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Editor pionero y visionario

El libro de Alicia Moreno de Carlos y Luis de Carlos Beltrán, Abelardo de Carlos. El Editor Ilustrado, acomete un extenso ensayo biográfico sobre la figura del posiblemente mejor editor del siglo XIX. La obra da comienzo con un capítulo introductorio que analiza el contexto histórico de la España decimonónica, época en la que vivió el protagonista, destacando, entre otras muchas cosas, que las Cortes de Cádiz establecieron la libertad de imprenta.

Abelardo de Carlos era hijo de Jacques Joseph Carle, marsellés que se instaló en Cádiz castellanizando su apellido por “de Carlos”, y de Dolores Almansa. En 1822 nació Abelardo; entre los cuatro y cinco años queda huérfano de padre viviendo a partir de entonces bajo el amparo de su tío Francisco Almansa. Abelardo dejó pronto los estudios y empezó a trabajar para sostener a su madre. Se tiene conocimiento de que cuando se casó fundó la Librería Española y de Libros Extranjeros. Al poco tiempo se inició en la edición de periódicos, publicando el Diario de Avisos que se dedicaba a difundir los avisos propios de los negocios.

"Alrededor de sus revistas consiguió congregar a lo más granado del momento, tanto en escritores como pintores, grabadores y fotógrafos. Su obsesión por la calidad y alta cultura en su publicación consiguió dejar huella imborrable"

Después de un intento fallido de crear un periódico, en 1854, se asocia con Jordán Oneto para la explotación de la imprenta de la Revista Médica que editaba la Revista de Ciencias Médicas. En su afán emprendedor fusionó en una sola sociedad la imprenta, la librería y la litografía, poniéndose al frente de la sociedad, añadiendo a la impresión de revistas la edición de libros y trabajos de encuadernación. Con el paso del tiempo y la colaboración con Federico Joly, trajo consigo la modernización de la imprenta con las más modernas máquinas tipográficas. En 1858, Abelardo de Carlos adquirió La Moda, revista de literatura y teatro con una sección de modas. Para convertir la nueva adquisición en la base de su grupo editorial le cambió el nombre por La Moda Elegante e Ilustrada. En 1868, acometió su mayor proyecto empresarial, adquiriendo en Madrid la revista El Museo Universal para su conversión en la que muy pronto llegó a ser la más influyente revista, no ya del siglo XIX, sino, probablemente, de la historia del periodismo español: La Ilustración Española y Americana. La difusión y prestigio que alcanzó la llevó a cruzar el Atlántico y el Pacífico, porque además de a la América hispana llegaba a Filipinas. Con sus dos notables publicaciones, Abelardo de Carlos contribuyó a la cultura nacional, favoreciendo a los literatos. Una de las innovaciones que llevó a cabo en la edición de La Moda Elegante fue confeccionarla con diferentes calidades de formato para popularizar su venta. Alrededor de sus revistas consiguió congregar a lo más granado del momento, tanto en escritores como pintores, grabadores y fotógrafos. Su obsesión por la calidad y alta cultura en su publicación consiguió dejar huella imborrable.

Otras novedades fueron publicar El Almanaque de la Ilustración Española, organizar concursos literarios y pictóricos, lanzar La Biblioteca Selecta de Autores Contemporáneos, facilitando la difusión de los mejores escritores del momento. Puso en la calle una de las primeras revistas dedicada al deporte, agricultura, jardinería, caza y pesca titulada El Campo.

Consigue el éxito editorial a base de publicaciones que conforman la opinión pública de su tiempo. “Fue un hombre vehemente y apasionado, parecía tener una fiebre continua: la impaciencia por el trabajo” (…) “Según el Diccionario biográfico español de la Real Academia de la Historia, Abelardo de Carlos y Almansa es una de las figuras emprendedoras del siglo XIX en el mundo del periodismo”.

"Intentó por todos los medios, y puede que fuera uno de sus mayores logros, que sus publicaciones fuesen imparciales, autodenominadas independientes que asumen carácter de empresa mercantil"

De Carlos, como pionero de las revistas ilustradas, tuvo una visión abierta y globalizadora de las noticias y de cómo llegar al público de su época. Era un empresario alejado de la política cuyo objetivo era vender el mayor número de periódicos mimando a sus lectores. Se dedicó al periodismo de información, nacional e internacional, para lo que empleó los primeros corresponsales de prensa. Fue un precursor en la introducción de la publicidad y la utilización de agencias de publicidad, así como en la creación de un grupo empresarial verticalmente integrado. Para conseguir su objetivo adquirió la imprenta de Sucesores de Rivadeneyra y la papelera La Guipuzcoana, que se ocupaban de las labores de impresión y de suministrar el papel necesario para sus distintas ediciones. Fue el primer editor de revistas ilustradas en introducir en España adelantos técnicos como el grabado xilográfico, la litografía, la cromolitografía y más tarde el fotograbado; en 1880 empezó a incluir fotografías en sus números. En 1889, La Moda Elegante Ilustrada dedica una o dos columnas de su última página a la publicidad. Con estos avances convirtió la revista ilustrada en el periodismo que utilizaba las imágenes para hacer mucho mas atractiva la información. Intentó por todos los medios, y puede que fuera uno de sus mayores logros, que sus publicaciones fuesen imparciales, autodenominadas independientes que asumen carácter de empresa mercantil: “Solo pretendía fundamentalmente transmitir los hechos que acontecían en España como en el extranjero, sin darles un sesgo político, dando cabida a las bellas artes, divulgar los adelantos tecnológicos, científicos y descubrir al lector nuevos lugares”. Abelardo de Carlos se marcó el objetivo de multiplicar los lectores para aumentar sus tiradas, aplicando los progresos técnicos, con productos de gran calidad, publicitando sus publicaciones, objetivo que consiguió ya que las dos principales, La Moda Elegante Ilustrada y la Ilustración Española y Americana, tenían una tirada anual de más de dos millones de ejemplares. Regaló suplementos y dio facilidades para coleccionar los ejemplares, entregando con la revista las tapas para encuadernar, ofreciendo descuentos y regalos a los suscriptores. Se puede afirmar que La Ilustración Española y Americana consiguió tener una magnitud enciclopédica por su información universal actualizada. “Para conseguir sus objetivos buscó a los mejores profesionales para que el resultado fuese el deseado, marcó una línea editorial clara y la eficacia del trabajo bien hecho”. En su labor de defensa de la cultura y de las artes se implicó, con su hijo Abelardo José, y muchos colaboradores de La Ilustración Española y Americana como socios fundadores del Círculo de Bellas Artes.

“Abelardo de Carlos se convirtió en una persona muy conocida e influyente, galardonado con numerosas condecoraciones gracias a su labor periodística de calidad, por situar sus cabeceras al nivel de las mejores de Europa, por poner en marcha una de las mejores imprentas de ese momento, que hoy continúa funcionando, y por propiciar la difusión de las letras de habla hispana y la difusión de nuestro arte dentro y fuera de España”. Buena prueba de la solidez de su trabajo editorial fue que las revistas continuaron publicándose hasta años después de su fallecimiento.

El libro Abelardo de Carlos. El Editor Ilustrado, escrito por Alicia Moreno de Carlos y Luis de Carlos Beltrán, es un claro ejemplo de cómo su tatarabuelo fue un prohombre que sentó, en el siglo XIX, las bases del moderno periodismo y de la edición de las revistas ilustradas.

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Autores: Alicia Moreno de Carlos y Luis de Carlos Beltrán. Título: Abelardo de Carlos. El editor ilustrado. Editorial: Almuzara. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

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Elvira López
Elvira López
1 año hace

Un artículo amplio y muy bien desarrollado, que nos da una gran visión de un hombre potente , emprendedor, incansable y amante de la cultura. Que se supo reinventar tocando todos los palos y no necesitó de la política para triunfar e imponerse como un profesional polifacético.
Realmente un gran articulo de Ramón Villa. Mis felicitaciones a él y a los autores .