Inicio > Libros > Teatro > Cabaret en el tanatorio

Cabaret en el tanatorio

Cabaret en el tanatorio

Queremos a los monstruos cerca para asegurarnos que no nos parecemos a ellos. Expulsar, rechazar, segregar es una buena manera de afianzar el orden social, los discriminados nos muestran las opciones que no se deben tomar, el precio que se paga por no respetar las normas.

Hacer cualquier cosa para convertirte en artista es un camino que puede conducir a rincones muy oscuros. Artistas que nunca aciertan, artistas a los que solo se les reconocen sus errores, artistas avanzando en callejones sin salida, artistas cuya mayor virtud es mostrar lo que no pudo ser.

Rosita nos habla de una de esas artistas: cantante transformista, actriz porno, y friki de la televisión.

El texto homenajea a Carmen de Mairena, y otros personajes similares, que alcanzaron popularidad y éxito cuando la televisión las incluyó en su catálogo de frikis para animar los primeros late night de la televisión. Los tiempos de Crónicas marcianas y Esta noche cruzamos el Mississippi, cuando se empezó a usar el término telebasura, aunque aquello parece ahora inocente y naif comparado con la evolución actual del género.

"Personajes que luchan por su espacio en una sociedad que les impugna como creadores y como personas"

La obra comienza con la muerte en el escenario, mientras recita a Pablo Neruda, de Rosita. En el velatorio, con el cadáver retroiluminado en tono carmesí como una verdadera folclórica, sus amigos y compañeros más fieles van recordando su vida, con sus momentos alegres y sus muchos trances amargos. Un recorrido lleno de canciones tristes, traiciones y amores frustrados.

Toda la obra se desarrolla en un ambiente cupletero y canalla donde tiene más valor el intento que el resultado.  Personajes que luchan por su espacio en una sociedad que les impugna como creadores y como personas.  Este rechazo constante, manifestado con extrema violencia incluyendo prisión y muerte.

Cuando no hay posibilidad de redención no hay nada que perder, eres libre. Puedes decir lo que te dé la gana. La protagonista responde con descaro y salero en cualquier ocasión tanto en los momentos dramáticos:

Ricardo — ¿Mal de amores?

Rosita — Todos los males son de amores.

Como en los cómicos:

Rosita — Tener sentido del humor no es reírse de las cosas graciosas, es reírse de las cosas que no tienen gracia.

"Toda la obra comparte con Luces de bohemia el alcohol barato, y el destino trágico de los que no quieren, o no pueden, encajar en la sociedad"

Esta reflexión marca toda la vida del personaje. La decisión de reírse de su drama y de enfrentar con alcohol y desparpajo todos los golpes de la vida es lo que le permite volver al escenario, real y metafóricamente, una y otra vez.

Las didascalias tienen aromas valleinclanescosrepresentante de artistas de variedades de tercera, garrapata de los mediocres”, “Rosita parece una estampa de la virgen pegada en la puerta del lavabo”, “Entra La Flo, mitad macho mejicano mitad princesa violada”. Toda la obra comparte con Luces de bohemia el alcohol barato, y el destino trágico de los que no quieren, o no pueden, encajar en la sociedad.

La cuidada edición de Mutis, con acuarelas y manchas de vino canalla, se completa con un microteatro del autor y un comentario de la obra de Alberto Rizzo.

Termino con la reflexión que uno de los personajes nos dedica a todos los que estamos en Zenda.

Ricardo — ¿Sabes lo que es el maquillaje? La Literatura. Eso sí que es una máscara y no el rouge de Lancôme.

———————————

Autor: Misael Sanroque. Título: Rosita. Editorial: Mutis.

5/5 (3 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios