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Una ucronía de las que escuecen

Una ucronía de las que escuecen

Hoy día lo normal es especializarse en un trabajo concreto, como si la vida fuera una cadena de montaje. Atrás quedan figuras como Victor Hugo, quien aparte de novelista fue político, activista social, dibujante, dramaturgo y poeta, entre otras ocupaciones. Por eso encontrarse con un hombre orquesta como David Sainz es como ver un animal fantástico. Sainz lo mismo dirige una serie, que actúa, que presenta un late night o aparece en un videoclip, pero lo que queda claro tras leer Pájaro azul, su nueva novela, es que lo importante es contar historias.

Estamos ante una ucronía de las que escuecen, un vistazo a cómo sería nuestra sociedad si la esclavitud fuera normal en el día a día. Lucas es esclavo desde que nació. A través de sus ojos nos asombraremos ante un mundo demasiado parecido al nuestro, pero donde el maltrato o la compra de personas son habituales. David Sainz trata esta temática con sorprendente ternura, más centrado en el paisaje interior de emociones del protagonista que en el ruido de fuera. Las escenas donde prueba por primera vez el chocolate o descubre el mar son de una sensibilidad y delicadeza que sobrecogen. La prosa fluye con soltura mientras viajamos con Lucas en busca de su lugar en el mundo. Hay injusticias, peleas, llanto y amor entre sus páginas, con algunas sorpresas que, créanme, no van a ver venir. En definitiva, un viaje que no se pueden perder.

En Zenda hemos logrado robarle unos minutos a su apretada agenda para que nos hable de su libro Pájaro azul.

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—Es complicado definirte. Diriges cine y series, actúas, produces, escribes guiones, haces cómics, presentas un programa de televisión, tienes un podcast y hasta cantas. ¿Por qué la novela?

"Me resulta interesante todo lo que de alguna forma tenga que ver con la ficción"

—De todas esas cosas que hago, mi trabajo real es solo el de escribir guiones y dirigir. Lo demás es algo que hago por puro placer, por probar y porque me resulta interesante todo lo que de alguna forma tenga que ver con la ficción. Como contador de historias, la novela siempre ha sido un recurso con el que, después de mucho escribir con las limitaciones presupuestarias que tiene hacerlo para que se convierta en un producto audiovisual, tenía ganas de probar. No ha sido la primera que he planteado pero sí la primera que he terminado y ha sido una de las mejores experiencias de mi vida.

—Previamente habías publicado Malviviendo: La historia de Forne. ¿Qué diferencia te ha supuesto respecto a este Pájaro azul?

—La novela de La historia de Forme era un tentáculo más de «Malviviendo». También fue un viaje hermoso, sobre todo porque pude adaptar el universo de la serie a mi subgénero literario favorito: thrillers en hospitales psiquiátricos. Sin embargo, Pájaro azul me ha permitido crear todo un universo nuevo y jugar con un tono diferente.

—En un mundo donde las editoriales se rifan a influencers por sus seguidores, tú te has lanzado a la autoedición. ¿A qué se debe?

—Yo ya había tenido una experiencia con una editorial grande y fue bastante satisfactoria, pero echaba de menos el control y el cariño que un creador cree que merecen sus productos. Mi amigo Manuel Noguera autoeditó su novela Salvar a Hitler a principios del 2022 y me contó cómo había sido la experiencia. Me atrajo poder ser dueño de todas las decisiones y poder llegar directamente al lector sin tener que bajar la cabeza delante de nadie. También por la facilidad de saber que tengo una buena capacidad de auto promoción.

—¿Por qué una ucronía?

"Podía haber escrito algo de perros alados contra dragones en el futuro, pero al final me decanté por algo mucho más sencillo y a la vez, mucho más complejo"

—Me pareció interesante poder contar una historia en primera persona desde un personaje que viviendo una realidad distinta a la nuestra pudiese hablar de nosotros constantemente. Como dije, liberado de las limitaciones presupuestarias que tiene cualquier producto audiovisual, quise contar algo que no tuviese los recursos para grabar. Podía haber escrito algo de perros alados contra dragones en el futuro, pero al final me decanté por algo mucho más sencillo y a la vez, mucho más complejo.

—En Pájaro azul Lucas, el esclavo protagonista, nos introduce en el mundo que has creado, pero en un momento dado lo descubrimos al mismo tiempo que él. La sensación de no saber qué va a pasar a continuación, pese a ser un mundo tan familiar y con unas reglas tan marcadas, es sorprendente.

—La idea era que la gente viviese la historia a la vez que el protagonista para que fuera más fácil meterse en sus zapatos y empatizase lo máximo posible con él.

—En tu novela hay acción y humor, pero está muy alejada de otras temáticas que habías tocado en obras anteriores, es más reflexiva e intimista. ¿Cómo ha tomado tu público este cambio de registro?

"Esta era una historia que quería escribir con el tono que me apetecía"

—De momento todas las críticas que me han llegado de gente que ha seguido otros trabajos míos y que se ha leído la novela son bastante positivas. Igualmente esta era una historia que quería escribir con el tono que me apetecía y creo que al final eso es lo importante.

—Si tuvieras que definir Pájaro azul con una sola frase, ¿cuál sería?

—Una historia de esperanza en una distopía cruel, peligrosamente parecida a nuestro mundo.

—La trama gira en torno a la libertad y a la identidad. En el libro dices que un pez que siempre ha vivido en un lago no puede imaginarse qué es el mar. ¿Somos libres o solo creemos serlo?

—De eso habla Pájaro azul en el fondo. De cuánto de esclavos tenemos los libres.

—Esta pregunta me da miedo hacértela porque en dos semanas quedará obsoleta, pero: ¿qué andas haciendo ahora?

—Ahora mismo estamos metidos de lleno en preproducción de una serie para una plataforma pero eso es todo lo que me dejan contarte.

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