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¿Es un motín? No, sire, es una revolución

¿Es un motín? No, sire, es una revolución

Me parece una gran idea que el catedrático de inglés, doctor en Letras y escritor Juan Eslava Galán (Arjona, Jaén) haya escogido el modelo para contar hechos históricos continuos y complejos, empleada en la serie de libros “contada para escépticos”. Hasta la fecha, incluido su último libro La Revolución Francesa contada para escépticos, son diez los libros editados bajo esta fórmula, que se caracteriza por una narración sobresaliente, con un estilo claro y atractivo. Eslava Galán explica de manera rigurosa, entretenida y didáctica estos episodios históricos.

Desde el primero que leí he encontrado en estos libros, a los que califico como sobresalientes, frases que se iluminan, como si estuviesen impresas con tubos de neón; son citas que destacan por sí mismas. Los libros de Eslava Galán, al que sus propios compañeros escritores consideran como “el padre de la moderna novela histórica española”, son obras que desprenden halos de luz, que hacen parecer que el libro que tenemos en nuestras manos es mágico.

"Su prosa elegante, erudita e inteligente hace que no solo nos entretengamos con la lectura, sino que también sonriamos y descubramos detalles sorprendentes de la Historia"

Quizá conozcamos algo sobre lo que fue la Revolución Francesa, pero seguro que desconocemos que en 1783, un volcán islandés llamado Laki provocó una erupción que lanza a la atmósfera terrestre tal cantidad de polvo que hace que el Sol se oscurezca e impide que sus rayos lleguen a los campos de Europa, hecho que provoca que las cosechas se malogren. Sin productos del campo y con una crisis económica enorme, la hambruna se instala en Francia, para desesperación de los padres y las madres que no pueden alimentar a su prole, hecho que provocará que el pueblo hambriento tome conciencia de cómo los reyes y la nobleza derrocha a manos llenas los impuestos que paga la clase trabajadora. Se calcula que el gasto de la monarquía y de la nobleza, que vivían en su burbuja de Versalles, ascendía a un cuarto del PIB anual de Francia. Con este episodio y el primer vuelo del globo de los hermanos Montgolfier da comienzo el libro La Revolución Francesa contada para escépticos. Juan Eslava Galán utiliza en su ensayo la figura ocasional de una pareja de socios de un negocio, uno español y otro francés, a los que convierte en narradores ocasionales para que cuenten la visión que gente de la calle tiene de la sucesión imparable de terroríficos acontecimientos. Una vez más, Eslava Galán nos hace disfrutar con la narración llena de su prosa elegante, erudita e inteligente, haciendo que no solo nos entretengamos con la lectura sino que también sonriamos y descubramos detalles sorprendentes de la Historia.

"En la década de los ochenta del siglo XVIII se producen en Francia tal cantidad de descontentos populares que provocaron que se convocasen los Estados Generales"

El autor describe cómo en la Francia del siglo XVIII nace una corriente filosófica que propugna la felicidad y el progreso del hombre mediante la aplicación del entendimiento. A ese tiempo se le llamó la “Edad de la Razón”. A la vez surge una pléyade de pensadores, llamados philosophes, que cuestionan la organización social y pretenden renovarla aplicando criterios racionales. Voltaire, Rousseau, Diderot, Hume, D’Alembert, etc., están entre los principales pensadores que alumbraron las nuevas ideas, siendo el más importante Montesquieu, quien enunció que “la democracia se basa en la independencia de los tres poderes: el ejecutivo, el legislativo y el judicial”. Estos philosophes enuncian teorías tan importantes, para los tiempos futuros como las contenidas en El contrato social, en donde se afirma que “la razón humana y la ciencia deben estar antes que la religión y el fanatismo”.

El libro de Juan Eslava Galán se divide en dos partes dentro de cada una de las páginas. La primera parte corresponde a la maravillosa narración del ensayo, sostenida, en algunos momentos, por chispeantes diálogos llenos de la ironía y la socarronería que es marca de la casa. En la segunda parte, reitero, dentro de la misma página, escrita con una letra varios números más pequeña que la otra parte, encontramos “notas a pie de página” que, a veces, ocupan más espacio que la propia narración y dan explicaciones eruditas que permiten al lector disfrutar del inmenso conocimiento que posee el autor sobre la materia que trata.

"Eslava Galán cuenta que a partir de 1789 cada hecho que se produce, por nimio que sea, se convierte en símbolo de los nuevos tiempos"

A lo largo del final de la década de los ochenta del siglo XVIII se producen en Francia, y sobre todo en París, tal cantidad de descontentos populares que provocaron que se convocasen los Estados Generales, reuniéndose los llamados “tres estados”, que estaban formados por los nobles, la iglesia y los campesinos, estados que están marcados por las grandes diferencias sociales, económicas y de vida. Rápidamente se redacta una Constitución, en donde se declara que «todos los hombres nacen libres e iguales, y que cada diputado posee un voto». Se disuelven los Estados Generales y nace una Asamblea Nacional (junio de 1789). La situación social, unida a la hambruna y al despertar de la conciencia de clase de los miembros del tercer estado, hace que estos últimos empiecen a provocar, no ya un motín, sino una auténtica revolución, de la que nadie sabe cuáles van a ser sus consecuencias y que les hace gritar ¡abajo los curas y los nobles! y ¡viva la igualdad! Son tantas las algaradas callejeras que los ciudadanos solo desean que acaben los alborotos y haya justicia para todos.

Eslava Galán cuenta que, a partir de 1789, cada hecho que se produce, por nimio que sea, se convierte en símbolo de los nuevos tiempos. La Bastilla, fortaleza transformada en prisión de nobles y personas notables, fue asaltada un 14 de julio de 1789 por una turba de sans-culottes; en principio fue un asalto en busca de la pólvora guardada. Sin embargo, con el paso del tiempo se convirtió en un símbolo de la rebelión en busca de la “libertad”. A partir de ese momento, la Revolución puede decirse que adquiere el gusto por la sangre. El siguiente paso dado por los revolucionarios es redactar otra nueva constitución, en donde se recoge que “la soberanía reside en la nación y que todos los hombres nacen libres e iguales”. Otro aspecto, en el que insiste el autor, es en los avances que la Revolución trae en los aspectos filosóficos y jurídicos. Se revisa incluso el concepto punitorio, humanizando, si eso es posible, la ejecución de los condenados a muerte. Hasta el momento, una condena a la pena capital podía llevar aparejado un castigo previo en donde se sometía al reo al sufrimiento y al tormento. Durante la Revolución surgió el debate en la Asamblea sobre cómo conseguir que la ejecución fuese menos encarnizada y más eficiente para el condenado. De ese debate nació la propuesta del doctor Guillotin, quien propuso recuperar un instrumento que había sido utilizado durante años en Italia, un artilugio de diseño racional que permitía al verdugo ejecutar la sentencia evitando al condenado sufrimientos y haciendo su trabajo con rapidez. Fueron miles los que pasaron por la guillotina, incluidos los reyes, su familia y muchos de sus nobles. Con el tiempo, el hambre, que fue el detonante de la Revolución, no remite.

"Para conocer de manera rigurosa todo lo que ocurrió en ese tiempo, recomiendo este nuevo ensayo de don Juan Eslava Galán, en donde realiza una magnífica narración de la Historia"

La Revolución Francesa, como bien describe Eslava Galán, entendida en su conjunto, es “una historia llena de desesperación, lucha y romanticismo, tiznada en sangre”. Las inquinas y la sed de castigar a todo el mundo hicieron que se suprimiesen las garantías procesales y se implantasen las ejecuciones a voluntad. Este macabro régimen se conoció por “el Terror”. La gran paradoja es que incluso los arquitectos y defensores del Terror acabaron condenados a muerte por el propio tribunal que habían creado. La anarquía y el hambre continúa tumbando convenciones e instaurando nuevas formas de gobierno. La desesperanza crea un desencanto revolucionario. La ilusión, según cuenta Eslava Galán, vuelve con la aparición de un artillero corso llamado Bonaparte. Este, mediante la guerra, consigue que los franceses recuperen su autoestima, se llenen las arcas del tesoro, mitigue el hambre y el pueblo francés se vengue de las monarquías extranjeras que intentaron derogar la Revolución y restaurar a los Borbones en el trono.

Con la lectura del libro queda claro que, en Francia, desde finales del siglo XVIII y principios del XIX, a lo largo de cerca de cuatro décadas, se produjo tal cantidad de terremotos políticos, con sus réplicas y contrarréplicas, que cambiaron los conceptos jurídico-filosóficos de la organización de las naciones, dando paso a la moderna democracia. Democracia que tiene grabado, de manera indeleble, el lema “Libertad, Igualdad y Fraternidad”, nacido de la Revolución Francesa.

Como decía al principio, para conocer de manera rigurosa todo lo que ocurrió en ese tiempo, recomiendo este nuevo ensayo de don Juan Eslava Galán, en donde realiza una magnífica narración de la Historia. Estoy convencido de que los lectores seguidores del autor arjonero quedan a la espera de su próximo libro de la serie “contada para escépticos”.

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Autor: Juan Eslava Galán. Título: La Revolución Francesa contada para escépticos. Editorial: Planeta. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

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Ricarrob
Ricarrob
11 meses hace

La serie de los escépticos es genial. Se respeta la historicidad, hay humor y un sano escepticismo aplicado sobre todo al poder y a la religión, la otra forma de poder sobre las personas. Muchos somos los escépticos que esperamos siempre el siguiente título de la serie. Mucho trabajo detrás, de investigación, documentación y lecturas, mucho.