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El fomento de la lectura en clubes de lectura (II)

Tras el último post de este blog, en el que tres clubes de lectura (El Breviario, Casa del Libro de Gran Vía y La Plaza de Poe) expresaban su parecer y nos daban sabios consejos sobre el fomento de lectura, continuamos en esta segunda parte con entrevistas a otros clubes que nos pueden ayudar a entender el funcionamiento de un club como éstos, la promoción de sus actividades,…

Club de lectura Ciervo Blanco

En este artículo expresa su opinión Ciervo Blanco un club de lectura que organiza tertulias literarias, book discussions & soirées littéraires, así como talleres de escritura creativa y eventos literarios varios en Madrid

solaris_17663574730_o 1. ¿Qué actividades promovéis desde vuestra organización que pueden potenciar la creación de un hábito de lectura?

Un hábito de lectura no es fácil de crear. Lo más probable es que los clubs de lectura sirvan para potenciar y amplificar un hábito ya existente, en la medida en que es necesario cierto interés preexistente por la literatura en los tertulianos cuando buscan un club del libro al que pertenecer. El hábito de lectura sólo puede ser multifactorialmente explicado (intervienen muchos factores en su creación) y, en buena medida, tiene que ver con los agentes sociales significativos durante la infancia (núcleo familiar, profesores) y adolescencia. Teniendo esto en cuenta, el club de lectura Ciervo Blanco contribuye a la creación de un hábito de lectura, o amplificación de uno existente, mediante varios puntos:

  • Da una periodicidad al ritmo de lecturas. Todas las semanas convocamos una tertulia literaria en castellano. Según el ritmo de cada lector -no todos leemos a la misma velocidad ni disponemos del mismo tiempo- adaptarse al calendario del club de forma semanal, quincenal o mensual significa tener siempre algo que leer, no dejar de hacerlo nunca e incluso obligarse a uno mismo a leer para poder cumplir la fecha de la tertulia. Lo mismo sucede con las tertulias en inglés, que realizamos con una frecuencia mensual y supone incluir un libro más a leer con una fecha tope a cumplir, forzando en este caso la creación de un hábito lector en una segunda lengua (para los no nativos).
  • Ofrece una dimensión social a la lectura. Leer es un acto extremadamente solitario. No sólo se hace en la tranquilidad de la intimidad sino que además es difícil encontrar personas en nuestro círculo con las que poder coincidir en lectura y hablar sobre ella. La magia de las tertulias es tener un libro en común sobre el que poder debatir en grupo. Esta nueva dimensión es un incentivo, una motivación para leer más, y contribuye por tanto a la creación de hábito lector. Con otras palabras, es un bonus añadido al premio del libro en sí. De las tertulias presenciales surgen grupos de amigos, relaciones de género y, cuando menos, un par de horas en compañía de otros seres humanos tomando café charlando sobre un tema común que nos une a todos. No sólo quienes ya leen con frecuencia agradecen esta dimensión social, también quienes no solían leer nada pueden empezar a hacerlo aunque sólo fuera con la excusa del “conocer gente”, creando un hábito lector que sobreviva más allá de la motivación social inicial.
  • Amplía el abanico de lecturas. Tanto los tertulianos como los organizadores del club descubrimos libros que jamás hubiéramos conocido de no ser por el club. Al charlar sobre literatura con otros salen a relucir autores y obras fuera de nuestro área de conocimiento o de confort: de géneros por los que no nos hubiéramos interesado, de autores que no conocíamos, de libros que nos pasaron desapercibidos. Al tener más dónde elegir y más recomendaciones que seguir, leemos más hasta el punto de generar “estrés lector” (tengo que leer, hay tanto que leer, tengo que leer más, uf, otro más a la lista, me pongo a leer en cuanto llegue a casa, qué estrés).

2. ¿Creéis que hay algún agente o colectivo que debe impulsar fervientemente actividades de este tipo?

La influencia de las instituciones y organizaciones en los individuos más allá de la familia y amigos es difícil de cuantificar, y en el caso concreto de promover la lectura tienen más importancia los agentes sociales significativos que rodean a la persona: si su círculo de amigos lee, es posible que él también lo haga; si en su casa se ha leído de siempre, probablemente él también lea. En este sentido, y dado que en la esfera privada no se puede entrar, los colegios deberían ser las primeras instituciones volcadas en crear hábito lector. Por ejemplo, organizando clubs de lectura con los alumnos. La esfera política y sus instituciones públicas a nivel local, estatal y nacional pueden sufragar el coste de los libros, organizar eventos relacionados con la literatura (por ejemplo, clubs de lectura) o realizar campañas de concienciación. En esta línea, los ayuntamientos son los organismos más cercanos a la población y son quienes más deberían incidir en crear hábitos culturales.

"Si se hablara de libros en la televisión y la radio, se leería más. Si al recoger a los niños en el colegio los padres hablaran de libros entre sí, se leería más -los padres, no sólo los niños-. Si en el supermercado oyeras a los cajeros hablando de libros en lugar de hablar de series de televisión, quienes les oyeran leerían más. Si los compañeros de trabajo sólo hablaran de libros, leeríamos todos."

3. En líneas generales, ¿qué recepción tenéis en los clubes de lectura que lleváis a cabo?

La acogida de la mayoría de eventos literarios que organiza el club es sorprendentemente buena. Digo sorprendente porque no podíamos imaginarnos el tamaño y alcance que ha llegado a tener el club. En la primera tertulia fuimos cuatro personas. En la segunda cinco. En la tercera, ocho. Hoy tenemos eventos en los que hay que dividir los grupos de tertulianos porque con más de veinte personas el debate es inmanejable y, en general, cualquier evento propuesto -incluso en idiomas extranjeros- cuenta con gente interesada sea cual sea el libro, el género, la fecha o la ubicación. El desarrollo de las tertulias es sencillo, tan sólo un grupo de personas que se reúnen a charlar sobre un libro, por lo que las dinámicas suelen ser bastante libres y la acogida, por tanto, muy buena. Cada contertulio puede hablar tanto como le plazca expresando las ideas que le dé la gana, y lo único que pedimos es que se respete al resto de participantes. Cada organizador tiene su propio estilo de moderación pero, en general, sólo se guía la conversación cuando empieza a desviarse demasiado del libro o si dos tertulianos -somos humanos- se enzarzaran en un debate infinito. Al generarse una discusión tan distendida e informal, el ambiente es muy amigable y es habitual que muchos tertulianos repitan. Suele ir por rachas: un miembro del club aparece continuamente durante unos meses, luego desaparece una temporada, reaparece otra vez… depende mucho de circunstancias personales y emocionales. En general, a día de hoy, todos los eventos Ciervo Blanco funcionan muy bien, tanto las tertulias literarias como los talleres de escritura -de hecho, la masificación empieza a ser un problema- y las únicas convocatorias que se mantienen en un número más reducido de asistentes es, como es natural, las de segundos idiomas como inglés o francés, donde el filtro de hablar bien la lengua deja fuera a la mayoría de tertulianos. El hecho de que todos nuestros eventos sean gratuitos contribuyen, sin duda, a que la recepción del club sea excelente.

"Trivializar, amenizar o simplificar la literatura para generar interés actúa en detrimento de la propia literatura, incluso aunque aumentaran las estadísticas de lectores- comenta Adrián Díaz"

 4. ¿Tenéis alguna ayuda de alguna institución a la hora de organizar estas actividades (cesión de espacios, promoción en la web, alguna cuantía económica,…)?

El Club del Libro Ciervo Blanco, al tiempo que mantiene la gratuidad en todos sus eventos, no recibe ninguna aportación económica -ni de otro tipo- de ninguna institución. De hecho, los organizadores del club pierden dinero al colaborar, en la medida en que se invierte no sólo tiempo sino también desplazamientos, consumiciones, etcétera. Como espacio físico usamos bares o locales públicos que cumplen las características de tamaño, ruido y ubicación que nos hacen falta, por lo que no hay alquileres, y aunque de vez en cuando hacemos colaboraciones puntuales con alguna librería o biblioteca, donde usamos su espacio, en general solemos tener libertad para elegir el local que nos plazca en función del libro. Los gastos propios del club (página web, grupos en redes sociales de pago, merchandising, etcétera) se cubren por los organizadores, quienes únicamente perciben a cambio el placer de compartir literatura con otros lectores. El hacerlo por gusto sin recibir dinero a cambio tiene, sin embargo, una ventaja: no casarse con librerías, editoriales y organismos nos permite tener una amplitud en el catálogo de lectura imposible de otra manera. No nos ajustamos a los gustos de nadie ni a los intereses económicos de ninguna institución: sencillamente leemos lo que nos apetece leer e, invariablemente, descubrimos muchas personas interesadas en lo mismo que nos acompañan en Madrid.

5. ¿Podéis explicarnos la dinámica de un club de lectura como el vuestro?

Con tiempo suficiente anunciamos cuál será el libro del que hablaremos en la tertulia. Lo ideal es anunciarlo con unas cuatro semanas de antelación para que los miembros puedan encontrarlo (comprarlo, sacarlo de bibliotecas, descargarlo.. cada uno con sus medios y preferencias) y leerlo, aunque en ocasiones convocamos con mucha más o mucha menos antelación. Los tertulianos leen en sus casas los libros propuestos y el día y hora indicados nos encontramos presencialmente en el local escogido. Aunque depende de cada moderador y su tendencia a guiar, en general suele haber un debate libre donde los asistentes arrojan sus opiniones sobre la obra y dialogan entre sí. Suele durar unas dos horas. En ocasiones puntuales debido a conmemoraciones, épocas especiales o circunstancias distintas, convocamos eventos literarios que se salen de esta dinámica habitual, como recitales de poesía, colaboraciones con otros grupos, conciertos (música tradicional japonesa mientras se leen haikus, por ejemplo), visitas culturales (fuimos en grupo a la Biblioteca Nacional) o elaboración de propaganda que se muestra públicamente (es el caso, por ejemplo, de carteles que elaboramos en colaboración con el ayuntamiento de Sigüenza por el Día de las Escritoras).

6. ¿Dónde- a vuestro juicio- ha fallado nuestro país a la hora de potenciar la lectura (en la familia, en el colegio,…)?

Como comentábamos más arriba, son los agentes sociales significativos para el niño los factores fundamentales que generan un hábito. Hablamos de niño porque las costumbres adquiridas desde la infancia tienden a mantenerse durante la edad adulta, lo que no quita para que puedan generarse más tarde. En este sentido, familia y colegio son las instituciones fundamentales sobre las que se erige el hábito lector. Por otro lado, y más allá de instituciones concretas, el conjunto societal suprime y amplifica costumbres en los individuos. Si se hablara de libros en la televisión y la radio, se leería más. Si al recoger a los niños en el colegio los padres hablaran de libros entre sí, se leería más -los padres, no sólo los niños-. Si en el supermercado oyeras a los cajeros hablando de libros en lugar de hablar de series de televisión, quienes les oyeran leerían más. Si los compañeros de trabajo sólo hablaran de libros, leeríamos todos. Es el conjunto de la sociedad quien transmite unas costumbre culturales que, en buena medida, se reproducen por contagio. Lograr esto, por tanto, es trabajo de todos: desde la esfera jurídico-política, sí, a través de las administraciones e instituciones públicas, pero también en la dimensión de lo privado, donde se aprehende -con h: se interioriza, se hace propio- lo que nos rodea. En resumen, lo que ha fallado en potenciar la lectura es la generación anterior. En nuestra mano está que no falle también en la siguiente.

7. ¿Qué más podemos hacer? ¿Se os ocurre alguna actividad de dinamización de la lectura para todo tipo de lector?

Desde Ciervo Blanco, al organizar todo tipo de eventos literarios, solemos observar que se repiten ciertos patrones de asistencia:

  • Las obras cortas se leen mejor. La brevedad de las novelas propuestas incide directamente sobre el número de asistentes.
  • Las obras fáciles se leen mejor. Cuanto menos enrevesada sean la trama y la prosa, más gente acudirá a las tertulias.
  • Los autores famosos se leen más. Aunque parezca de Perogrullo, cuando convocamos una tertulia sobre un autor más comercial (no lo hacemos mucho, la verdad) las tertulias se masifican.

Sin embargo, empobrecer la calidad literaria (más corto, más simple, más comercial) para alcanzar a más gente podría ser un error. No hay que olvidar que lo que hoy llamamos hábito lector y consideramos que debería extenderse al conjunto de la población no ha sido, a lo largo de la historia, más que algo reservado a una élite intelectual. Sin llegar a esos extremos, debe entenderse que trivializar, amenizar o simplificar la literatura para generar interés actúa en detrimento de la propia literatura, incluso aunque aumentaran las estadísticas de lectores.

Dicho eso, la dimensión social es un factor importante a tener en cuenta para que leer libros resulte más atractivo: la gente, los grupos, pertenecer a un club, todo eso contribuye a que nos apetezca leer, y hoy día gente con todo tipo de afinidades puede encontrarse a través de las redes y reunirse presencialmente. Esto incide indirectamente también con ese nivel generalizado de la sociedad que propaga costumbres culturales, en la medida en que la literatura cuenta con una presencia constante en bares, redes sociales, etcétera, generado por los clubs del libro. En este sentido, los clubs de lectura juegan un papel fundamental. Más aún cuando son gratuitos, por lo que no es necesario encontrarse en una situación económica boyante para acceder al evento cultural, y admiten todo tipo de contertulios -sin necesidad de un determinado nivel académico o bagaje literario-. Es decir, cualquiera con interés por abrir un libro y hablar de él es bienvenido, y tiene un hueco entre nosotros. De esta forma, la literatura se convierte en algo universal incluso en su exposición más compleja -hemos leído El Arcoíris de Pynchon, el Ulises de Joyce- puesto que todas las opiniones tienen cabida durante las tertulias, y en algo social incluso en la soledad de la lectura.

Club de lectura Aloysius

Entrevistamos a Moisés Galán, coordinador del club de lectura Aloysius de Madrid. Un club que se reúne una vez al mes y que ha incorporado recientemente un cineclub, Prin Lalá, en el que visionan y comentan películas relacionadas con los títulos literarios de ese mes. Entre los últimos títulos que han debatido se encuentran: Seda de Alessandro Baricco, Stoner de John Williams y  Espejo de sombras de Felicidad Blanc.

1.¿Qué actividades promovéis desde vuestra organización que pueden potenciar la creación de un hábito de lectura?

Concebimos la lectura como una experiencia compartida. Afrontamos nuestras sesiones en torno a un libro elegido previamente. La literatura entra en nuestros encuentros como un espacio común en el que debatir sobre diferentes problemas. Diseccionamos los libros en función de nuestras experiencias y bagajes.

"La lectura nos tiene que hacer más libres. No creemos en ningún poder que la fomente."

2.¿Creéis que hay algún agente o colectivo que debe impulsar fervientemente actividades de este tipo?
Nuestra experiencia es que los libros y las lecturas que más nos han gustado han venido recomendadas por gente a la que le gusta leer: un buen profesor, un amigo, etc. Hemos aprendido a disfrutar con la lectura gracias a gente que también disfrutaba con ella. Promovemos que la gente elija para la sesión un libro que le guste.

3. En líneas generales, ¿qué recepción tenéis en los clubes de lectura que lleváis a cabo?

La gente está contenta. No siempre vienen los mismos a todas las sesiones pero hay varias personas que son bastante constantes. Siempre solemos ser entre 6 y 12.

 

"La literatura entra en nuestros encuentros como un espacio común en el que debatir sobre diferentes problemas"

4. ¿Tenéis alguna ayuda de alguna institución a la hora de organizar estas actividades (cesión de espacios, promoción en la web, alguna cuantía económica,…)?

No recibimos ayuda institucional.

5. ¿Podéis explicarnos la dinámica de un club de lectura como el vuestro?

En el club leemos un libro al mes y nos juntamos alrededor de un poco de picoteo para comentarlo. El libro no lo elige la misma persona cada vez sino que nos vamos turnando. De esta manera los libros son más variados y acaban siendo del gusto de todos.

6. ¿Dónde- a vuestro juicio- ha fallado nuestro país a la hora de potenciar la lectura (en la familia, en el colegio,…)?

Creemos que el estado o cualquier otra organización fomente la lectura es un error. La lectura nos tiene que hacer más libres. No creemos en ningún poder que la fomente.

7. ¿Qué más podemos hacer? ¿Se os ocurre alguna actividad de dinamización de la lectura para todo tipo de lector?

Nosotros sin ánimo de fomentar la lectura la acabamos fomentando. Nos recomendamos libros unos a otros, leemos un libro al mes, lo acompañamos de una peli. Quizás la mejor manera para fomentar la lectura es cediendo espacios para que la gente converse y se reúna a través de la lectura.

El Libro Durmiente

Marcos Rodes, de El Libro Durmiente, se somete también al cuestionario  sobre el fomento de la lectura en Clubes de lectura. 

1. ¿Qué actividades realiza El Libro Durmiente a la hora de fomentar la lectura entre los niños? ¿Y entre los adultos?

El club de lectura se creó en junio de 2003 con el objeto de incentivar el interés por la lectura y el deseo de ampliar conocimientos. Su denominación responde a un bello propósito: evitar que los buenos libros caigan en el sopor del olvido.

Desde su inicio hemos programado sesenta y dos encuentros literarios de obras pertenecientes a diferentes géneros (novela, ensayo, cuento, teatro y poesía) y a diversas temáticas: histórica, social, política, relaciones humanas, psicología… Hasta la fecha, la acción cultural de fomento de la lectura desarrollada por El Libro Durmiente se ha dirigido a un público adulto.

2. ¿Tienen algún programa dedicado concretamente a la dinamización de la lectura?

La propia realización de los encuentros tiene, como uno de sus cometidos principales, la promoción de la lectura entre los asociados y amigos del Club de Lectura.

Junto a ello, dedicamos una especial atención a la comunicación de contenidos literarios (reseñas, biografías, entrevistas, relatos breves…) a través de nuestro blog y redes sociales.

Gracias al singular desarrollo y difusión logrado en los últimos años, bajo la denominación de Foro Literario, hemos contado con la presencia de prestigiosos escritores entre los que podríamos nombrar a Jorge Edwards, Juan Eslava Galán, Espido Freire, Raquel Lanseros, Santiago Posteguillo, Fernando Marías, Vanessa Montfort

En especial, destacamos las once ediciones de la Lectura Compartida de El Quijote, la cual realizamos todos los años en conmemoración de nuestra obra universal con gran participación de público.

"Se requiere de una acción global que normalice la lectura, como una actividad instructiva y apasionante, en los hogares."

3. Si es así, ¿qué cambios o mejoras están notando desde su implementación?

Próximos a cumplir nuestro catorceavo aniversario, período durante el cual hemos programado ciento diecisiete actividades (entre encuentros literarios, presentaciones de libros, encuentros con autor, master class y lecturas compartidas), nos sentimos orgullosos de haber compartido este sueño con miles de alicantinos. El Libro Durmiente se ha constituido como el Club de Lectura decano de la ciudad de Alicante y sus actividades representan un referente cultural del que nos sentimos orgullosos. Otro aspecto a destacar de nuestra propuesta cultural, y su impacto en el medio, queda reflejado en la impartición simultánea de dos talleres literarios (un grupo inicial y otro avanzado), a cargo de su profesor titular Ramón Sanchis. En la actualidad, estamos prontos a finalizar su quinta edición.

4. ¿Reciben alguna ayuda (de cualquier tipo: económica, recursos materiales o formación) por parte de alguna institución para este tipo de actividades?

El Libro Durmiente está constituido como una entidad sin ánimo de lucro que se gestiona con recursos propios, gracias a las cuotas de los asociados. Estamos ubicados en las instalaciones del Centro Imaginalia, uno de los principales referentes culturales y humanísticos de Alicante. Dicha entidad posibilita su existencia y desarrollo de actividades.

5. ¿Creen que hay algún agente o colectivo que deba impulsar fervientemente actividades de este tipo?

Toda acción que favorezca la lectura ha de ser bienvenida. Al libro le han surgido poderosos competidores, como son las redes sociales, videojuegos, series de televisión, internet… A nuestro entender, ninguna de estas propuestas conforma la imaginación y el espíritu crítico de las personas en la misma medida que un buen libro. La lectura exige un esfuerzo intelectual de compresión de que los otros formatos carecen. Ahora hablamos de nativos tecnológicos pero todavía está por ver las bondades de este efecto en su desarrollo. Es en este punto donde la acción desarrollada por los clubes de lectura adquiere especial relevancia.

6. ¿Dónde- a su juicio- ha fallado nuestro país a la hora de potenciar la lectura (en la familia, en el colegio…)?

Los planes de estudios están virando hacia la especialidad técnica en sus contenidos docentes. Podemos observar cómo, en la actualidad, hay menos presencia de las asignaturas humanistas. No es ahí donde cabe esperar, al menos a medio plazo, una respuesta a las carencias de lectura en España. Como sucede con otras áreas de nuestra vida, la presencia y visibilidad de las bondades de la lectura, en los medios de comunicación, así como en las propuestas de las asociaciones culturales, podría favorecer la incorporación de nuevos lectores. Se requiere de una acción global que normalice la lectura, como una actividad instructiva y apasionante, en los hogares. El reto: que la lectura se ponga de moda a partir de contenidos culturales de calidad que logren entretener y reconociendo su valor para la obtención de un vocabulario amplio e ideas propias.

El papel de internet en la formación de un club de lectura

Entrevista a María Antonia Moreno Mulas

María Antonia Moreno Mulas —  ha  dinamizado y coordinado clubes de lectura presenciales y virtuales para la Fundación Germán Sánchez Ruipérez y la Diputación de Badajoz (impulsando en ésta lecturas compartidas de autores como Luis García Jambrina, Lorenzo Silva, Rosa Montero, Carmen Posadas o Luis Landero)  — nos desvela algunas ideas sobre los clubes de lectura presenciales y por internet, fruto de su amplia experiencia en este sector:

“Estoy convencida de que los clubes de lectura son herramientas muy potentes de promoción de la lectura. Por eso, quizás, las bibliotecas públicas españolas llevan más de quince años impulsando los clubes de lectura. Pero no sólo las bibliotecas los organizan sino que en los últimos años, todo tipo de entidades y particulares hacen lo propio (editoriales, autores, centros cívicos, librerías, museos, universidades…). Es esta una buena noticia. Una muy buena noticia”.

Sobre los clubes de lectura a través de internet, María Antonia nos comenta: “ofrecen a las personas interesadas en compartir las sensaciones, el aprendizaje, la alegría que la lectura les ofrece, lugares y tiempos para hacerlo. Lugares sin barreras, tiempos sin límites; por eso son muy necesarios en las grandes ciudades y en las dispersas zonas rurales. En las ciudades porque las prisas y las distancias acortan los días y las posibilidades de asistir a los clubes de lectura presenciales; en las zonas rurales, por la necesidad de cohesión de territorios y personas. “

"Los clubes de lectura por internet ofrecen lugares sin barreras, tiempos sin límites; por eso son muy necesarios en las grandes ciudades y en las dispersas zonas rurales"

María Antonia nos descubre algunos retos para un club de lectura de estas características: “Los retos para el profesional que coordina estos clubes son muy interesantes: tienen que ver con la forma de seleccionar y analizar las obras y, sobre todo, con la manera de dinamizar la conversación en el club. Se pierde el lenguaje corporal, las sonrisas, los guiños, por lo que hay que ser extremadamente cuidadoso, sutil y saber ceder el protagonismo a los participantes del club. Dirigir los debates, pero no imponerlos. (…) Este tipo de clubes (por internet) exigen de nosotros, los profesionales, unas habilidades extra: cierta destreza a la hora de escribir, sensibilidad, flexibilidad en el tiempo de trabajo…”

Sobre la participación de autores en un club de lectura, afirma “Si las obras son contemporáneas y los autores participan en el club, su participación constituye un valor añadido muy importante. Para los lectores, pero también para el dinamizador o coordinador, puesto que se trata de una voz que hay que integrar en el desarrollo del club, y, por otro lado, perseguir que los participantes conversen sin cortapisas, con el debido respeto, por supuesto. Los autores que participan en los clubes son muy valientes, porque se exponen a las críticas buenas y malas, sin filtros. No es como en un club presencial, en el que todo está listo para encontrarse con el autor al finalizar la lectura de la obra; en el club en internet, el autor entra sin avisar, cuando y como quiere.

© de las imágenes: Ciervo Blanco (Tertulia literaria 17/05/15 sobre Solaris, de Stanislaw Lem); Aloysius (Tertulia dedicada a Stoner, de John Williams)

En un próximo artículo se entrevistará a diversos responsables del ámbito educativo (de colegios y universidades de España). Si en su centro se está llevando a cabo alguna actividad específica para fomentar el hábito lector y desea darla a conocer, puede contactar con la autora de este artículo.

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