Inicio > Libros > No ficción > La historia silenciada
La historia silenciada

La historia silenciada (Plaza y Valdés, 2022) es una obra que recoge las unidades didácticas para «recuperar la memoria histórica democrática» de Javier Rodríguez González y Enrique Javier Díez Gutiérrez. Este último cuenta en Zenda cómo elaboraron este libro.

España tiene que dejar de ser una anomalía en Europa y en el mundo. Al menos, imitar al resto de países donde en la escuela se garantizar el derecho al conocimiento histórico veraz de la devastación humana que ha sufrido el mundo desde la aparición del fascismo en la década de 1920 y de los genocidios que éste llevó a cabo.

La realización de acciones y propuestas curriculares destinadas a garantizar el derecho de la ciudadanía al conocimiento histórico veraz de la memoria histórica democrática es hoy en día una realidad con prestigio en los principales contenidos curriculares de países de la Unión Europea, en Estados Unidos y Canadá, en Argentina y Chile, en Australia y en Japón; y la memoria de las dictaduras se extiende a países como Ruanda o Sudáfrica. A diferencia de España, Alemania reconoce los crímenes y la violencia que cometieron, acepta las responsabilidades por ello y los niños y niñas alemanes aprenden en el colegio cómo comportarse ante el recuerdo y la memoria.

Es decir, en otros países no pasa lo que lleva sucediendo tanto tiempo en España. De hecho, hasta la ONU, en 2014, emitió un informe que cuestionaba la aplicación de la Ley de Memoria Histórica. Y en 2020, en el nuevo informe de la ONU sobre derechos humanos en España, insistía en pedir avances en esta materia y reiteraba la necesidad de avanzar en el derecho a la verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.

Si un solo alumno o una alumna acaba el período de educación obligatoria sin conocer esto, es una tragedia en pleno siglo XXI. Es que algo estamos haciendo mal en el sistema educativo.

Por eso hemos realizado estas Unidades Didácticas para la Recuperación de la Memoria Histórica que han sido publicadas en junio de 2022 por la editorial Plaza y Valdés con el título La Historia Silenciada.

La educación ayuda a construir y asentar el imaginario colectivo de las futuras generaciones, la comprensión que se hace y la perspectiva que se adopta sobre el pasado, el presente y el futuro, así como las conexiones con las causas y razones que han motivado las acciones humanas a lo largo de la historia. Además, el estudio de la Historia en la escuela es el único momento de las vidas de buena parte de la población en que tienen contacto directo con la historia académica. De ahí la publicación de la Historia Silenciada que muestra, en formato de libro de texto lo que deberían ser los contenidos, las actividades y los temas que se deberían impartir en la escuela.

Las nuevas generaciones necesitan conocer y comprender su pasado, la historia de su comunidad social, porque tienen derecho a la verdad. La “memoria histórica democrática” es la recuperación de la verdad desde la memoria de la democracia republicana y los logros de justicia social, equidad y libertada que promovió, pero también desde la herida de las víctimas del golpe de estado fascista que truncó la incipiente democracia y desde los valores que defendió y sostuvo la resistencia antifranquista frente a la dictadura genocida franquista y que dieron lugar a los derechos sociales y las libertades que hoy tenemos.

Pero las investigaciones que hemos realizado constatan que actualmente el alumnado español sigue sabiendo más del nazismo que del franquismo. De hecho, lo compruebo cuando voy con mi alumnado universitario a ver “El silencio de los otros”, ganador del Goya al mejor documental. Parte de mi alumnado comenta sistemáticamente al salir de la proyección: “nadie nos había explicado nada de esto”.

Esta “desmemoria” es sorprendente porque la historia es una materia que se imparte en los centros docentes, y además durante dos cursos (4º de Secundaria y 2º de Bachillerato) se dedica a la historia de España. Pero el profesorado explica que en cierta medida se “pasa de puntillas” por estos temas y el alumnado asegura que pocas veces se llega a ellos.

El olvido de la memoria histórica en la escuela ha supuesto que las generaciones que han llegado todos estos años a su etapa adulta carezcan de una formación sólida sobre lo que supuso la dictadura franquista y la lucha antifranquista que se mantuvo frente a ella.

Parece como si hubiera una estrategia intencionada para evitar profundizar en nuestro pasado, que facilita la manipulación mediática y política, con la vigencia de una mitología llena de lugares comunes como «reabrir viejas heridas», «revancha», «rencor», etc. y la permisividad ante un franquismo sociológico que ha cristalizado en un partido neofascista como VOX.

Todo lleva a pensar a las y los expertos en historia que, si alguien se propuso enseñar rigurosa y sistemáticamente la historia española reciente, ha fracasado estrepitosamente. A menos —y esto es más que probable— que haya habido una estrategia intencionada para evitar profundizar en nuestro pasado, en cuyo caso la ignorancia generalizada resultante habría sido un éxito gracias a la escasa y deficiente enseñanza impartida.

Por eso nos decidimos a realizar una investigación en la que revisamos y analizamos los contenidos de los manuales escolares de Historia de España y en la que realizamos entrevistas a profesorado de Historia y a alumnado de estos cursos, donde hemos comprobado que la memoria histórica de aquel período permanece invisibilizada, ocultada e incluso tergiversada en la mayor parte de los libros de texto escolares que utilizan.

Perdura la teoría de la equidistancia, insistiendo reiteradamente en afirmar que hubo un “enfrentamiento fratricida”, como si dos partes se hubieran enfrentado en las mismas condiciones o legitimidad. La concepción de que “todos fuimos culpables” plantea que hubo un enfrentamiento entre dos bandos, una lucha fratricida entre hermanos, donde la “culpabilidad” se reparte por igual a las dos partes enfrentadas. Equiparando al torturador y la víctima torturada. Como si dos bandos igualados se hubieran enfrentado en las mismas condiciones o legitimidad. Pero una democracia nunca es culpable de un golpe de estado y un gobierno democrático nunca es un bando.

Está claro que en este memoricidio la falsa memoria del franquismo no se vio contrarrestada institucionalmente con una nueva política de la memoria sustentada en los referentes democráticos republicanos. De esta forma la memoria republicana fue excluida del imaginario colectivo, quedando su memoria proscrita al ámbito individual. Mientras que otras democracias, como la italiana o la francesa, se fundaron sobre el paradigma del antifascismo, la española lo hizo sobre el de la “superación” del pasado.

Por eso, desde la educación debemos pasar a concebir la memoria histórica democrática como un derecho de ciudadanía y un derecho a la verdad, la justicia, la reparación y la garantía de no repetición del fascismo.

Si un solo alumno o una alumna acaba el período de educación obligatoria sin conocer esto, es una tragedia en pleno siglo XXI. Es que algo estamos haciendo mal en el sistema educativo. El deber de memoria ha sido plasmado en el Derecho Internacional y en los Derechos Humanos. Y lo hemos trasladado a esta herramienta de trabajo, amena y atractiva, que ayude al profesorado, al alumnado, a la comunidad educativa en su proceso de enseñanza y aprendizaje y a toda la sociedad interesada, con actividades adecuadas a las edades del alumnado.

El libro cuenta con tres unidades didácticas (Segunda República, Represión Franquista y Lucha Antifranquista) que están estructuradas de la misma forma. Se inician con un mapa conceptual, es decir, un esquema o gráfico inicial que sintetiza los contenidos fundamentales que se desarrollan en el tema y ayuda a entender las relaciones y los contenidos esenciales. El color del texto del título y de la banda vertical que divide las páginas es diferente en función de cada una de las unidades didácticas, diferenciándolas así.

Los contenidos han sido desarrollados con la mayor claridad y síntesis posible, basándonos en la documentación histórica más actual, acompañándolos de ilustraciones y fotografías que ayuden a situar al lector o lectora en la época histórica al reflejar gráficamente cómo era la realidad de ese momento. Incluyendo en las páginas de cada unidad frases sorprendentes, curiosidades, para ampliar la información y hacer más ameno el trabajo con los contenidos. Teniendo en cuenta que este libro va a ser utilizado también por profesorado se ha incluido en cada unidad didáctica los objetivos que se espera que logre el alumnado al final del aprendizaje con cada unidad didáctica.

Pero quizá lo más relevante del libro sean las más de 100 actividades incluidas en él. A través de ellas no sólo se puede evaluar el grado de comprensión que ha tenido cada alumno o alumna del proceso de aprendizaje, sino que puede facilitar que desarrollen su capacidad de análisis y de profundización en los temas que se desarrollan. De ahí, que las actividades se hayan dividido en cada unidad didáctica en tres grandes bloques o grupos:  Actividades de comprensión global del tema, Actividades de análisis de texto y Actividades de profundización y ampliación de los contenidos.

El bloque de actividades de refuerzo y ampliación tiene como finalidad que aquellos chicos y chicas que ya han terminado las anteriores, antes que el resto, o que quieren seguir profundizando en la materia, puedan trabajar bien de forma independiente o bajo una supervisión del profesorado más libre y abierta.

Al final de cada unidad didáctica hay una serie de páginas especiales dedicadas a la bibliografía más reciente, es decir, los libros publicados de especialistas de reconocido prestigio sobre este tema. Pero también novelas que abordan la temática de cada una de las unidades didácticas, república, represión y lucha antifranquista, pues a través de ellas se puede comprender, profundizar y trabajar sobre estos contenidos de una forma también amena y atrayente. De la misma forma se incluyen películas sobre los contenidos de cada unidad que puedan ayudar a conocer y trabajar didácticamente los propios contenidos de una forma más motivadora. Y páginas webs en internet que disponen de mucha información al respecto y que continuamente se están actualizando, por lo que mantienen la información y los conocimientos al día.

Algunas de estas páginas “especiales” que queremos resaltar son las dedicadas a testimonios de las propias víctimas. Aquellos que dieron su vida por la dignidad, la libertad y la democracia instaurada con la II República y que fueron dejadas en la cuneta por la historia oficial.

Queremos que quienes dieron su vida por los principios y valores democráticos republicanos pasen de “rojos”, de “bandoleros” y “víctimas” a protagonistas de la historia. Que su nombre no se borre de la historia, como decían las 13 rosas y quienes iban a ser fusilados. No sólo que no se borre, sino que pasen a ocupar un puesto protagonista en la historia futura. Tenemos que conseguir que los auténticos protagonistas de la Historia con mayúscula sean quienes lucharon por una sociedad más justa, más libre y mejor. Y estos, sin duda, han sido quienes dieron su vida por defender los valores y logros alcanzados por la II República.

Enfocar la historia de esta forma supone situarnos en la corriente de lo que se denomina “educación crítica”. Esta corriente trata de reconstruir un currículum contrahegemónico que garantice la justicia curricular. Un currículum basado en la experiencia y las perspectivas de las personas olvidadas y desfavorecidas, construido a partir de la posición de los grupos subordinados, que invierta la hegemonía. No para dar la vuelta a la tortilla, sino para proporcionar experiencias e informaciones desconocidas y olvidadas, para hacer un currículum más comprensivo, más representativo. Esto significa replantear la historia desde la perspectiva de los perdedores, los grupos oprimidos, represaliados, olvidados.

Como advierten los y las historiadoras «la incomprensión del presente nace fatalmente de la ignorancia del pasado«. No se puede construir un futuro con un pasado basado en la impunidad. Las víctimas de la dictadura sufren una doble violencia: la de sus verdugos y la de borrarlos de la memoria colectiva.

Por eso hay que educar mediante la memoria histórica democrática en el antifascismo en todas las materias y en todo espacio y tiempo escolar, al igual que educamos en la diversidad, en la igualdad, en la inclusión, en la justicia social y en los derechos humanos. Sin concesiones ni medias tintas. Porque no se puede ser demócrata sin ser antifascista.

—————————————

Autores: Javier Rodríguez González y Enrique Javier Díez Gutiérrez. Título: La historia silenciada. Editorial: Plaza y Valdés. Venta: Todostuslibros

4.3/5 (61 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)
Notificar por email
Notificar de
guest

31 Comentarios
Antiguos
Recientes Más votados
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios
Felipe Hermoso
Felipe Hermoso
2 años hace

No se puede ser demócrata sin ser anticomunista

Felipe Hermoso
Felipe Hermoso
2 años hace

Por eso hay que educar en el anticomunismo en todas las materias en todo espacio y tiempo escolar. No se puede ser demócrata sin ser anticomunista.

Josey Wales
Josey Wales
2 años hace

Bazofia ideológica sectaria y antihistórica. El Partido Republicano Radical, el Partido de Unión Republicana Autonomista,el Partido Republicano Liberal Demócrata, la Lliga Catalana, el PNV de Navarra y Álava y otros partidos republicanos de centro y derecha apoyaron el Alzamiento Nacional, junto a generales inequívocamente republicanos como Mola, Cabanellas, Sanjurjo y Queipo de Llano. ¿Por qué? Porque no querían una revolución marxista. Eran anticomunistas, no fascistas. A tomar el pelo a vuestra tía.

ALEJANDRO
ALEJANDRO
2 años hace

Un estupendo artículo, que pone sobre el tapete la imperiosa necesidad de sacar a la luz nuestra memoria democrática y hacer pedagogía antifascista.

Pepe
Pepe
2 años hace

Excelentes materiales para integrar en la enseñanza aquello que los fascistas de ayer y los de ahora no quieren que sepamos ni nosotros ni nuestros hijos: su pasado asesino. Muy recomendable para todos los y las docentes que quieren ser justos y rigurosos con la historia de este país.

jose
jose
2 años hace

Quienes estamos en primera línea de la educación sabemos de la importancia de este tipo de propuestas didácticas que rellenan un vacío intolerable. Una democracia no surge de la nada ni puede sobrevivir sin memoria. La historia oficial de este país está teñida de fascismo y es preciso poner en valor a quienes lucharon y fueron torturados y asesinados por vivir en un país como el actual, lejos todavía de las democracias más avanzadas pero, afortunadamente, alejándose poco a poco de una de las épocas más siniestras de nuestra historia.
¡Viva la educación, muera la ignorancia y la mentira!

Lluis
Lluis
2 años hace

Estoy completamente de acuerdo con los autores. Se trata de un reto educativo, social y político, también de una deuda que tenemos con quienes no se han podido expresar. Conocer para pensar y actuar de manera justa.

Marisa De Simon
Marisa De Simon
2 años hace

Una reflexión excelente que comparto en su totalidad

Federico
Federico
2 años hace

Una obra magnífica. Necesaria para sentar un futuro basado en la verdad, la justicia y la reparación.

María
María
2 años hace

Educar en la tolerancia, en los derechos humanos. Eso es sembrar un futuro de paz y justicia. Eso es antifascismo. Una obra imprescindible en estos momentos.

Manolo
Manolo
2 años hace

Magnífico libro para conocer nuestro pasado reciente y no olvidar que hubo un golpe de estado contra un gobierno democrático, una guerra civil y una posterior dictadura cruel.

María Fueyo
María Fueyo
2 años hace

Soy docente; reconozco públicamente que la Historia de España la conté y cuento desde una orilla.

Gracias a vosotros por ayudarnos a ser docentes equidistantes.

Nuestros alumnos tienen derecho a conocer su Historia.

Fernando
Fernando
2 años hace

Gracias por la lucidez del artículo y por la carga argumentaria tan bien estructurada y explicada. Estamos en un estado posfranquista que no será democracia hasta que recuerde y reconozca su historia, y honre la mejor republica de la Historia de Europa.

Consol
Consol
2 años hace
Responder a  Fernando

La memoria histórica forma parte de los derechos humanos. No parece cuestionable su introducción curricular en la educación democrática.
Su ausencia curricular es un indicador de q queda mucho trabajo por hacer.
Argumentar y contraargumentar desde el rigor científico es imprescindible, no desde la descalificación, o la deslegitimación inargumentada.
Gracias por ofrecer recursos para que el pensamiento crítico, la ciudadanía responsable, la ética curricular, puedan favorecer poder argumentar desde evidencias documentales la reflexión sobre nuestra memoria histórica.

Isabel
Isabel
2 años hace

Si

Carles vallejo
Carles vallejo
2 años hace

No se pueder ser democrata sin ser antfascista

Rodrigo Juan
Rodrigo Juan
2 años hace

La verdad nos hace libres. Si los hechos que la sustentan están contrastados, si el conocimiento lo avala… es solo la ignorancia, el miedo y el sesgo autoritario lo que nos atenaza y nos invitan a seguir instalados en la mentira y la involución. Abramos las ventanas y dejemos que corra el aire fresco del conocimiento, de la verdad dialogada y contrastada para que nuestros estudiantes tengan la oportunidad de evitar repetir errores del pasado, que como pueblo tanto daño nos han causado. Demos la bienvenida un material curricular que nos invita a pensar y que contribuye a que las nuevas y actuales generaciones sean cada día más libres…

Rosa
Rosa
2 años hace

Muy interesante. Era necesario un libro tan claro. Por 40 años del triunfo de Franco ( gracias a Hitler y Musolini, no hay que olvidar el detalle) y la transición no resuelta. La educación, en manos de la jerarquia catòlica y una deficitària, pública, han dado en el fracaso en este punto de la memòria històrias.

ADELA
ADELA
2 años hace

Gracias por contribuir a explicar una parte importante de nuestra historia que ha sido silenciada y distorsionada.
Fascismo nunca más!

José
José
2 años hace

Bienvenidas sean las unidades didácticas para «recuperar la memoria histórica democrática». Pienso que son bienvenidas por cualquier persona de buena voluntad, es decir, por todas las ciudadanas y ciudadanos responsables comprometidos con la acción para un mundo mejor; aquellos que, entre los pilares de la dignidad humana, consideren que el conocimiento y la buena educación son necesarios para que las nuevas generaciones sean mejores y más responsables, practicando el respeto a los demás en marco de valores que contribuyan a la convivencia y al mantenimiento de un mundo habitable y sostenible, sin riesgo de que desalmados tomen el poder o nos engañen.
Por ello, es necesario que en la escuela de eduque responsablemente, enseñando y explicando con claridad lo ocurrido. Es necesario que se enseñe la historia para que se tenga conciencia de lo que, en determinadas circunstancias, puede llegar a hacer el ser humano (algunos seres humanos) y cuáles fueron las causas y el contexto que desembocaron esos actos y procesos (sociales, económicos y políticos) en el pasado de nuestra sociedad. También es necesario que se enseñen valores y modos de actuar para facilitar la convivencia y evitar las atrocidades en el futuro. Quienes habitan este planeta hoy, deben incorporar el objetivo de dejarlo en mejor situación que como lo recibieron y neutralizar las amenazas y poderes perversos, éstos deben ser claramente reconocibles para evitar que prosperen.

Óscar Corte Sanchez
Óscar Corte Sanchez
2 años hace

Totalmente de acuerdo con el artículo. Creo que somos el único país del mundo que ha incorporado

Óscar Corte Sanchez
Óscar Corte Sanchez
2 años hace

Totalmente de acuerdo con el artículo. Normalizar una dictadura y un golpe de estado nos denigra como país. Desconocer nuestro pasado reciente es una anomalía que nos avergüenza

Luis Torrego
Luis Torrego
2 años hace

La Relatora Especial de la ONU para los Derechos Culturales dice que la preservación de la memoria histórica ha de entenderse como un proceso que aporta a los afectados por la violación de los derechos humanos los espacios necesarios para articular sus relatos. Las prácticas en ese ámbito deben estimular y fomentar el compromiso cívico, el pensamiento crítico y el debate sobre la representación del pasado y sobre los desafíos contemporáneos que representan la exclusión y la violencia.
Si se niega la posibilidad de recuperación de la memoria histórica, se están negando los derechos humanos y la democracia misma.

SINABEL
SINABEL
2 años hace

Enorme el artículo y las propuestas que evidencia, la necesidad de sacar a la luz nuestra memoria democrática y hacer didactica antifascista. Muy necesario.

Juan
Juan
2 años hace

El nuevo informe de la ONU sobre derechos humanos en España, insistía en pedir avances en esta materia y reiteraba la necesidad de avanzar en el derecho a la verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición.
Ya es hora de que el sistema educativo español defienda la verdad y supere la triste asignatura de historia que nunca llegaba a enseñar lo que fue el periodo 1931-1975.
Ya era hora!
Enhorabuena a los autores.

Tibetano
Tibetano
2 años hace

Antiquísimo

Tibetano
Tibetano
2 años hace

y falaz el argumento que sostiene que un grupo de generales «republicanos» (¿por qué? ¿porque no eran expresamente monárquicos?) emprenden su «cruzada» para evitar una revolución comunista en ciernes, asaltando el poder político y arrasando las instituciones democráticas republicanas. Eso sí que es bazofia propagandística.
Lo hicieron desde posiciones ideológicas ultra reaccionarias imbuidas del fascismo en auge, incompatibles con la política de reformas que atisbaban en el horizonte inmediato tras las elecciones de febrero del 36. Y lo hacían en defensa de los intereses de los que siempre habían detentado la riqueza y el poder.
Produce desazón a las derechas actuales la aproximación al estudio del periodo histórico que abarcaron la brevísima República, el golpe y la guerra y el siniestro franquismo; lo mismo que se lo produce el vaciado de fosas comunes, la supresión de la simbología fascista en un régimen democrático o los versos de Miguel Hernández en las tapias de un cementerio. ¿Cómo es posible, siendo tan liberales ellos?. ¿Será que heredaron una visión «plácida» de ese tiempo oprobioso y no desean que se les evapore ese sentimiento grato de filofranquismo, de post franquismo, o de franquismo a secas?.

Rafael Linde
Rafael Linde
2 años hace

Este libro es una obra muy necesaria, muy importante para desmontar bulos y escritos de pseudohistoriadores sobre la historia más reciente de nuestro país, y más en estos tiempos en los que la extrema derecha amenaza otra vez. Ha costado mucho que la democracia volviera a España y no debemos olvidar quienes quisieron destruirla en 1939 para que no lo hagan otra vez. Mis felicitaciones a los autores.

Ana
Ana
2 años hace

Felicito a los autores por su excelente y necesario trabajo. Con más conocimiento de la historia, los comentarios como el de considerar la Segunda República como comunista no tendrían cabida. Verdad, justicia y reparación.

Conchita
Conchita
2 años hace

Excelente artículo.
Es imprescindible abordar el pasado histórico para entender el presente y construir sociedades democráticas.

Gonzalo Casanova
Gonzalo Casanova
1 año hace

CORRECCIÓN POLÍTICA & IZQUIERDA BRAHMÁN.
Stanley Payne, La Revolución Española, 1.936-1.939. Estaba leyendo este (excelente) libro, y como me gustaba tanto decidí saltar hasta el epílogo; tal acto no es inhabitual en mí, y frecuentemente indica que no voy a continuar leyendo; pero no es éste el caso: tanto me ha enganchado esta obra de Payne.
Pues bien, hacía mucho tiempo que un texto no me impactaba tanto, dejándome boquiabierto, barbilla sobre mano cual Pensador de Rodin.
En fin, que me dieron ganas de aplaudir, y gritar ¡bravo torero! ¡Y que el excelente matador tenga que ser un texano! ¡Lástima!, ¡y viva El Álamo!
El caso es que don Stanley, en tres páginas, hace un soberbio análisis, sociológico/psicológico/filosófico/político, de la doctrina dominante, el Pensamiento Único, en nuestro mundo, o mejor dicho, en el mundo de la izquierda radical: la Corrección Política.
El Sr. Payne alude en su epílogo a milenarismo, religión secular (protestantismo liberal + marxismo), victimismo, Memoria Histórica …, y según él el Gran Camuflaje.
Lo que me sorprende, ¡me admira!, ante todo, es que nuestro historiador se ponga el traje de psicólogo social, incluso de filósofo, y se lance, valiente y corajudo (¡torero!) en los predios p.e. de Juan Aranzadi y Nietzsche.
En cuanto al milenarismo ¿no se pasa muchos pueblos D. Stanley, al meterse en el campo de la religión y la escatología? Pues yo no considero que sea así.
Leí el libro del Milenarismo Vasco cuando salió, y fue otros de esos documentos que me dejaron patidifuso, con una huella en mi coco que todavía perdura. Una de sus ideas capitales es que el marxismo tiene mucho, pero que mucho, de milenarismo, de (sustituto) Religión/Credo. Puede que en primera instancia suene a exabrupto, pero sostengo que hay mucha verdad en el aserto de Aranzadi. Sólo de este modo se entendería el inmenso éxito del comunismo entre los individuos en general, no sólo los trabajadores manuales. La tesis es que tal ideario no se habría expandido tanto en el planeta sólo con los «secos» términos infraestructura económica, superestructura ideológica, objeto/fuerza de trabajo, medios/modo de producción, relaciones sociales de producción, plusvalía, alienación etc. Todo ello un vocabulario demasiado «desértico» para los paisanos. Era necesario ofrecerles algo más, una Esperanza, un Futuro, i.e. el Paraíso en la Tierra, la Sociedad Socialista/sin clases. En esta última los trabajadores compartirán la rica mesa de los burgueses/industriales/empresarios …; bueno, de hecho no lo harán, porque esos privilegiados habrán sido expropiados/reeducados/»ultimados», de modo que todos esos suculentos comestibles (¡ñam, ñam!) serán sólo para los proletarios, ¡por fin!, Igualitarismo, Absoluto.
Sí, tengo la convicción de que esa ideología marxista, aderezada con salsas ultramundanas/pensamiento mítico, era requerida para la victoria del bolchevismo, como opinan Mr. Payne y Aranzadi.

Pero hete aquí que cae el Muro, arrastrando el comunismo, excepto en Corea del Norte. ¡Peligro! ¿Qué va a pasar con ese milenarismo igualitarista? Pues que continúa, secuela de cine, según el señor Payne (le sigo de pleno). El marxismo era una doctrina sobre la opresión de los obreros, sobre liberarse de las cadenas colocadas por los pérfidos burgueses; pero si todos somos de éstos ahora, ¿a quién se exprime? Aquí entra en el plano la Corrección Política, salvadora como el chico bueno del largometraje, que es el vástago (o hermano, desconozco el parentesco exacto), o la nueva (o de siempre) izquierda exquisita. Hay nuevos explotados, que no son ya los currantes, sino: mujeres, homosexuales, lesbianas, trans, bisexuales. Y en el caso de que las leyes garantizaran el Igualitarismo de estos grupos, ya buscaremos (inventaremos) otros esclavizados: los chuchos, los mininos, las terneras, los pollos, los patitos …; y si llegara el caso en que las ratas también fueran Sujeto de Derechos Humanos, le tocará la vez a las rosas, las orquídeas, los tulipanes, las margaritas, los geranios. Más tarde serán los marcianos, los venusianos, los de Andrómeda … Y después vendrán como candidatos los diamantes, rubíes, zafiros, esmeraldas; y el oro, plata, platino …, que son arrancados (¡pobrecitos!) de la Madre Tierra por los arteros Homines Sapientes, para constituirlos en adornos, que «aquéllos» no han aceptado. O quizás oprimamos a moléculas, átomos, electrones, protones, neutrones, fotones y demás, en nuestros laboratorios y aceleradores de partículas. ¡’Cuánto explotan los Humanos!¡Atención!: ya no decimos los capitalistas.

Como Mr. Payne, voy a meterme yo también, ¡torero!, en el universo de Nietzsche, e incluso de Jung.
*Siempre hay Alguien (Algo) explotado, siempre. Éste sería el axioma (Euclides) del Igualitarismo Absoluto, del marxismo, de la Corrección Política. Y si no los encontramos empíricamente, ¡nos lo sacamos de la manga!
Incluso podríamos conjeturar que existe un arquetipo jungiano que corresponde a esto de sentirse Oprimido/Aplastado; como si nuestro ADN albergara un contenido mental inconsciente que nos dice que si nos va mal, si somos pobres, desastrosos, fracasados, cornudos, infelices (incluso si ricos) …, no es por nuestra falta de capacidad, sino porque Alguien nos está jorobando, impidiendo que nuestra vida sea plena, que desarrollemos nuestras espléndidas facultades (¿las tenemos?).
Ese Alguien, nefasto, puede ser el Diablo, o el buen dios (que me tiene ojeriza), o el espartiata, el ciudadano ateniense, el macedonio, el patricio, el señor feudal, el industrial, el financiero ¿quién sabe?
Sí, hay Alguien que me obstaculizado para que no tenga una vida magnífica, un sueldo magnífico (¿en la sociedad sin propiedad privada?), me toque la lotería.
Desde luego todo lo anterior tiene el aire de un arquetipo del psicoanálisis, parte de nuestros patrones heredados genéticamente, al igual que la apertura a lo Sagrado, ultramundano, a percibir hierofanías en el mundo natural (Mircea Eliade), animismo, totemismo, a ver simbolismos en los cielos. Esto viene muy bien explicado en el análisis de Nietzsche sobre el origen de lo apolíneo. Ciertamente puede que esos patrones en el cerbro sean parte de nuestro ADN, y de ahí viene el victimismo, y el Igualitarismo Absoluto.

En este momento metodológico el análisis/crítica del Capitalismo no se realiza desde el proceso económico (modo de producción), sino desde la psicología, la socio-ética. Y aquí Nietzsche: no hay fenómenos morales, sino interpretación moral de los fenómenos. Nuestro Fritz ejecuta un disección de la moral judeo-cristiana desde la psicología, desde la mentalidad de los grupos, no desde el sistema económico como Marx: gran diferencia, de contenido y de metodología. Pero los sucesores del marxismo-leninismo emplean el mismo procedimiento que Herr Frederick, y no el materialismo histórico. Según aquél los vencidos (hebreos), los esclavos, consiguen convencer (psicología, no modo de producción) a los vencedores (arios) de que lo Bueno moralmente es la piedad, la conmiseración, el pacifismo, la caridad, incluso la debilidad. Nunca se ha elaborado un ataque tan feroz, tan radical (raíz) al Cristianismo: es la ética de los esclavos, heredera de los perdedores, de los rabinos.
Según este pensador lo Bueno es la Fuerza, la vitalidad, la energía, el triunfo, i.e. la Voluntad de Poder. Pero los vencidos, víctimas, han conseguido que estos valores «sanos»sean repudiados: es la transmutación, perversa, en la moral, su genealogía.
Desde luego no hay un claro paralelismo con las operaciones de la Corrección Política, entroncadas con el Gran Camuflaje de don Stanley …, pero la analogía es sugerente cuando menos.
Los desafortunados, víctimas, en el sistema de Mercado serían los buenos (Buenismo). Y siempre los habrá, porque en caso contrario no existiría la Izquierda (radical o caviar), y deberíamos darle la razón a Francis Fukuyama: Hegel ha derrotado, aplastado, a Marx, en la economía y en la Historia. Si por nuestro poder adquisitivo ya no somos proletarios, busquemos a otros humillados y ofendidos, sin tregua, «ad infinitum»: los hallaremos.
La inferencia sería que sentirse/identificarse (¡identidad!) como víctima/explotado, nos sería connatural, un troquel mental, que se convierte en conductual. Tan connatural como la expresión artística, el lenguaje, el simbolismo, la apertura a lo divino y demás. Según el señor Payne todo este «paquete» intelectual( y emocional en muchos sentidos) se estaría aplicando a raudales en nuestro país, con la Guerra Civil, la Memoria Histórica, y probablemente (mi tesis) con los LGTB, feminismo radical, ecologismo extremo, Derechos Animales.

¿D. Stanley es preciso este análisis en clave de psicología profunda, quasi-metafísico, para acudir con garantías a las urnas el 23J? Pues quizás sí, ¿quién sabe?
Payne nos recuerda el Gran Camuflaje, término acuñado por Burnett Bolloten, para II República. El propio Stalin escribió a los comunistas carpetovetónicos aconsejándoles que se disfrazaran de demócratas liberales, entrar así en el Gobierno, y una vez dentro (caballo de Troya) dinamitarlo e implantar la Dictadura del Proletariado. En suma, que II República, con Gobiernos en los que había muchos anarquistas, comunistas, libertarios etc. no era una democracia liberal-parlamentaria; pero se camuflaba como tal para obtener ayuda de Francia, Inglaterra, EE.UU. y otros. Además era necesaria esa máscara liberal-burguesa para contrarrestar la pésima imagen de los asesinatos de religiosos, de las checas, de Paracuellos. ¿Es cierto? ¡Gran Debate!; pero Payne no está solo desde luego.
No, no pretendo afirmar que Pablo Iglesias, Ione Bellara e Irene Montero hayan empleado la misma estrategia, el disfraz, pero …
Y siendo el poli malo podría sospechar que eso hizo Carrillo en la Transición, «democrática», para suplantarla después por el Partido Único, primo del Pensamiento Único. Pero esto ya sería maquiavélico por mi parte, y por la suya.

Estoy convencido desde hace mucho de que la Corrección Política (y también el feminismo extremo) es un avatar del materialismo histórico, una derivación de la gauche divine, o quizás esta misma con un poco de maquillaje y sin cambiar de vestido.
De acuerdo, no hay clase fabril casi, pues simplemente permutamos el Sujeto de la Opresión. El esquema teórico/económico, que es lo primordial, sería semejante; ¿o no? El asunto es que la tiranía sobre mujeres, LGTB, Gaia, zancudas, ya es básicamente político/psicológica, más que económica. Sí, se restringe el acceso de mujeres y LGTB a bueno salarios y puestos, pero el «abuso» es de otro cariz: negación o limitación de sus Derechos Civiles. Esto no tiene mucho que ver con plusvalía, o la propiedad de los medios de producción.
Por consiguiente la Corrección Política se ubica dentro de la Historia de las Ideas, explicando ésta por las mentalidades de los grupos, no por su adscripción económica, su función en el proceso de producción. Pues bien, esto nos introduce en territorio Max Weber, y nos aleja de Marx, del Materialismo histórico. Según esta doctrina todo lo que existe (el Ser de Parménides) es la Materia, y lo que observamos son sus múltiples manifestaciones/transformaciones; la mente sería un epifenómeno de esa Materia omnipresente, y el Alma un mero constructo mental del modelo mítico de pensamiento (para alienarnos), esto es, ¡no existe! A mi entender el Pensamiento Único no asume esta metafísica, y mucho menos el Materialismo Dialéctico. Entonces …, son muchas las metamorfosis, los distintos trajes, desde el comunismo; eso sí la dialéctica entre oprimidos y opresores sigue ahí, bien viva.
En el caso, como creo, de que la alteración epistemológica sea tan honda, la Izquierda extrema ya no tendría el materialismo como teoría filosófica, y tampoco el marxismo-leninismo-maoísmo. Quiero decir que no nos hallaríamos en una simple discusión (bizantina), acerca de cómo compartimentalizar las disciplinas académicas. Si la Historia Universal es la de las formas de pensar, no de producir mercancías, efectivamente es el Fin de la Historia: ha ganado Hegel, y Max Weber.

P.S. Gracias D. Stanley.