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¿Qué programa uso para escribir?

¿Qué programa uso para escribir?

A las buenas, querido lector.

Sé que te dije que al principio de cada entrada te remitiría al principio del primer artículo, para recordar ciertas cosas, pero tu acogida es tan buena que me doy cuenta que eso no hace falta. Así que olvidaremos eso. Por otro lado quería contarte que es tal la cantidad de correos que estoy recibiendo y tan grande el volumen de trabajo que tengo ahora, que quizá tarde algo en contestar a tus dudas por ese medio, pero vamos, que hacerlo lo voy a hacer sí o sí.

Muchas de vuestras dudas son sobre el proceso de la escritura en sí, pero déjame decirte, querido amigo, que siempre se ha dicho que es una locura empezar la casa por el tejado. Sé que esto es pesado, pero todo tiene unos cimientos que poco a poco vamos asentando. Hace dos capítulos hablamos de lo más básico, que es ser un buen lector antes que escritor. En el anterior le tocó el turno a hacernos la pregunta sobre qué tipo de escritor somos, si organizado o veleta. Ahora llega el turno de centrarnos en qué programa sería el adecuado para escribir lo que nos sale de la imaginación —¿te has dado cuenta lo a huevo que lo he dejado para hacer cualquier tipo de broma verde?—.

Antes que nada, recuerda que todo lo que te cuento aquí está basado en mi experiencia propia y te puede venir bien lo que te cuento o no. Esto es un poco como el tema de ser organizado o veleta, tu propio método, el que más cómodo te resulte, al final será el mejor para ti. Pero bueno, yo te propongo cosas.

Pongámonos en situación, ya tienes la idea en la cabeza. O la tienes en un esquema, pizarra, libreta o lo que se te ocurra. ¿Con qué programa la pasas al ordenador?

Seguro que te viene el Word a la mente —o cualquiera de sus variantes en abierto—.

"Cuando acabé la segunda novela y comencé a tomarme mucho más en serio todo esto, buscando otras vías que sirvieran para mejorar."

Y no, no vas mal encaminado porque es una opción muy válida para realizar tus textos. Faltaría más. ¿Qué te voy a contar sobre el programa que tú no sepas? Es tan famoso, utilizado y cotidiano que sería una obviedad explicarte que también sirve para crear artículos, novelas, poesía o lo que te salga de la imaginación —ya van dos, ¿qué me está pasando?—.

De hecho, mis dos primeras novelas las escribí en Word. No me equivocaría al afirmar que un porcentaje muy alto de escritores gana a los que no usan el famoso programa. ¿Pero es el mejor? Para mi gusto no.

Cuando acabé la segunda novela y comencé a tomarme mucho más en serio todo esto, buscando otras vías que sirvieran para mejorar —de la forma que fuera—, me topé con cierto escritor —y sin embargo amigo— llamado Bruno Nievas. Él, a su vez, se había topado también con cierto escritor —y sin embargo amigo también— llamado Juan Gómez-Jurado —está empezando, es normal que no conozcáis al chaval (y ahora viene cuando después de esto me manda a dos sicarios a casa)—. El caso es que Juan había recomendado a Bruno usar cierto programa y él, cuando lo hizo, quedó tan encantado que lo recomendó a todos sus contactos. Se trataba del Scrivener.

He de reconocer que aquí pasó un cúmulo de cosas.

La primera era que yo usaba Windows por aquel entonces y Scrivener se encontraba en una versión tan primitiva (era un programa, en principio, para Mac) para la plataforma que iba como el culESTO… iba mal.

La segunda es que el programa es tan sumamente completo que se las trae. Y me pasó como a muchos escritores, que ante lo complejo que se me presentaba lo dejé. Eso sí, reconocía su tremendo potencial, pero lo dejé.

Seguí un tiempo más usando Word. Leí por ahí que Scrivener para Windows ya era mucho mas estable y volví a la carga. Como a cabezón no me ganaba nadie, a pesar de no entenderlo mucho me puse con él. Los tutoriales por aquel entonces eran escasos y me las tuve que apañar para aprender solo. Por supuesto conté con ayuda de Bruno y Juan en algunos aspectos, pero la mayoría lo saqué solo. Cuando aprendí a manejarlo me quedé asombrado con su potencial. Lo primero en lo que me fijé era en lo cómodo que es poder separar los capítulos en escenas. Algo así como si fuera una película. Para ello el programa emplea algo muy parecido a un tablón de corcho en el que, con chinchetas, ponemos notas y las podemos ordenar según nos plazca.

No te puedes imaginar lo cómodo que es eso.

Más que nada porque a veces no tenía un capítulo muy claro, pero sí sabía lo que quería que pasara a continuación. Pues lo escribía. Y ya está. Luego podía retomar sin problema lo anterior porque, por así decirlo, eran dos archivos separados dentro de un mismo archivo común.

Todo esto que te estoy explicando queda mucho más claro en el vídeo que te voy a poner después.

"Con sólo pulsar un icono nos deja la novela lista en ePub, Kindle, PDF o el formato que necesitemos."

No sé si a ti te habrá pasado, pero también hay veces que queremos cambiar el orden de los acontecimientos. Imagina cómo se hace en Word —si no lo has tenido que hacer ya— y verás que es algo tedioso. Con Scrivener es tan sencillo como mover el orden de esos ficheros de los que te hablaba. Aparte es más cómodo para buscar cualquier cosa en concreto, sin tener que pasar hoja a hoja como en otros programas. Ya digo, con este programa, sobre todo, aprendí a ser eficiente.

Luego hay un montón de cosas más como las hojas de personajes —super útiles, ya verás cuando lleguemos en próximos artículos a eso—, el apartado de investigación donde puedes poner toda la documentación que suelas consultar para la novela, varios modos de escritura que incluye un modo de “concentración” y decenas de cosas más. De hecho, este artículo lo estoy escribiendo en Scrivener.

Esto que te voy a contar ya es útil muy para después, pero útil al fin y al cabo. Y es que como el programa está pensado para estos menesteres de la escritura tipo novela y similares, su compilador es altamente potente. Es decir, con sólo pulsar un icono nos deja la novela lista en ePub, Kindle, PDF o el formato que necesitemos. Que no se me olvide, también sirve para la creación de guiones —aunque en ese sentido yo te reconozco que uso Celtx, del que si quieres te hablaré más adelante, ya que está más especializado a mi gusto—.

Lo dicho, todo esto se queda en simple palabrerío si no te muestro cómo trabaja. Y como nada es mejor que un vídeo tutorial —yo hubiera MATADO por tener uno en su día— te dejo uno que hice yo mismo y que está siendo un éxito en YouTube. Cuídamelo, ¿eh?

Viendo ahora un trozo del vídeo me recuerda un consejo imprescindible que debo darte: guarda todo tu trabajo por partida, al menos, doble. Puedes hacerlo por ejemplo en una nube —la que te dé la gana— además de un pen y en el propio ordenador. Créeme, por idiota ya me pasó una vez algo que estuvo a punto de ser un desastre supremo y que, gracias a quien sea, no llegó a tanto.

"No te calientes mucho la cabeza si entiendes que algo no va contigo. No te presiones ni te obligues a nada porque un escritor —el que sea— lo haga de una manera en concreto."

Otra cosa que no se me debe olvidar es que los usuarios de iOS están de enhorabuena porque sacaron la aplicación para iPhone e iPad y eso es maravilloso. Porque además se sincronizan entre sí y puedes trabajar en cualquier sitio. Los de Android no desesperéis porque hay noticias de que acabará saliendo también.

Lo dicho. Sé que parezco un comercial de Scrivener, pero si quiero aconsejarte bien debo insistir en que lo pruebes. El programa es de pago y cuesta unos cuarenta y cinco dólares, pero debo recomendarte encarecidamente que lo compres. Por si acaso, en su propia web que es ésta: literatureandlatte.com, tenéis una prueba gratuita durante treinta días.

Y te aseguro que si lo pruebas y además sigues el tutorial, no vas a querer otra cosa.

Ahora bien, vuelvo a repetir que cualquiera que consideres que sea tu método idóneo será sin duda el mejor. Esto es muy subjetivo y hay gente que reconoce las virtudes de otros programas —porque te he puesto el ejemplo de Scrivener porque es el que yo uso, pero hay muchos más— y prefieren seguir usando Word porque les es muy cómodo. O por la razón que sea. No te calientes mucho la cabeza si entiendes que algo no va contigo. No te presiones ni te obligues a nada porque un escritor —el que sea— lo haga de una manera en concreto. Siéntete cómodo porque entonces todo fluirá, créeme.

"Y ahora ya tenemos, creo, los tres pilares básicos antes de comenzar a escribir la novela, por lo que en las siguientes entregas ya empiezo con la materia."

Incluso me viene un caso muy conocido a la cabeza que escribe sus textos en máquina. Sí, en máquina de escribir, no en el lenguaje de programación. Y no es otro que Javier Marías. Casi nadie.

Y ahora ya tenemos, creo, los tres pilares básicos antes de comenzar a escribir la novela, por lo que en las siguientes entregas ya empiezo con la materia.

Como siempre, estaré encantado de atenderte en mi correo electrónico —teniendo en cuenta lo que te he contado al principio— (Blasruizgrau@hotmail.com) y, cómo no, te espero en mi twitter. En él te podrás enterar de todas las novedades que sucedan. Y te advierto que vienen unas cuantas (alguna incluso relacionada con Zenda). Aquí lo tienes: https://twitter.com/BlasRuizGrau

Mientras llega lo próximo, ¿qué tal si lees, te defines como escritor y pruebas los distintos programas?

Nos vemos.

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