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La carne y el agua

La carne y el agua

Nacer y amar: dos acciones para las que uno nunca podrá estar preparado. Tienen en común que nos encontramos en ellas, viviéndolas y sintiéndolas, a su pesar, sin aviso previo. Nadie nos ha pedido permiso ni ha pensado si queremos pasar por esos trances. Son irremediables y nos sirven para encadenar multitud de enseñanzas y pesares. El trauma que suponen ha llenado páginas, estudios, sueños y conversaciones desde tiempos remotos. Nunca querríamos que acabasen, pues en nuestra naturaleza está la necesidad de lo complejo y la dificultad creada o venida para comprobar si aún somos capaces de superarnos ante las vicisitudes o rendirnos; ‘y así comienza a maquinar la boca otras posibilidades/ de pasar el rato/ mientras tanto un //mientrastanto// haciendo un gesto comúnmente humano’, como se dice en el primer poema.

"Cada gesto, cada pensamiento, tiene consecuencias o exigencias pantagruélicas"

El amor en Líquida tuya y vertebrada, último libro de Carla Nyman, es rendición pero sin la parafernalia sentimental que suele caracterizar la escritura lírica de estos estados anímicos, y en los años recientes han ido surgiendo diversas lecturas que deconstruyen esa tendencia proponiendo nuevas miras en torno al enamorarse y el dejar de estarlo. En este libro de poemas, breve y complicado de abordar, el amor se describe desde la escatología. Cada gesto, cada pensamiento, tiene consecuencias o exigencias pantagruélicas. No se quiere al otro, no es suficiente. Se quiere su carne, lo que hay debajo de todas sus capas. El regodeo en los tejidos y líquidos que componen la anatomía humana porque, como el corazón, si existe, es siempre igual, como apuntó JRJ, Nyman ha preferido abordar el resto de órganos y circulaciones que se esconden tras los manoseados erizamientos de piel. Le es más interesante el calor que se genere entre la membrana-intestino-estómago que las tópicas mariposas revoloteando en el mismo. Pero no han de preocuparse los lectores aprensivos: no hay un tono gore en estos versos. A pesar de su crudeza, es más cercano a lo fisiológico.

"Vemos crecer esa fisura interior desde fuera, alcanzándonos, desmoronándose nuestro material biológico porque alguien nos ha dicho con mucho ímpetu que quiere ser nuestro"

Nyman, que también es autora teatral y cuyas obras siguen esta línea de investigación en torno al proceso amoroso y sus repercusiones físicas, ha querido revolver la estructura léxica de sus poemas introduciendo mayúsculas, espacios, líneas, sonidos, como si padecieran de tics nerviosos. Sus versos son espasmos que imitan las sacudidas placenteras. Son gotas de ácido úrico que queman por la obligación de saborearlas. Son todas las similitudes que uno quiera buscar uniendo lo amoroso con lo sintomático. «No nos basta el nuestro concierto anatómico!», asume la poeta. Vemos crecer esa fisura interior desde fuera, alcanzándonos, desmoronándose nuestro material biológico porque alguien nos ha dicho con mucho ímpetu que quiere ser nuestro, y la dopamina regresa, nos empieza a oler, diríamos mil cosas, pero es tan físico lo que padecemos que olvidamos que las palabras pueden ponernos en peligro, pueden dejarnos solos. Sería apropiado, escribe Nyman, «el ir sin verbo […] tenerme ya muy dentro de tu lenguaje […]: con tu boca en mi mano: de mí grande y hermoso así es como engordo tu silencio». Ese silencio que sucede después de las comidas copiosas o los amores agotados.

Líquida tuya y vertebrada es un monólogo troceado. Me atrevo a calificarlo de tal modo porque en nuestra actualidad, entre tanta relación líquida de veinte horas sustituyendo a veinte años, esta voz intenta hacer acopio de lo más tangible y apreciable del sexo, de por sí puramente carnal, y del sentimiento amoroso. Como si de notas del móvil recopiladas y escritas con velocidad fervorosa, pretenden estos versos dar rienda suelta a la «desgracia fantástica del vivir:/ quebrarse en la contradicción/ hacia lo que ama», deglutirlo y expulsarlo, porque hasta en las heces podremos hallar restos de lo que uno ha querido. Nos reconoceremos en ese detrito, confundidas las figuras del que ama y es amado, así como en la descomposición de la carne por el agua.

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Autora: Carla Nyman. Título: Líquida tuya y vertebrada. Editorial: Letraversal. VentaTodos tus librosAmazonFnac y Casa del Libro.

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