Inicio > Blogs > Circunvoluciones > Infancias maravillosas

Infancias maravillosas

Infancias maravillosas

Me han encantado últimamente unos cuantos relatos del género “autores que recuerdan”, subgénero “infancias maravillosas”, género literario en el que podríamos encuadrar la celebrada memoria infantil de Canetti, el canónico relato que encabeza la Recherche o los conocidos recuerdos de Roald Dahl titulados, simplemente, Boy.

Los relatos que digo son cinco y sus autores, menos conocidos que Canetti, Proust o Dahl. Empezaré por Los felices días del verano, de Fulco Di Verdura (1898-1978), un caballero italiano que escribió en inglés y que se ganó la vida entre Nueva York, París y Milán, al lado de la gran Coco Chanel. Pese a tanto como podría contar, Verdura se limita a evocar sin pizca de sentimentalismo su infancia siciliana en los años anteriores a la Gran Guerra. Un relato bien conocido en el mundo angloparlante y editado con esmero por Errata Naturae en 2019 con excelente traducción española de Txaro Santoro.

"Fortes expone una Galicia sin tópicos en el estilo seco y preciso que cabe suponer a un militar leído y templado"

En A rienda suelta, otra memoria de infancia, Xosé Fortes recrea un mundo bien distinto, aunque no menos feliz, el de una aldea pontevedresa de los años 40. Su texto vio la luz también en 2019 de la mano de Ediciones del Viento, de La Coruña, sin hacer la más mínima referencia a ninguna otra circunstancia del autor. Y eso que, como Fulco Di Verdura, Fortes tiene mucho que contar: hace 50 años fue El Comandante Fortes, militar español de carrera y miembro fundador de la Unión Militar Democrática (UMD) que tantos dolores de cabeza dio al franquismo. Fortes expone una Galicia sin tópicos en el estilo seco y preciso que cabe suponer a un militar leído y templado. Encabeza su evocación con dos citas; una de ellas, del crítico cinematográfico Ángel Fernández-Santos, es toda una seña de identidad: “el western es ese lugar poético, oscuro y trágico de donde venimos los hombres de mi generación”.

Otra infancia feliz, expuesta con envidiable naturalidad, es la de Miguel Sáenz, académico de número en la calle Felipe IV. De oficio y profesión sus traducciones, en Territorio relata sus recuerdos de un remoto lugar de África; publicados por Funambulista en 2017, me dan pie para hablar de otra memoria infantil en un lugar también particularmente remoto, Soria, cogollo de lo que los clásicos llamaron Celtiberia y los modernos, España Vacía. Relató su infancia allí con gracia a raudales el periodista gallego Luis Pita, que en 1952, cuando sólo tenía diez años, acabó con sus hermanos en tan exótico destino siguiendo a su padre, funcionario. El escritor Javier Marías, que en su infancia también conoció Soria, aunque por motivos bien distintos, escribió una breve nota para las ediciones que, ya fallecido Pita, realizaron sus herederos con el título El sauce llorón. “La ciudad de Soria (…) semeja (…) un lugar de ficción”, asegura. Y compara la vieja ciudad del Duero con prestigiosos rincones exclusivamente literarios como Elsinore, Región, Combray y Yoknapatawpha.

Un lugar sin duda “real”, aunque en la literatura también parezca ficción, es el cafetal del mexicano Jordi Soler, hijo del exilio español del 39. En sus Usos rudimentarios de la selva (Alfaguara, 2018) levanta del fondo de sus recuerdos un rincón exuberante perdido en algún lugar del trópico a medio camino entre Macondo, Soria, Comala y el Territorio de Miguel Sáenz. La magia de la literatura, unida al talento de este mexicano criado en catalán y español, convierten la sede de su infancia en una ensoñación de Las Mil y una noches.

"En esto de las infancias maravillosas, la literatura española cuenta con un excelente fondo de armario"

Quiero señalar, para terminar, que este género de las “infancias maravillosas” se ha cultivado en España más de lo que ciertos críticos pretenden. Y lo señalo porque los eruditos alemanes siguen encastillados en que no hay literatura memorialista en español y, de manera destacada, en la propia España (*). Enrocados en ese tópico antiguo, Pamen y el pintoresco grupo de Heidelberg ignoran, yo que sé, las Memorias de niñez y mocedad, de nada menos que Unamuno, o Las confesiones de un pequeño filósofo, de Azorín. Por no mencionar la Crónica del alba, primera de las nueve novelas que integran el ciclo de Sender de título homónimo, o La forja, primer tomo de la trilogía La forja de un rebelde, otra espléndida idealización de la propia infancia, en este caso de Arturo Barea. En esto de las infancias maravillosas, la literatura española cuenta con un excelente fondo de armario (en español y en las otras lenguas españolas) que si está aún por descubrir, es muy asequible para todo tipo de lectores. Y subrayo el adjetivo “excelente”, que no está ahí puesto a humo de pajas.

—————

(*) Hermann Klaarsberg, Ray OberKlüssen and Markhub Ostende. Modern and ancient Spanish Literature: three considerations. Saint Matthew Pensacola University Bulletin. Pensacola University Publishers. May, 2021. Pensacola, Escambia County (Florida, USA). Gottfried Hatzfeld. Literästhetik des Mittelalters. Zeitschrift für Romanische Philologie, LVIII. Upsala (West Germany 1989), págs 209-272.

4.6/5 (15 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios