El abogado Antonio Álvarez Nava, que ejercía su profesión en Puerto Rico, no se sabe en qué momento, si para hacer sitio o como donación testamentaria, legó a la Universidad de California su biblioteca. En ella iban muchos libros de autores españoles, entre ellos el cántabro José María de Pereda, autor de unas novelas de tipo realista y costumbrista, como gustaba de escribir el buen autor santanderino.
En seguida llamó mi atención, porque el apellido Sánchez es muy abundante en España. Dicen que significa “de la estirpe del rey Sancho”, aunque algunos quizá procedan de la de Sancho Panza, a lo mejor mi segundo apellido, “mi Sánchez”; y lo prefiero). José María de Pereda también llevaba este apellido, aunque lo usaba poco: en realidad se llamaba José María de Pereda y Sánchez de Porrúa; y su Sánchez procedía de Sancho Abarca, o sea, Sancho Garcés II, rey de Pamplona y Nájera y conde de Aragón en los años 900, tal cual escribe don José María.
La información que ofrecía Internet (Wikipedia) facilitaba el año de publicación de la novela Pedro Sánchez y quién corrió con los gastos, es decir, el editor, y qué imprenta confeccionó el libro: “Imprenta y Fundación de M. Tello, impresor de cámara de Su Majestad, calle Isabel la Católica número 23. Año 1883”. Y en esa portadilla del libro aparece asimismo un vestigio muy significativo: un sello en el que se dice: “El Universal. Puesto de libros usados de José Cantero. San José, 5. S. J. Puerto Rico”. Ovación para el escrupuloso librero de viejo de San Juan de Puerto Rico, quien en algún momento fue propietario de este ejemplar. Que fuera él vendedor a la universidad de California del lote de libros españoles o fuera lo contrario es cosa que no podemos saber, ya que en determinados momentos el dueño puede estampar su sello profesional en la portadilla. Del impresor Manuel Tello García sabemos que estuvo en activo entre los años 1870 y 1893, era sevillano y fue redactor del periódico Las Cortes y editor de Galdós, Valera y Pereda.
El caso es que en mi biblioteca particular también tengo una edición de Pedro Sánchez. Es el volumen 13 de las Obras completas de Pereda, editadas en 1904, dos años antes de su fallecimiento. Este ejemplar, junto a otros muchos, llegó a mi poder por una herencia, pues hoy en día es imposible encontrar en las librerías normales, no anticuarias, un ejemplar semejante.
Lo presento a los lectores de Zenda tal y como está entre otras obras del afamado novelista santanderino: con un retrato del autor. Es la segunda edición de la novela y, al ser de 1904 (han transcurrido veintiún años de la primera), el paso del tiempo se hace notar donde dice: “Establecimiento tipográfico de la viuda e hijos de Tello”.
Nuestro ilustre autor (miembro de la Real Academia Española) compuso una novela densa, llena de acontecimientos, en un paisaje que le era familiar, ocupando un total de 570 páginas fechadas en Polanco en 1883.
Lo que están deseando saber viene ahora. ¿Quién fue este Pedro Sánchez de Pereda? ¿Qué hizo el personaje de notable para que trascendiera su historia en una novela? Lo irá conociendo el lector a medida que vaya leyendo. Les adelanto que era padre de una hija tuberculosa, que adquirió una casa bien aireada en tierra santanderina y montañosa para recuperar la salud, y que era un Pedro Sánchez que “vive hace veinte años, entre las batallas de la política en Madrid y las agitaciones del gran mundo”, según escribe Pereda.
He llegado hasta ahí en la lectura. Y hasta aquí en la escritura.



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