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De «Friends» a «MASH»: 6 comedias que siempre funcionan

De «Friends» a «MASH»: 6 comedias que siempre funcionan

El humor es una cosa muy personal. Y el humor cambia de época en época, a medida que nos cambiamos el traje como sociedad. En ocasiones una sitcom caduca, en otras pasa de moda, y en otras simplemente nos damos cuenta de que nunca fue graciosa. Les ofrecemos una selección de productos cómicos de calidad, aptos en conjunto para casi todos los paladares.

Un tema que parece hecho para Friends tenía que empezar por Friends. Y es que la comedia de Martha Kaufman y David Crane, a quienes solo les faltó pedir perdón por la serie (aunque no devolver el dinero) ante recientes acusaciones de indignaditos woke, es la definición de sitcom a prueba de bombas. Hay algo en ella que trasciende el retrato generacional y convierte a Friends en una comedia más o menos eterna, pese a lo obsoleto de algunas bromas y el convencionalismo del formato. ¿Será la química de los actores, el verismo y la ternura que se esconde tras su sentido del absurdo? ¿O será acaso el hombre gordo desnudo de enfrente suyo?

A Seinfeld ya le dedicamos un artículo entero, pero es que la serie que en España todavía atesora Amazon Prime debe figurar en todo listado “sitcom” que se precie. A estas alturas recomendar el trabajo televisivo de Jerry Seinfeld y Larry David (por cierto, su Curb Your Enthusiasm está en HBO entera) parece un ejercicio de ineptitud de bloguero un tanto convencional, pero no importa, la serie merece encajar ese golpe. No hagan caso de sus primeros episodios e insistan, insistan, insistan con ella. No se arrepentirán.

¿Es 30 Rock, aquí Rockefeller Plaza, una serie clásica? No lo sabemos y lo cierto es que tampoco nos importa demasiado. Emitida entre 2006 y 2013 en, por supuesto, NBC y desaparecida a fecha actual del streaming español, la serie pergeñada por Tina Fey descubrió al mundo que Alec Baldwin podía ser un gran comediante y es un perfecto ejemplo de esa hornada de sitcoms laborales, cada una hija de su madre y de su padre (Parks and Recreation, The Office, Brooklyn 99…), que adornaron la tele USA de la década anterior y poco la siguiente. Basada en las experiencias de Fey como guionista de Saturday Night Live, el invento no se limita a aportar su angst femenino. Tronchante.

El tirar de ironía garantiza a Matrimonio con hijos un lugar en este modesto recordatorio. Entre tantas Cosas de casa, Enredos de familia y Papá comandante, la desastrosa familia comandada por Ed O’Neill (que más tarde encontraría la redención en Modern Family) sirvió de anticipo a toda esa ola de familias disfuncionales que, a caballo entre los ochenta y los noventa y con los Simpson a la cabeza, estaba por llegarnos.

De Chuck Lorre hemos seleccionado Mom. El creador de las exitosas Big Bang y Dos hombres y medio y la sensacional El método Kominsky acertó de pleno en este aparente derivado de las primeras, solo que con marcado acento femenino (y, además, mejor). La historia de una madre y una hija obligadas a convivir juntas no se limita ahí, sino que se atreve a ser más desgarradora que la de Charlie Sheen, mostrando los efectos del alcohol y la precariedad económica.

Quién iba a decir que una Palma de Oro en Cannes iba a generar una exitosa sitcom de once temporadas. MASH capitalizó el antibelicismo vietnamita y el éxito de la película de Robert Altman de una manera magistral. Lo hizo a lo largo de once largas temporadas, del 72 al 83, y gran éxito internacional, lanzando la carrera de Alan Alda, uno de los médicos de campaña destinados en el frente. ¿Es MASH una sitcom, cuando, al igual que Sexo en Nueva York, tiene su importante dosis de escenas dramáticas? Dejemos que nos corroa la duda: la corta duración de los episodios y la presencia de risas enlatadas al menos nos indican que sí.

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