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Carles Porta, el arte de contar los sucesos

Carles Porta, el arte de contar los sucesos

Carles Porta ha conseguido actualizar y dignificar el tratamiento de los sucesos. No era tarea fácil en un género maltratado por el amarillismo, los realities, el clickbait y, en suma, por la encarnizada lucha por la audiencia. Lo ha conseguido con sus podcasts, su programa Crims (Crímenes), que se puede ver en TV3 y Movistar +, y, en el terreno literario, con títulos como Le llamaban padre o La farmacéutica. Ahora acaba de llegar a las librerías Crímenes: Diez casos reales, publicado por Reservoir Books.

Los sucesos, pese a arrastrar una muy mala reputación, son un género mayor del periodismo. En el suceso es donde la naturaleza humana, al ser llevada hasta el límite, se muestra más transparente. La crueldad, el sufrimiento, el odio, la pasión, la ambición, la locura, la inmoralidad. Pero también la entrega, el heroísmo, el sacrificio, la resistencia al dolor, el sobrevivir al desgarro. En suma, lo mejor y lo peor de nosotros mismos; el bien y el mal al desnudo. Los sentimientos extremos impiden ver con nitidez los hechos en toda su crudeza. De ahí que sea un género tan difícil, que exige tanta delicadeza y tanta sangre fría a la hora de abordarlo.

"Las que podrían ser diez rutinarias noticias de periódico como tantas otras Carles Porta las convierte en relatos extraordinarios"

Los sucesos, ahora llamados «crónica negra» o true crime, nos han ofrecido lo peor del periodismo, pero también lo mejor. Limónov, de Emmanuel Carrère; El periodista y el asesino, de Janet Malcolm; Operación masacre, de Rodolfo Walsh, o Viaje a la aldea del crimen, de Ramón J. Sender, son solo una pequeña muestra. Por no hablar de A sangre fría,  que se sigue utilizando como referencia cincuenta años después. De hecho, a Carles Porta se le aplica el calificativo del “Capote patrio” injustamente, porque el autor español no transige con las licencias que sí se permitió el americano.

Crímenes es el compendio de diez historias que, en palabras del autor, “han sido elegidas por su impacto social, el perfil de los acusados, la complejidad de la investigación o su sorprendente desenlace”.

Las que podrían ser diez rutinarias noticias de periódico como tantas otras —“Joven desaparecida”, “Encuentran mujer muerta en su casa”— Carles Porta las convierte en relatos extraordinarios. Siguiendo un orden cronológico, con un lenguaje sencillo, con una frialdad y asepsia que a veces espeluzna, Porta eleva la noticia, o incluso la crónica de periódico, a la categoría de narración literaria.

"El mismo Carles Porta explica a los lectores su método, una auténtica lección de periodismo: siempre nos basamos en la regla de las tres erres: rigor, respeto y ritmo narrativo"

En la introducción utiliza la primera persona del plural, lo que indica que estamos ante la labor de todo un equipo. No podía ser de otra manera ante un trabajo tan ingente y meticuloso de investigación, documentación y recolección de datos. El mismo Carles Porta explica a los lectores su método, una auténtica lección de periodismo: “siempre nos basamos en la regla de las tres erres: rigor, respeto y ritmo narrativo”.

Rigor, porque “todo lo que leeréis sale de documentos oficiales, investigaciones contrastadas, sentencias o testimonios directos”. Y detalla el procedimiento para conseguirlo: “Seguimos un proceso de edición como el de los periódicos norteamericanos o alemanes… La credibilidad es esencial”.

Respeto, por “los hechos y, sobre todo, por los protagonistas de las historias que estos cuentan, en especial las víctimas y sus familias… ya han sufrido bastante”. ¿Cómo se consigue? Teniendo “mucho tacto con los adjetivos y las opiniones”, dando “solo los datos necesarios”, intentando “satisfacer la curiosidad sin caer en el morbo”.

Ritmo narrativo, porque “queremos que estéis en vilo en cada página, en cada párrafo y en cada frase”. Y un factor decisivo: “No analizamos, no escribimos ensayo. Colocamos un hecho al lado de otro para que vosotros saquéis la fotografía final”.

"Lo que da empaque a las historias es que, a diferencia de las noticias sueltas de los periódicos, aquí tenemos un seguimiento de los casos desde el principio hasta el final"

En Crímenes el lector no sólo encontrará la exposición de los hechos. También se ofrece el contexto de la época, las noticias que acaparaban la atención en aquel momento, del caso Roldán o los asesinatos de Alcàsser. Se explican las condiciones sociales de los protagonistas, de la más absoluta miseria a la clase media acomodada, pasando por los padecimientos de la emigración y las familias desestructuradas; condiciones que aparecen reflejadas en un sinfín de detalles y pistas sobre su forma de vida. Y, por supuesto, nos encontramos los pormenores de las investigaciones: las trabas burocráticas, los errores judiciales, los corsés legales, la titánica labor —y a veces también la desidia— de los diversos cuerpos policiales.

Lo que da empaque a las historias es que, a diferencia de las noticias sueltas de los periódicos, aquí tenemos un seguimiento de los casos desde el principio hasta el final. No son casos sencillos. A veces transcurren décadas desde el crimen hasta su resolución. Y desgraciadamente, también nos encontramos casos nunca resueltos, que aún esperan el momento del carpetazo definitivo que esclarezca el misterio y dé la anhelada paz a las víctimas y sus familiares.

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Diez historias reales

Los puntos de partida de los diez casos relatados en Crímenes no pueden ser más intrigantes. Merece la pena enumerarlos.

  1. Una joven turista italiana desaparece cuando se dirigía hacia su hotel en Lloret.
  2. Un tipo solitario y metódico deja de acudir al bar, también en Lloret, que frecuentaba con tal regularidad que cuando un día dejaba de ir avisaba a los dueños.
  3. Un hombre recibe un aviso de que su mujer no ha ido a recoger a sus hijas al colegio en Zarautz. Cuando la llama, no responde al teléfono.
  4. Un niño de cinco años y su hermana de diecisiete se esfuman de la habitación del hospital de Manresa en el que el pequeño se recuperaba.
  5. Una joven es requerida por una vecina para que la ayude en su apartamento de Fargo, Dakota del Norte (sí, la localidad de la película). Cuando su familia va a buscarla, nadie responde al timbre.
  6. Una chica de Ponst (Lleida) anuncia a su madre que sale a cenar con un amigo y que volverá pronto. Nunca regresó.
  7. Una pareja espera a unos amigos para cenar en Abrera (Baix Llobregat). Alarmada por el excesivo retraso, intentan localizarlos, pero salta el contestador automático.
  8. Una joven de 18 años disfruta de su primera fiesta de carnaval en la localidad de Uldecona (Tarragona). Cuando su madre acude a su habitación por la mañana, comprueba que no ha regresado.
  9. Un conductor de autobús hace un descanso en el barrio de Manoteras (Madrid). De repente, distingue entre unos arbustos lo que parece ser una cabeza humana.
  10. Una jubilada ha invitado a sus amigas a tomar el té en su casa de una pequeña localidad alemana. Cuando llegan, se encuentran a la anfitriona estrangulada con un alambre.
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