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Ocupando las celdas del panal hergeniano

Ocupando las celdas del panal hergeniano

Tal y como he narrado en los capítulos anteriores, la casa de Cantonet y la colección tintinesca que habitaba en ella han sido la punta de lanza de toda una gran cantidad de actividades lúdicas y profesionales alrededor del mundo hergeniano que hemos ido desarrollando a lo largo de mucho tiempo.

No menos de 25 años en la actualidad puedo contemplar disfrutando de dicho ocio en común junto a Mª Carmen, en los cuales el departir y compartir con infinidad de personas y amigos ha supuesto un gran enriquecimiento personal en nuestras vidas.

En conversación mantenida en un almuerzo en Bruselas junto a nuestro estimado amigo Patrice Cardon, le pregunté:

—Al margen de haber leído las aventuras de Tintín en innumerables ocasiones y haber coleccionado todo tipo de objetos y elementos al entorno de la obra de Hergé, ¿qué te sigue atrayendo de este universo, después de tantos años?.

La respuesta fue concluyente:

—La gente. Las personas que se envuelven y desenvuelven en este ambiente. Su imaginación, su creatividad, sus ganas de ilusionarse, sus ganas de encontrarse frecuentemente para intercambiar sus experiencias tintinescas. Compartir, departir, enseñar, aprender y sobre todo el respeto a la diversidad que hay o se le supone entre todos los que disfrutamos de este mundo.

Evidentemente, este planteamiento es el que pretende disfrutar todo tintinólogo de bien, y aunque no siempre se alcanza, el enriquecimiento que se consigue la mayoría de las veces hace que el pertenecer a esta comunidad de entusiastas tintineros sea un buen motivo para desplazar las distintas diferencias, variedades y apetencias sociales.

"El enriquecimiento que se consigue la mayoría de las veces hace que el pertenecer a esta comunidad de entusiastas tintineros sea un buen motivo para desplazar las distintas diferencias"

Y qué decir, a título de cónsul de Syldavia en Barcelona y secretario del Cuerpo Consular de Syldavia en España, el tener el honor de haber podido presentar las credenciales al comité validador de dicho país imaginario para ser declarados cónsules de Syldavia a personas tan distinguidas y reconocidas como Antonio Resines y Arturo Pérez Reverte (mi primo) y que dichas acreditaciones sirvieran para que fueran nombrados como Ilustres Cónsules de Cantabria y Cartagena; vamos, por lo que a mí me concierne, ni en el mejor de mis sueños. Pero no solo el conseguir dicha validación sino el haber despertado en dichas personas la suficiente confianza y curiosidad como para ser invitado a sus respectivas casas, todo hablando ni más ni menos que de Tintín.

Figúrense los lectores las paradojas que te ofrece la vida, en la que a principios de nuestras andaduras tintinescas, como consecuencia de una invitación a Cantonet que le hicimos a uno de los mayores estudiosos de Hergé en Cataluña, accedió a que su presencia tuviera como condición el no hablar de Tintín durante su estancia. Figúrense el desencaje mental que me produjo tal petición. Sin embargo, y  sin entrar más en detalle en lo expuesto, al cabo de veinte años me encuentro en la biblioteca de Arturo Pérez-Reverte, con 34.000 libros pidiendo a gritos el ser acogidos en nuestras manos para tener la opción de serles pasadas sus hojas, y el que tuvo dicho privilegio fue una primera edición de El cetro de Ottokar. Arturo y yo hojeando un libro de Tintín rodeados de un santuario literario de cualificada categoría y nivel, como también lo es sin duda la colección de libros hergenianos. Lo dicho, paradojas de la vida.

Pero dejando atrás momentos tan desconcertantes y épicos como el descrito, volviendo al enunciado de este artículo, fue el gran Joan Manuel Soldevilla, cónsul de Syldavia en Figueres, el que describió nuestros andares en este mundo de dibujos y viñetas, habiendo cubierto y ocupado casi todas las numerosas celdas de un panal hergeniano.

Y eso es así, ya que en estos bien buenos 25 años tintineando por el mundo hemos participado en un gran número de actividades y actuaciones, tanto asociativas como de carácter privado, las cuales con el permiso de los lectores y editores iré relatando en diferentes artículos.

La web coleccionista de Cantonet, tintinaire.com

En la asociación Tintincat, alrededor del año 2005, tuvieron la excelente ocurrencia de nombrar como “Tintinaire d’honor” al periodista y crítico musical Jordi Tardà. Se le conocía por su programa radiofónico musical en Catalunya Ràdio Tarda Tardà. Su lema como especialista musical era “paraula de Stones” en claro homenaje a uno de los grupos musicales más importantes del segundo decalustro del siglo pasado y de la actualidad, encabezados por el incombustible vocalista Mick Jagger.

Pero poco se conocía de la pasión y afición de Jordi por las aventuras de Tintín, llegando a ser uno de los coleccionistas más importantes de España del producto original de la obra gráfica de Hergé. Su persona y su actividad pública hacían muy interesante el reclutarlo como representante y divulgador del movimiento asociativo que incipientemente se había creado en Tintincat.

Así fue que ante una propuesta que le hicieron a Jordi para llevar a término una exposición dedicada a Tintín, la cual surgió desde la dirección del Centro Comercial Gran Vía II, ubicado en l’Hospitalet de Llobregat, él tuvo la deferencia de hacerla partícipe a Tintincat para llevarla a cabo conjuntamente.

La asociación en aquel momento no tenía medios propios para llevar a término dicha aportación, pero lo que sí que tenía eran socios como mi mujer, dispuestos a colaborar en dicho proyecto mediante la cesión de piezas y documentos propios.

Nos hicieron la propuesta de participar en dicha exposición junto a la petición de un inventario de nuestra colección, a lo cual nos sumergimos en dicha labor para poderlo presentar a la mayor brevedad.

La sorpresa fue mayúscula. No éramos conscientes ni de la gran cantidad de producto que llegábamos a atesorar ni tampoco de la variedad de colecciones reconocidas y catalogadas que teníamos abiertas.

Se presentó dicho inventario, quedando a la expectativa sobre la viabilidad de la exposición a llevar a cabo junto a Jordi Tardà y otros coleccionistas.

"La puesta en escena de las fotografías a plasmar en dicha web tenía que ser de un cierto nivel profesional. Imágenes bien tratadas, enmarcadas, definidas con nitidez, iluminadas, etc., todas ellas acompañadas con los textos apropiados"

Como no podía ser de otra forma, la dirección del espacio comercial Gran Vía II contactó con los poseedores de los derechos de autor de Tintín, explicando sus intenciones expositoras, y recibieron como respuesta una rotunda negativa a ser realizada, bajo la amenaza de ser demandados judicialmente si les llegaba información de la realización de la misma. A tal efecto la dirección del centro comercial decidió dar por concluido el proyecto tintinesco en ciernes, y a otra cosa, mariposa.

Como bien expliqué en su momento, Moulinsart y su departamento jurídico, tal como me dijo Gay Mercader, promotor musical, padrino de bodas y amigo de Jordi Tardà, “esta gente pecan de exceso de celo”. Pasado el tiempo, y un día, entrados en conversación jocosa con Tardà, nos explicó que manteniendo un día charla coloquial con Nick Rodwell, esposo de Fanny Remi (viuda de Hergé) sobre el coleccionismo y Tintín, le preguntó:

—Usted, al margen de atesorar y custodiar la obra de Hergé ¿tiene otras aficiones como coleccionista?.

Nick le contestó taxativamente:

—Sí, sí. ¡Sin duda! Colecciono enemigos.

¡Nada más, señoría!

Volviendo al tema de la exposición, y teniendo enfrente el gran trabajo ejecutado de inventariado de la colección de Cantonet, el bueno de Xavier Arnau, vocal y fundador de Tintincat, especialista en programaciones informáticas, nos propuso una genial idea. Y es que como no hay mal que por bien no venga, su propuesta era la de recoger el inventario efectuado y trasladarlo a una página web de nueva creación, llamada tintinaire.com. Eso daría pie a que todo el mundo tintinesco tuviera la opción de conocer una faceta con poca dedicación en nuestro país, dada su particularidad, y también, cabe decirlo, su enorme poder adquisitivo en según qué casos y qué bolsillos.

El envite no era baladí. La puesta en escena de las fotografías a plasmar en dicha web tenía que ser de un cierto nivel profesional. Imágenes bien tratadas, enmarcadas, definidas con nitidez, iluminadas, etc., todas ellas acompañadas con los textos apropiados de los pies de fotos e insertadas en distintas pestañas categóricas que pudieran albergar al gran número de productos aparecidos en el listado confeccionado con anterioridad.

Dicho proyecto fue muy bien acogido por todos los amantes de Tintín, fueren coleccionistas del material o no. Dicha web estuvo abierta a todos los públicos por espacio de doce años consecutivos. Era una web con una frecuencia mutante considerable y siempre en aumento mediante la ampliación de nuevos objetos coleccionables. Dichas nuevas aportaciones de elementos provocaban un aumento reiterado de contratación memorística de la web, con el consiguiente coste económico a desembolsar.

Finalmente, tal como he dicho, después de unos fantásticos doce años con la web en funcionamiento, dimos por amortizada esa faceta tintinesca, todo pensando que alguno de los coleccionistas conocidos y reconocidos en este mundillo nos cogiera el testigo de relevo y pudieran llevar a cabo sus propias webs de coleccionismo.

"Algunos incluso daban a entender que en el caso de que sus parejas se enteraran del dispendio invertido en Tintín se pondría en riesgo su relación afectiva"

Hasta la fecha, este testigo no ha sido recogido, y en más de un caso me han justificado dicha ausencia de webs similares por el alto riesgo que corren los propietarios coleccionistas enseñándolas en público, rompiendo el trato intimista y de confidencialidad que se requiere para ser coleccionista de un nivel elevado como era el nuestro. Algunos incluso dando a entender que en el caso de que sus parejas se enteraran del dispendio invertido en Tintín se pondría en riesgo su relación afectiva.

Dadas las circunstancias y los motivos expuestos, según nuestra humilde opinión no hemos conocido ninguna página tan amplia en producto original y derivado como la web de tintinaire.com.

Pero que nadie se alarme. Esta ha sido solo una de las celdas del panal hergeniano o de la “auca tintinesca” (aleluya) vislumbrado por el bueno de Joan Manuel. No hará mucho, acerca de nuestra actividad tintiniana, me dijo: “Enrique, ¿todavía más ?” ¡Pues sí! Espérense, porque todavía hay más, ya que por suerte… siempre nos quedará Tintín.

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Juanma
Juanma
3 meses hace

Genial este nuevo artículo Enric.
Te arapa y quieres más.
Enhorabuena.

Enrique Reverté
3 meses hace
Responder a  Juanma

Me alegro Juanma. Preparando más. Ocupando celdas.