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El ancho ancho mar, de Hampton Sides

El ancho ancho mar, de Hampton Sides

El 12 de julio de 1776, el capitán James Cook emprendió su tercer viaje a bordo del HMS Resolution. Dos años y medio después, fue asesinado en una playa de Hawái. Para conocer los motivos de este crimen, nada como esta narración con aires de aventura épica y posos de investigación rigurosa.

En Zenda ofrecemos el arranque de la Nota del autor de El ancho ancho mar (Capitán Swing), de Hampton Sides.

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En los últimos años, los viajes del capitán James Cook han sido objeto de críticas cada vez más ácidas en el marco de una revisión generalizada del legado del imperio. Cook era nave gante y cartógrafo, no un conquistador ni tampoco un colonizador. Sin embargo, a lo largo de la historia, exploración y cartografía solo han sido habitualmente etapas previas a la conquista. Siguiendo la larga estela de Cook llegaron ocupantes, armas, gérmenes, alcohol, los problemas asociados al dinero, balleneros, cazadores de pieles y de focas, las grandes plantaciones y sus propietarios, misioneros.

De modo que, para muchos pueblos nativos del Pacífico desde Alaska hasta Nueva Zelanda, el capitán Cook es hoy un símbolo del colonialismo y los estragos causados por la aparición de Europa. En muchos rincones del mundo se le ha vilipendiado, y no tanto por lo que hizo como por los perjuicios que acarreó su llegada. También porque durante demasiado tiempo nadie ha prestado atención a las poblaciones indígenas que el capitán se fue encontrando en su camino; sus voces rara vez han sido escuchadas, sus ideas y su significación cultural apenas se han tenido en cuenta.

Desde hace relativamente poco, muchos monumentos a las exploraciones de Cook amanecen salpicados de pintura. Objetos y obras de arte que el capitán recogió en sus viajes, y que antes todos tenían por preciados tesoros, han sufrido reinterpretaciones radicales o se han retirado sin mayores explicaciones de galerías y museos (en algunos casos para devolverlos, como es de justicia, a su tierra de procedencia). En las islas Cook se ha debatido muy en serio la posibilidad de cambiarles el nombre. En 2021, en Victoria, capital de la Columbia Británica, unos manifestantes del movimiento First Nations arrojaron a las aguas del puerto una estatua del capitán. En múltiples sentidos, James Cook se ha convertido en el Cristóbal Colón del Pacífico.

Hubo un tiempo en que muchos veían sus tres épicas expediciones como audaces aventuras, como dignos y hasta nobles proyectos emprendidos en aras de la Ilustración y la difusión del saber. Cook surcó los mares en una época de prodigios, cuando el afán por conocer el planeta animaba a decenas de exploradores científicos a medirlo y describirlo, a recoger las plantas y los ani males más insólitos, a documentar paisajes y paisanajes de los que Europa nada sabía. Sus viajes influyeron en el movimiento romántico, fueron muy provechosos para la ciencia médica, dieron gran impulso a la botánica y a la antropología e inspiraron a autores tan dispares como Coleridge y Melville. Los diarios de sus odiseas se publicaron con enorme éxito y sirvieron de estímulo a novelas, poemas, obras de teatro, óperas, cómics e incluso a una serie de televisión ambientada en el espacio (hay quien dice que James Kirk, comandante del USS Enterprise en Star Trek, está inspirado en el capitán James Cook).

Pero hoy los viajes de Cook están en entredicho y sometidos a acalorados debates sobre todo en la Polinesia, porque fueron, a decir de muchos, el comienzo del sistemático desmantelamiento de culturas isleñas tradicionales en lo que se ha dado en llamar «el impacto fatal», la celebrada expresión de Alan Moorehead. Este historiador se interesó sobre todo por «ese fatídico momento en que alguien fuerza la entrada de una cápsula social», y no tenía ninguna duda de que las expediciones de Cook son un ejemplo perfecto de este fenómeno. Vistos en su conjunto, los viajes de James Cook constituyen una crónica moralmente compleja de la que, desde el punto de vista de las sensibilidades modernas, queda mucho que esclarecer y censurar. Eurocentrismo, patriarcado, cultura del privilegio, masculinidad tóxica, apropiación cultural, el papel de la raza invasora en la destrucción de la biodiversidad insular: los viajes de Cook contienen las semillas históricas de estos y otros muchos debates hoy candentes.

Fue en mitad de esta creciente antipatía por Cook cuando empecé a documentarme sobre su tercer viaje: el más dramático de todos y el más largo tanto por su duración como por la cantidad de millas náuticas recorridas. Me pareció un buen momento para renovar la mirada a un hombre cuyas andanzas últimamente sus citan tanta acritud y discordia. Me picó la curiosidad: no parece que otros navegantes europeos que recorrieron el Pacífico —Magallanes, Tasman, Cabrillo y Bougainville, por citar solo unos pocos— generen tanta atención o ira. ¿Qué tenía Cook para que todos lo señalen?

Esta pregunta no tiene una respuesta sencilla, o al menos yo no la he encontrado —todo lo contrario, hay muchas respuestas y ninguna de ellas es sencilla—; eso sí, espero que, al llegar al final de este libro, el lector haya entendido mejor ciertas cosas. Quizá parte del actual resentimiento contra Cook tenga que ver con el hecho de que en su último viaje el famoso capitán no anduviera bien de salud, o de cabeza. Historiadores e investigadores forenses han especulado sobre si le aquejaba algún mal, se han preguntado si padecía alguna dolencia física o mental, o quizá espiritual. In dependientemente del porqué, lo cierto es que en su tercera expedición el capitán no parecía el mismo. Algo envenenaba su conducta y su juicio, algo que lo cambió a él y echó a perder su último viaje. Y puede que este algo incluso provocara su muerte.

Siempre que me ha parecido interesante, y relevante, he permitido que las modernas controversias influyan en el libro y le den forma. He procurado ofrecer una imagen del capitán, y de los objetivos y presupuestos de su tercer viaje, que refleje toda su imperfecta complejidad. He huido de la idealización y de la demonización, y en ningún momento he pretendido defenderlo. He tratado, simplemente, de describir lo que pasó en su ambicioso, decisivo y en el fondo trágico último viaje.

[…]

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Autor: Hampton Sides. Título: El ancho ancho mar. Traducción: Amado Diéguez. Editorial: Capitán Swing. Venta: Todos tus libros.

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