como divulgador cultural. Una labor que se libra en las trincheras del mostrador, “de tú a tú”, y que, gracias al altavoz de los canales digitales (YouTube, TikTok, Instagram…), se expande de forma asombrosa, sosteniendo, día a día, la vida del cómic.


El tebeo es el cine ultraindependiente, porque es la películs de directores sin presupuesto. No hace falta tener (mucha) pasta, hace falta tener claro lo que quieres, la visión.