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La India, corazón olvidado del mundo antiguo

La India, corazón olvidado del mundo antiguo

En el siglo III antes de Cristo un brahmán del imperio budista de Ashoka, en lo que hoy es el Estado indio de Bihar, dejó constancia en un texto del uso de nueve dígitos de un sistema numeral que no llegaría a Europa hasta catorce siglos después, y con el añadido del “cero”, un concepto también inventado en la India antigua y que supuso una absoluta revolución en los campos de la matemática, la astronomía y, sobre todo, del comercio y la economía en general. Un sistema decimal que todavía hoy llamamos “arábigo”, ya que fueron los árabes, a través de Leonardo de Pisa, Fibonacci, quienes lo introdujeron en la Europa medieval en 1202, mucho después de que matemáticos y astrónomos indios hubieran revelado sus conocimientos en Bagdad.

En su nueva obra, La vía dorada, el historiador escocés William Dalrymple (Edimburgo, 1965) amplía el campo de acción de la influencia de la India en el mundo antiguo no solo desde el punto geográfico, sino también temporal, y así, el impacto que ejercieron los imperios y reinos del Indostán no se redujo, según el autor, al ámbito de las matemáticas, sino que supuso una hegemonía intelectual mucho más profunda que se extendió durante más de un milenio, primero en todo el Imperio Romano y, a partir de su derrumbe, hacia el este del Subcontinente, desde la actual Malasia hasta las islas Maldivas o incluso China y Corea. Para explicar cómo la India antigua transformó el mundo, el autor toma prestado un término reciente acuñado por otros expertos: la Indosfera.

"La vía dorada es un ensayo profundo y bien documentado sobre esa Indosfera que revolucionó el mundo antiguo y que es un fenómeno muy poco conocido en Occidente"

No fue la Ruta de la Seda, sino la navegación de los comerciantes indios hacia Roma desde el siglo III antes de Cristo y posteriormente hacia el Sureste Asiático y Extremo Oriente la que transformó el mundo antiguo, varios siglos antes que los mercaderes de los desiertos que cruzara Marco Polo, sostiene Dalrymple, apoyado en un extenso estudio de las fuentes y expresado con su habitual prosa amena y audaz.

La vía dorada es un ensayo profundo y bien documentado sobre esa Indosfera que revolucionó el mundo antiguo y que es un fenómeno muy poco conocido en Occidente, pese a que esta parte del globo también sintió la llegada de la tecnología, las ideas, la filosofía del Subcontinente Indio y hasta los juegos, como los dados que vinieron con los legionarios romanos a la vuelta de sus campañas en las fronteras con Persia o el propio ajedrez, entre otros.

Según Dalrymple, la clave de la insólita explosión de la Indosfera se halla en el ansia por el oro, del que carecía la zona del mundo más rica entonces, y en los vientos monzones que facilitaban la navegación desde los puertos del sur de India hacia el Imperio Romano —sobre todo a partir de la incorporación de Egipto bajo Octavio— y, tras la caída de Roma, hacia la Península Malaya, Indonesia, los reinos jemeres de Camboya, en Siam, los cham de Vietnam y hasta las islas Maldivas y Corea.

"Desde el 250 antes de Cristo y hasta el siglo IV, fue India y no China, aventura el autor, quien sostuvo un fluido e impresionante intercambio comercial con Roma"

Los mercaderes tamiles y de Kerala comerciaban a cambio de oro con las grandes riquezas de la India: las sedas, el algodón, el marfil, el sándalo, la teca y otras maderas nobles, la pimienta y otras especias o las piedras preciosas. Pero en sus bajeles también viajaban los sacerdotes brahmanes, los monjes budistas y los filósofos.

Desde el 250 antes de Cristo y hasta el siglo IV, fue India y no China, aventura el autor, quien sostuvo un fluido e impresionante intercambio comercial con Roma, y el mismo Plinio el Viejo se quejaba entonces de las ingentes cantidades de oro que salían de las arcas del Imperio hacia la India.

"A partir de siglo XIII la influencia de la India en el exterior comienza a decaer y, en un fenómeno inverso, se convierte en receptora de otras corrientes, religiones y tecnologías militares"

Pero las proas de los navíos indios hubieron de cambiar de rumbo con las invasiones bárbaras, y la búsqueda del oro se llevó a cabo hacia el este. En una tesis muy acertada, Dalrymple compara la colonización india en el Sureste Asiático con la griega en el Mediterráneo varios siglos antes. Del mismo modo que los helenos en Europa, India ejerció una colonización sobre todo cultural en los reinos asiáticos. Al igual que los griegos difundieron en sus colonias el idioma, los dioses, la arquitectura, la filosofía, las epopeyas y sus mitos, los indios implantaron el sánscrito como lingua franca desde la actual Malasia hasta el Extremo Oriente, y Buda, Brahma, Vishnu y Shiva viajaron en los buques de los mercaderes para quedarse en casi todos los países de la zona, junto a los arquitectos que inspiraron a los que construyeron el templo hinduista más grande y perfecto del mundo, Angkor Wat, que no se alza en la India, sino en Camboya, y el mayor budista, Borobudur, un gran mandala en círculos concéntricos, que se erige en Indonesia. Y todavía hoy el Ramayana y el Mahabharata se siguen representando en Tailandia y Camboya en sus formas autóctonas.

Pero es a partir de siglo XIII, señala el historiador, cuando la influencia de la India en el exterior comienza a decaer y, en un fenómeno inverso, se convierte en receptora de otras corrientes, religiones y tecnologías militares, con las invasiones de ejércitos musulmanes desde Afganistán, que diseminan en el Subcontinente la cultura persa —el idioma, la poesía y, cómo no, la arquitectura (el Taj Mahal, los fuertes y tumbas mogolas…)— y las armas de fuego y, siglos más tarde, como consecuencia de las colonizaciones portuguesa, francesa y británica.

William Dalrymple es, ante todo, un contador de historias; a su ingente erudición añade una extensísima documentación y, a pesar de la complejidad de lo narrado, lo desarrolla con su habitual estilo ágil, ameno y fácil de entender.

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Autor: William Dalrymple. Título: La vía dorada. Traducción: Ricardo García Herrero. Editorial: Desperta Ferro. Venta: Todos tus libros.

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