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Remembranzas de un comunicador aragonés

Remembranzas de un comunicador aragonés

Nada más finalizar la lectura de Memoria y olvido, el último libro de Luis del Val (Zaragoza, 1944), tuve la duda de si titular el comentario como “Crónica de una vida”, por la manera en que Del Val va narrando lo acontecido, desde mediados de la década de los cuarenta a nuestros días, o si inclinarme por “Remembranzas de un comunicador aragonés”, como finalmente ha sido. Decido, pues, que este es el título más acertado, pues con cinco palabras se pueden definir, con rigor, todo lo que trasmite el libro. La remembranza está marcada con perfección a lo largo de la obra, con trazo sutil, selecto e irónico de todo el conjunto de imágenes, hechos y situaciones que quedaron fijadas en la mente de Del Val. «Comunicador» es el adjetivo que se ha ganado a lo largo de más de cincuenta años como periodista; el gentilicio («aragonés») lo ha llevado muy a gala, ejerciendo de maño con orgullo.

A lo largo de todos estos recuerdos se ve la pasión con que Del Val ha vivido su vida y su trabajo, dejando una crónica de lo que ha sido la vida en España a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, desde aquel niño pequeño que corría alrededor de su padre, que se encontraba tirando de un carro de mano en donde cargaba sus pertenencias, hasta el día de hoy, en que ese niño se ha convertido en un escritor, cronista y, sobre todo, comunicador. Ha pasado mucho tiempo y han ocurrido muchos hechos que Del Val, con muy buena memoria, va desgranando a lo largo del libro y que, como periodista, apuesto que los vivió con pasión y que dio fe en su momento de esos hechos.

"Cuando llegó el momento, Del Val supo marcharse de la vida política y dedicarse a lo que le llenaba de satisfacción, que no era otra cosa que su profesión de periodista y escritor"

En sus principios profesionales, para salir adelante en su vocación periodística, tuvo que tener más de un empleo para poder subsistir y abrirse camino. Ese espíritu de sacrificio y tesón le permitió darse a conocer y, gracias a sus inquietudes políticas, participar y aportar su experiencia para que saliese adelante la Transición, que según su propia expresión, se realizó “a mano”. Tuvo la oportunidad y la suerte de estar en el sitio correcto, lo cual le permitió ser uno de los trescientos cincuenta protagonistas de la Historia de España que tuvieron el honor de ser diputados en las Cortes Constituyentes, y que fueron los que redactaron y aprobaron la Constitución de 1978. No solo ha sido testigo de la Transición desde un sitio privilegiado, sino que, además, como representante electo, ha posibilitado que con su voto tengamos hoy un marco constitucional que regule y arbitre nuestra vida actual.

Cuando llegó el momento, Del Val supo marcharse de la vida política y dedicarse a lo que le llenaba de satisfacción, que no era otra cosa que su profesión de periodista y escritor. En esta remembranza que llena el libro, recuerda cómo era la radio, la prensa escrita y la televisión en los comienzos en que le tocó vivir, y cómo fue evolucionando a lo largo de los tiempos hasta llegar a hoy en día. Son muchos los recuerdos que desgrana, y a los lectores que hayan nacido a mediados del siglo pasado les gustará recordar los suyos propios. Luis del Val define de manera muy gráfica la diferencia entre radio y televisión: La radio es el sonido de la vida, mientras que la televisión es la representación de la vida.

En su polifacética vida Del Val se convirtió en guionista de la farándula, de obras de teatro, revista y cine. Su actividad profesional le convirtió en un reconocido y galardonado escritor y comunicador, con cerca de una veintena de obras.

"Por este libro desfilan multitud de personalidades y personajes significativos de la vida nacional"

Por este libro desfilan multitud de personalidades y personajes significativos de la vida nacional, desde políticos que pertenecieron a alguna de las formaciones que componían la denominada “sopa de letras” que formaban las siglas de los partidos políticos, en la segunda mitad de la década de los setenta, a conocidos personajes del frívolo mundo del artisteo, hasta, como no podía ser de otra manera, todo el elenco de grandes periodistas que conforman la amplia nómina de los medios de comunicación en las últimas seis décadas.

Al lector le resultará muy atractiva la manera de narrar los acontecimientos que utiliza Del Val, por su recurso de interrumpir la narración y dar un salto al pasado. En el análisis de la detallada crónica de la Historia de España, desde los años cincuenta del siglo pasado hasta nuestros días, es destacable la siguiente afirmación:

“La memoria nos traiciona porque tendemos a embellecer la realidad, y el olvido nos ayuda porque limpia de asperezas y malos momentos el álbum de viaje. Pero son inseparables. Porque si no existiera la memoria tampoco podría existir el olvido”.

Sin embargo, es palmaria la buena memoria que ha demostrado describiendo y remarcando los hechos ocurridos en esos tiempos, con toda precisión y haciendo que el lector conozca, de primera mano, muchos matices que podrían haber quedado olvidados de no haber sido contados por un testigo excepcional como Luis del Val, solvente y reconocido comunicador.

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Autor: Luis del Val. Título: Memoria y olvido. Editorial: Espasa. Venta: Todostuslibros y Amazon.

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