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El baúl de los recuerdos: 6 comedias olvidadas pero que seguro viste

El baúl de los recuerdos: 6 comedias olvidadas pero que seguro viste

La nostalgia está servida. Y semejante plato, tan tóxico como sabroso, puede causar una peligrosa adicción. Pero a nosotros nos gusta el peligro, sí señor, y por eso les proponemos meter calorías homicidas con este buen ramillete de series vintage, comedias de situación alejadas, eso sí, de los títulos comunes del género. De modo que no, nada de Alf, Aquellos maravillosos años o Los problemas crecen. ¿Se acuerdan de…?

Nido vacío fue uno de los varios spin-offs de la muy exitosa Las chicas de oro, protagonizada en este caso por Richard Mulligan y emitida en la NBC estadounidense entre el 88 y el 95. En España pudimos verla en el 91 y en La 2, un poco antes de la llegada a España de los primeros episodios de cierta familia amarilla muy promocionada como el último grito en animación adulta. El protagonista era el pediatra viudo Harry Weston, vecino de las chicas de oro (que ocasionalmente aparecían), cuyas dos hijas regresaban a vivir con él. Olvidada, pero no estéril: Mulligan ganó un Globo de Oro y un Emmy por el papel.

Mis dos padres. Paul Reiser, que después se volvería Loco por ti, era el padre serio y responsable. Greg Evigan, de otra olvidada como Billy Joe y su mono, el artista divertido. Ella era Nicole (Staci Keanan), una adolescente que debe vivir con dos exnovios de su fallecida madre. Semejante punto de partida aguantó tres temporadas que en España emitió Antena 3, pero la serie nunca tuvo final: jamás se supo cuál de los dos era el progenitor, si el que moría en Aliens o el que sobrevivía en Profundidad Seis.

Papá comandante situaba el campo de batalla familiar en una base militar, con el estricto mayor MacGillis haciéndose cargo de las hijas de su novia periodista (y, entendemos, mucho más liberal). Su protagonista era Gerald McRaney, recurrente habitual que había dado el salto al éxito con la serie de detectives Simon & Simon, una verdadera apología del Chevrolet Camaro emitida aquí por las autonómicas que dio incluso para un crossover con el Magnum de Tom Selleck, y en la que McRaney ya hacía de veterano de Vietnam.

De otro mundo. Los fines de semana de la cadena pública fueron el escenario de muchas series más o menos anecdóticas. Entre ellas está esta parodia de ciencia ficción Amblin tan en boga en la época y en la que una adolescente, mitad extraterrestre y mitad humana, aprendía a usar sus  poderes para causar, y arreglar, todo tipo de amables equivocaciones. Ojo a la presencia de un mítico de la serie B como Doug McClure y de Joe Alaskey, la fallecida voz de Bugs Bunny y el Pato Lucas después de Mel Blanc. Claro que la palma se la lleva Burt Reynolds haciendo (sin acreditar) la voz original de Troy, el padre de la criatura.

Un hombre de familia. En la soleada California del universo Padres forzosos y Los tuyos y los míos (otra que podía estar en este listado), los bomberos no son toreros, sino padres de familia viudos. Esta producción de Miller/Boyett es, como las anteriores, una convencional comedia en la que todo está destinado a demostrar que la familia unida jamás será vencida. La serie se emitía en EEUU junto a La familia Hogan, otra similar al servicio de Valerie Harper primero y Jason Bateman después, y en España ocupó las inevitables sobremesas de Antena 3 de los primeros noventa.

Vivir con Mr. Cooper es un producto más del inefable Jeff Franklin, creador de Padres forzosos, ahora despedido del remake de su propia serie en Netflix por todo tipo de conductas inapropiadas. El señor Cooper del título era el cómico de color Mark Curry, un antiguo jugador de la NBA que regresaba a su lugar de origen para ser entrenador en un instituto y vivir, ya saben, todo tipo de divertidas aventurillas con dos dicharacheras vecinas.

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