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Una de las voces más singulares de la poesía venezolana

Una de las voces más singulares de la poesía venezolana

Antes de pasar a hablar directamente de este nuevo libro de la poeta venezolana Gabriela Kizer (Caracas, 1964), quisiera decir que me resultan fascinantes los poetas como ella que logran borrar cualquier rastro de origen, procedencia y filiación en su obra, a pesar de que sabemos que toda escritura es autobiográfica, y permiten un mundo donde cualquier atadura resulta vencida. Lo digo, pues es el caso de En falso, su nuevo libro, publicado en esta serie de autores venezolanos que publica Visor, auspiciados por la Fundación para la Cultura Urbana.

"Hay también, desde luego, un pensamiento mítico, y la poeta aquí lo dibuja, lo circunda, se acerca a un territorio delimitado que esconde experiencias necesarias para la culminación, y la continuidad"

Con En falso Kizer logra una escritura poética reconocible de inmediato, lo cual en mi opinión es uno de esos puntos primeros donde ha de llegar el poeta, uno lee un poema al azar, de cualquiera de las partes, y algo se despierta en la mente y de inmediato se produce una aceptación, el lector entra en un espacio particular que al ser reconocido se convierte en el espacio de la propia experiencia, y es que Gabriela Kizer ha sabido crear un mundo personal profundamente honesto, verdadero, tan propio, en el que la búsqueda de una emoción fragmentada, dispersa, hasta esparcida me atrevo a decir, le permite transmitir elementos propios y definitorios perdidos en el mundo, y los recogemos y recomponemos, pero sobre todo, y muy importante, sabe verlos, sabe encontrarlos, y destacarlos, hacerlos un fenómeno único, y con toda esa experiencia casi arqueológica, pues lleva a cabo una profunda búsqueda espiritual, crea un universo poético potente, donde cuerpo y alma se funden y pesan por igual, lo que sin lugar a dudas la hace la gran poeta que es.

En falso es un libro importante y definitorio en su escritura, es un libro que impacta, y me impacta por su título. Sabemos que lo intangible, o aquello entrevisto, casi cuestionado, es el refugio del espíritu en perpetua transformación, espacio vital rodeado de recuerdos familiares, anécdotas vitales, lecturas, sueños y vida en todo su esplendor, el elemento primigenio. Hay también, desde luego, un pensamiento mítico, y la poeta aquí lo dibuja, lo circunda, se acerca a un territorio delimitado que esconde experiencias necesarias para la culminación y la continuidad.

"La vida, descubre Gabriela Kizer, nada más ponerse a escribir, es mezcla, desorden y orden, aceptación"

La mitología propia nos ofrece explicación a tantos enigmas de la existencia que nos acucia, siempre fuente fresca de comprensión, y en las dos primeras partes de las cinco que componen el libro, los poemas llevan títulos indicativos, señales, marcas de un camino al que el lector es invitado a recorrer con la autora, espacios muchos de bellísima sonoridad y contundencia limpísima, sonoridad que nos descubre un sentido, como pasa con la honda poesía, y nos arrastra a un viaje hacia el interior de nosotros mismos, al origen, de donde venimos, esa pregunta con la que Gauguin titula uno de sus cuadros en lengua tahitiana: Nafea faa ipoipo Ea aere ia oe: ¿De dónde venimos, qué somos, adónde vamos? Y como en unos cuentos bárbaros vamos leyendo y descubriendo un gran viaje, el viaje de la cultura occidental que la lleva a buscar la luz, o como decía Goethe, descubrir el país donde florecen los limoneros, Das Land wo die Zitronen blühen. La vida, descubre Gabriela Kizer, nada más ponerse a escribir, es mezcla, desorden y orden, aceptación, y decidida en el camino dice el aire bochornoso, irrespirable / de estos días; / atesora su gracia, su exigencia: / la vida, aún. La existencia es una forma lenta de bajar los peldaños, escalones que suben y bajan desde la cima a la base del volcán, lo sublime y lo abyecto, y es a nosotros de elegir en qué dirección ir, la poeta lo intuye y esa intuición la lleva por la senda de la plenitud, mitología personal como la puerta que todos hemos de abrir para atrapar esa brizna del reflejo de la luz.

Y siempre ronda la sombra de una casa, espacio de acogida y de reflexión, la casa escindida, la familia que viene desde otro punto lejano a descubrir un por qué, que llega sin equipaje, desprendiéndose de todo lo superfluo, y es que cómo puede haber claridad si no se supera la enfermedad, y entrar en la casa interior.

Y cierra el libro evocando al lenguaje, la lengua familiar perdida, que duerme en la sombra, pero necesaria para seguir andando, siempre adelante, buscando esa luz que la lleva y la llevará lejos, Gabriela Kizer, una de las voces más singulares de la poesía venezolana contemporánea, pura agua fresca, es un lujo que vamos a disfrutar los lectores de este lado del océano.

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Autora: Gabriela Kizer. TítuloLo falsoEditorial: Visor Libros. Venta: Todos tus librosAmazonFnac y Casa del Libro.

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