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María Sanz, en los confines de la melancolía

María Sanz, en los confines de la melancolía

Es María Sanz una autora imprescindible en la poesía contemporánea. Sevillana ejerciente, poeta meditativa hondamente serena, publicó hace unos meses su Recado original en Lastura; tengo escrito que me interesan mucho las editoriales independientes, esas que se arriesgan el pan de cada día en la visibilización de poetas como Sanz que, aunque no es precisamente una recién llegada a la literatura y su trayectoria es sólida como una roca (lo acreditan títulos como Aquí quema la niebla, Vivir por dentro, Desde noviembre, Tu lumbre ajena, Dos lentas soledades, Voz mediante, Los pulsos cardinales o Galería de insomnes, entre otras), aún no está suficientemente integrada en las estructuras canónicas donde, en mi opinión, siempre ha habido vencedoras y vencidas.

Pero conste: no siempre quien vence es quien queda, que ahí el tiempo también viene a marcar su dominio. Recado original, desde lo que implica el juego/verdad de su título hasta el último de sus cuarenta y pocos poemas, es una obra unitaria que mantiene el argumentario poemático de la andaluza: la memoria, la renuncia, esa melancolía sutil pero latente, y la soledad. Siempre la soledad. Sin embargo, se equivocaría quien pensara que es un poemario más en su trayectoria, porque los matices de esta obra lo evidencian y le dan un rasgo de originalidad nueva dentro de un itinerario coherente como es el suyo. En esta madurez de espíritu se ha destilado esa melancolía subyacente y, a la vez, se estiliza un ideario que es verso delicado y a la par rotundo, construido en esta ocasión en alejandrinos (divididos ocasionalmente en heptasílabos) o bien en esplendentes endecasílabos: «Ahora sólo escribes con renglones torcidos, / recado original que dicta tu victoria», declara en el poema inaugural.

"De fondo, se intuye música de jazz, un libro abierto y serena contemplación de un mundo que avanza demasiado deprisa"

Se percibe cada vez más depurada la voz de una escritora que ha aprendido bien el horaciano adagio del carpe diem tomado de sus Odas y lo ha hecho suyo para regalarlo a los lectores: “Pero no pierdas tiempo, el futuro no vuelve”, porque es fugaz todo, cada instante, como agua de mar en cestillo de mimbre. Y de fondo, se intuye música de jazz, un libro abierto y serena contemplación de un mundo que avanza demasiado deprisa para pararse a pensar adónde va.

Seguramente por eso, ella, que comprende que avanzar así es acercarse demasiado al abismo, a lo que no ha renunciado es a su identidad, a tener voz propia y diferente, tal y como intuyo que viene a decirse en estos versos, esenciales a mi juicio de un poemario que no debiera pasar desapercibido para lectores (y lectoras) que sepan degustar la verdadera poesía: “Podrías haber sido alguien más endiosado, / una estatua feliz de carne vehemente, / las raíces del viento en lugar de las tuyas. / Pero nunca quisiste silenciar al espejo”.

"Su voz es un eco que resuena perenne y nítidamente entre montañas para revelar que la soledad es el verdadero reino de la conciencia"

María Sanz, desde esa Sevilla que perfecciona constantemente el verso en su forma, pero que centra su esfuerzo igualmente en el fondo, no silencia al espejo cuando se mira, la verdad de su criterio, ese yo que le otorga autenticidad a su obra a lo largo de  cerca de cuarenta años de seguir su camino machadianamente en paz, libre de cargas: «Si todo hubiera sido verdad, hoy estarías / a su mismo nivel, ecléctica invitada / en mil mesas redondas, cuadradas, triangulares. / Si hubieras aceptado el penúltimo güisqui”. Por eso no se ha ajustado nunca a modas ni a tendencias y le debemos todo cuanto ha escrito, lo que se muestra ahora tan bien aquilatado en Recado original.

Su voz es un eco que resuena perenne y nítidamente entre montañas para revelar que la soledad es el verdadero reino de la conciencia (o algo así, tal y como escribió su paisano Bécquer), de la verdad que ordena la vida, los espacios esenciales de la memoria que nos edifica tal como somos cada uno, desde nuestra individualidad cuando nos quedamos a solas con nosotros mismos. Y a la postre, seguramente tiene razón desde su existencialismo limpio, desde el que busca encontrar el auténtico camino de la vida: “Mejor la soledad a estas alturas, / donde ni el ave ni la lluvia logran / superar la certeza de ser libre”.

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Autora: María Sanz. Título: Recado original. Editorial: Lastura. Venta: Todostuslibros y Amazon.

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