Grandes regalos navideños (II): La leyenda de Don Fermín, de Manuel Marsol

Esa fantasía es un homenaje vivo a la tradición española (sus paisajes, sus monumentos, sus relatos, su pintura…). Es viva porque no es culturalista (en el sentido de seria o amanerada), porque entremezcla lo culto y lo popular (lo acontecido, lo entresoñado y el juego), como en los mejores romances.

La trama se sostiene sobre el hecho insólito, principio humano que eriza la imaginación acontezca en Soria o en Hanging Rock. Don Fermín desaparece en una cueva. Eso es todo. Más que de sobra para que en torno a ese estremecimiento (que pasma y atrae al niño, en especial) se levante el regocijo de las versiones y la construcción artística (un relato, una canción, un poema, una película…).

Marsol da forma a un álbum dibujado sobre paneles de madera. Aparecen los mejores rasgos de su imaginación (el viaje, el juego, la emoción a flor de piel, la reunión de elementos, que se transforman en el contacto; el latido biográfico, familiar). A la maestría artística (las vistas desde lo alto, el poder cinematográfico de la imagen —inolvidable arranque en plano picado, como inolvidable es la doble página que anuncia la espantada del caballo de Don Fermín—, el detallismo lúdico-grotesco…) se suma una firme voluntad, nacida de una conciencia de autor (sea el Bécquer del Monte de las Ánimas, el Falla de los Jardines de España o el anónimo versificador de la historia del Conde Olinos): representar la vibración del tiempo, captar la energía que trasciende el presente.

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Autor: Manuel Marsol. Título: La leyenda de Don Fermín. Editorial: SM. Venta: Todos tus libros.