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Miguel de Cervantes pudo no escribir el Quijote

Miguel de Cervantes pudo no escribir el Quijote

No es que pongamos en duda su autoría. Aseguramos que, si las circunstancias no le hubieran sido adver­sas —a él que le fueron tanto— y el Consejo de Indias hubiera atendido una petición suya, Miguel de Cervantes habría mar­chado a América (entonces Indias) como funcionario del imperio y no habría tomado la pluma para escribir la obra que más gloria nos ha dado a los españoles. Las adversidades cuentan en la vida de las personas y de la Historia.

El 21 de mayo de 1590 Cervantes pedía en un memorial dirigido al Consejo de Indias que se le hiciese «merced de un oficio en las Indias», de los tres o cuatro que había vacantes: la contaduría del Nue­vo Reino de Granada, la Gobernación de la provincia de Soconusco en Guatemala, la contaduría de las galeras de Cartagena de Indias o el cargo de corregidor —alcalde diríamos hoy— de la ciudad de La Paz.

"Miguel de Cervantes, el soldado que pedía se le hiciera merced, estaba ya harto de su larga milicia en guerra con el turco, de haber quedado manco de un arcabuzazo"

En el informe que acompañaba a dicha súplica se citaban todos los méritos de guerra del desafortunado manco, y además se decía que era «hombre hábil y suficiente y benemérito para que V. M. le haga mer­ced, porque su deseo es de continuar siempre en el servicio de V. M. y acabar su vida como lo han hecho sus antepasados, que en ello recibirá muy gran bien y merced».

Se ocultaba, pues, en el informe o curri­culum vitae la condición de «hombre de letras» de Cervantes, como si el ser escri­tor supusiera, en los textos de recomenda­ción, un baldón. En aquel entonces ser escritor y funcionario eran profesiones incompatibles. Lo contrario que ahora, que son complementarias, inevitable­mente complementarias. Lo meritorio es colocarlas en su debido orden.

Miguel de Cervantes, el soldado que pedía se le hiciera merced, estaba ya harto de su larga milicia en guerra con el turco, de haber quedado manco de un arcabuzazo, de haber pasado casi de cinco años cautivo en Argel, de haber trabajado para el abastecimiento de la Armada requisando aceite y cereales a los andaluces, de haber pasado, en fin, mil calamidades sin reconocimiento ni provecho.

Cervantes veía su porvenir desempeñando un oficio en América, pero, por fortuna para nosotros —no para él en aquel momento—, la respuesta del Conse­jo de Indias fue negativa.

Y «en corto y por derecho» se escribía al margen de su escrito: «Busque por acá en qué se le haga merced. En Madrid 6 de junio de 1590».

"De toda esta historieta se sacan varias conclusiones. Una de ellas, que los disfavores políticos pueden ser favores a largo plazo. No desesperen"

Entonces los empleos no se daban al mérito sino al favoritismo y al dinero. En eso hemos cambiado poco. A Cervan­tes no le dieron el cargo porque entonces se llevaba mucho el trato. Es decir, la concesión de estos cargos o favores a personas de alcurnia, quienes vendían aquellos cargos a personas de menor al­curnia pero de más dinero. No extrañará que después, en el «Quijote», Cervantes hiciera decir al duque: «No hay ningún género de oficio de estos de mayor cuan­tía que no se granjee con alguna suerte de cohecho».

Tras recibir el portazo del Consejo de Indias, Cervantes cayó una vez más en desesperación y desconfianza. Y renegó de la gente política, que con su disfavor provocador puso una zancadilla más ca­mino de la creación universal del loco manchego y del filósofo de lo cotidiano.

Por si esto fuera poco, aquí viene ahora lo bueno. El Consejo de Indias estaba compuesto por nueve prohombres, y entre ellos se encontraba el licenciado don Luis de Mercado, médico de Felipe II y des­pués de Felipe III, que mucho me temo fuera el don Luis de Mercado nacido y muerto en Valladolid, descubridor del tabardillo y del garrotillo y de diversas obras de investigación médica publica­das, para honor y gloria, en las imprentas vallisoletanas.

¡Menudo garrotillo le dieron entre to­dos al bueno de don Miguel! De toda esta historieta se sacan varias conclusiones. Una de ellas, que los disfavores políticos pueden ser favores a largo plazo. No desesperen. Están ustedes llamados a em­presas mayores.

Nota al margen: El tabardillo tiene algo que ver con la insolación; y el garrotillo es una enfermedad de los cerdos —los del jamón— que dificulta la respiración y la deglución, por lo que el cerdo mue­re asfixiado.

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Tomás del Rey
Tomás del Rey
2 meses hace

Hombre, yo creo que el titular cae en un error muy habitual cuando se habla de hechos hipotéticos que no ocurrieron. Hubiera sido más ajustado, pero menos llamativo, titularlo: «Miguel de Cervantes pudo no haber escrito El Quijote»

Sicópato
Sicópato
2 meses hace

Así es, el fracaso y la decepción pueden ser el único material disponible para edificar o componer algo, lo que sea. O, al menos, así parece, porque mas bien son el revulsivo para buscar en el cajón de la experiencia con qué reorientar el rumbo.