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La novela biográfico familiar

La novela biográfico familiar

Detalle de la portada de ‘Ordesa’, de Manuel Vilas.

Un género domina hoy el panorama de la novela. Es la novela biográfico familiar. Hay ciertamente géneros más populares para el entretenimiento: la novela negra, sobre todo. Otros géneros populares han decaído en la actualidad: la novela erótica, la novela rosa, ciertos tipos de novela de aventuras… Otros siguen gozando del favor del público, como la novela histórica o la novela negra. Pero la novela biográfico familiar tiene una posición preferente entre los lectores que buscan, además del entretenimiento, la excelencia literaria. Y, sin embargo, la novela biográfico familiar llega también al público popular, incluido el espectador televisivo y cinematográfico.

Ocurre además que entre los más recientes éxitos encontramos obras de este género: Ordesa, de Manuel Vilas, en España, El salto de papá, de Martín Sivak, en Argentina o Vamos a tocar el agua, de Luis Chaves, en Costa Rica. Los tres libros mencionados no son exactamente novelas. Son obras autobiográficas. Pero se leen como novelas porque su forma estética procede de la novela biográfico familiar.

"La dimensión histórica de la biografía familiar le viene del componente educativo. La historia modela la vida del personaje y la de su familia"

Pero, ¿qué es una novela biográfico familiar? ¿Qué genero novelístico es este, y por qué invade la autobiografía, el cine o las series televisivas? Conviene notar, en primer lugar, que se trata de un género moderno. Este género aparece en el siglo XIX y es un género ascendente en el panorama novelístico en los siglos XX y XXI. Como todos los géneros literarios, tiene sus precedentes antes de la modernidad. Su precedente inmediato es la novela rousseauniana. La novela de Rousseau es una novela familiar, pero se trata de familias populares que viven en escenarios muy limitados, campestres. Esos escenarios provienen de la novela idílico-pastoril. La novela de Rousseau funde la novela ídilica con la novela sentimental. En la novela sentimental ya estaba la impronta de la novela biográfica, pero se limitaba a ambientes cortesanos. La novedad de la novela biográfico familiar consiste en que no se limita a escenarios limitados y campestres sino que suele preferir escenarios urbanos y acoge un material histórico, lo que da una proyección de la que carece la novela rousseauniana. Sus personajes suelen ser gente común.

Lo que hace grande a este género biográfico familiar es precisamente la dimensión histórica. Esa dimensión permite al género alcanzar una trascendencia que la novela rosseauniana no pudo tener. La novela cortesana podía albergar una dimensión histórica, pero ese escenario era simplemente un decorado. La dimensión histórica de la biografía familiar le viene del componente educativo. La historia modela la vida del personaje y la de su familia. La biografía ha tenido, desde la Antigüedad, una dimensión histórica. Los personajes biográficos son seleccionados entre los que han tenido un papel histórico trascendente. En épocas premodernas aparece un tipo de biografía humorística —la picaresca, por ejemplo— en la que la dimensión histórica decrece —se convierte en costumbrismo—. La Modernidad posibilita una perspectiva nueva al personaje y a su papel histórico. Los personajes modernos biografiados son personajes serio-cómicos, gente común. En su faceta seria pueden alcanzar un papel histórico. En su dimensión cómica, pueden ser personajes populares e, incluso, fracasar —lo que es muy frecuente—. Véanse las tres obras actuales mencionadas. Vilas se objetiva como un hombre en decadencia, con un fuerte sentido culposo. Sivak carga con el peso del trauma paterno y familiar. Chaves nos cuenta sus peripecias alemanas de un año diferente, con sus pequeños fracasos y sus logros también pequeños, pero que le han permitido sumergirse en un mundo distinto. En los tres casos se da un proceso autoeducativo, de redención. Y ese aspecto educativo es lo que hace superior a este género respecto a los géneros familiares premodernos. La familia aparece como una institución que se tambalea y agrieta.

"Pero el dato más revelador de la hegemonía de la novela biográfico familiar es su desborde de los límites del género novelístico y su traslado a otros géneros literarios o al cine y las series televisivas"

La emergencia de este género en la Modernidad ofrece un resultado espectacular. En el siglo XIX aparecen las primeras novelas biográfico-familiares. Dickens es uno de sus mejores exponentes. Historia de dos ciudades superpone la dimensión histórica a la puramente familiar —los recién casados que caen en una trampa mortal en su viaje de novios a París—. Balzac también exploró el género con Papá Goriot o Eugénie Grandet. Galdós le dedicó sus mejores novelas —La desheredada, Fortunata y Jacinta, Miau y otras—. Y en la literatura rusa encontramos las grandes novelas de Turguéniev —Nido de nobles, Primer amor, Padres e hijos—, de Tolstói —La sonata a Kreutzer— y de Dostoievski, sobre todo Los hermanos Karamázov. En el siglo XX la novela biográfico familiar ha seguido su expansión, llegando a ser el gran género novelístico de la actualidad, el género que tira del dominio novelístico y del dominio literario en general. En el mundo hispánico La tía Tula de Unamuno, Cien años de soledad de García Márquez, Romanticismo de Manuel Longares, El balcón en invierno de Luis Landero, Verdes valles, colinas rojas de Ramiro Pinilla, entre otras muchas —centenares— son algunas de las más meritorias. En la literatura francesa la han cultivado desde Martin de Gard y Yourcenar a Le Clézio y Modiano. En la novela anglosajona destaca Faulkner y quizá haya producido las novelas más influyentes.

Pero el dato más revelador de la hegemonía de la novela biográfico familiar es su desborde de los límites del género novelístico y su traslado a otros géneros literarios o al cine y las series televisivas. Pondré solo ejemplos recientes. Entre las series televisivas en España sin duda la de más impacto es Cuéntame cómo pasó, de RTVE. Y en el ámbito latinoamericano la serie El Chapo representa esa línea biográfico familiar frente a series como Narcos, en las que la dimensión familiar juega un papel mínimo frente a la dimensión política y policiaca —la DEA—. En cuanto al cine, mencionaré únicamente la trayectoria de Pedro Almodóvar. Pero cabe añadir que la mayoría de las obras del género llamado biopic son biografías familiares.

Volviendo a la novela, un caso muy significativo es el de El tiempo entre costuras, de María Dueñas, que ha dado lugar a la serie del mismo nombre de Atresmedia. Se trata de una novela biográfico familiar dirigida a un público popular que ha sido llevada a la televisión y que ha sido traducida a casi treinta idiomas. Y, por último, retomaré las tres obras mencionadas al principio. Se trata de obras autobiográficas. La crítica literaria las considera autoficciones. Pero ese concepto solo tiene en cuenta un aspecto formal —la mezcla de material autobiográfico con un tratamiento literario que no excluye cierta fabulación—. Es más oportuno y necesario considerar su dimensión biográfico familiar, que conlleva la consideración de estas obras como novelas. Esta consideración nos debe llevar a los elementos novelísticos esenciales de este género —y, por tanto, a su reconocimiento como género—. Entre esos elementos estarían el sentimiento culposo del personaje, el proceso educativo que le lleva a reconocer ese sentimiento de culpa, la dimensión familiar en su sentido más amplio y, sobre todo, el impacto de los sucesos históricos en el sentimiento de culpa, el proceso educativo y la crisis familiar.

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