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3 poemas de El orgasmo puede ser parte del vacío, de Adolfo Burriel Borque

3 poemas de El orgasmo puede ser parte del vacío, de Adolfo Burriel Borque

Asegura Adolfo Burriel Borque que este poemario de título tan llamativo, El orgasmo puede ser parte del vacío, nació como respuesta a la ausencia de revoluciones en el mundo en que vivimos. Pero sobre todo lo escribió porque, “a estas alturas, uno tiene todo el derecho —y más con su poesía— a decir lo que le parezca, por inútil que sea”.

En Zenda extractamos tres poemas de El orgasmo puede ser parte del vacío (Olifante), de Adolfo Burriel Borque.

***

¿Y POR QUÉ NO SEGUIR HABLANDO DE LAS VÍSPERAS DEL TIEMPO AQUEL EN QUE INSTALARON LA ALAMBRADA?

Éramos tan audaces,
que nadie nos robaba
los sueños imposibles.

Lucien Rebel

El mundo cultivado era feliz sin imprevistos.
Los poetas malditos manaban por la herida,
besaban los discípulos el pie de su maestro,
y los amantes compulsivos saboreaban el
asombro
de sus dulces pecados.
Las almas fervorosas se prendaban
de los muchachos inocentes,
las horas discurrían con sol inmaculado,
nadie daba una voz a los silencios,
y las novias felices vivían de adjetivos.
Qué bellas eran las metáforas:
la luz,
los días reincidentes,
los designios anónimos de dios,
la tierna transparencia
del aire,
el suave deambular de los prodigios,
el mundo afable sin extraños.
Nadie advertía el sigiloso
rumor que propagaban los espejos.
Mi esposa y yo jugábamos al escondite,
la Duquesa de Alba
bailaba sevillanas y bebía licor de carmelitas,
los Niños de San Ildefonso
conmovían el sueño de los pobres,
Europa
se ofrecía a sí misma mentiras de cristal
y batía sin ritmo las caderas, América se abría los costados
con placeres de salsa,
el Imperio mostraba en sus vitrinas
el dorado ropaje de sus plumas
apócrifas,
y el Papa
ganaba su diaria partida de parchís
y luego bendecía los nobles pensamientos.
Un sueño irreverente
de radiantes augurios me arrullaba.
¡Oh tiempos adheridos a sí mismos!
¡Dulce ángel nuestro,
ay cuervo mío inagotable! 

***

EN ESTOS TIEMPOS MENGUANTES, ¿POR QUÉ NO EMPEZAR EVOCANDO LA RARA EXCELENCIA DE LAS FLORES Y EL TRISTE ASOMBRO DEL CIELO?

Las flores, cruel pecado de sí mismas,
viven de su ternura,
son frágiles y leves
como el candor de los tuberculosos,
son delicadas y sensibles
como doncellas extraviadas,
bellas y caprichosas
como las suertes del amor,
tienen el corazón multiplicado
como un espléndido aguacero.
¡Qué días ávidos de gozos
descubren sus celebraciones!
¡Qué fuerte grito escapa de sus pétalos
de música callada!
¡Qué mundo de prodigios disimula
su breve vida de primores!
Y el cielo, innumerable,
¡qué recorrido azul por el silencio!
¡Qué añoranza de ausencias!
¡Qué lejano vacío inundando el olvido!
¡Qué luces estridentes
contemplando el frío invisible
de las fosas selladas!

***

L’année prochaine la fleur d’oranger sera pour rien

Benjamín Péret

El día en que Luc Thomas
huyó de la Injusticia,
yo, ausente de mí mismo,
leía antipoemas de Ene Parra
recostado en mi lecho de azucenas.
La mañana ajustaba con primor
su compostura, y pájaros callados
renovaban el arte del silencio.
Mi mujer evitaba desnudarse
por temor a quedar embarazada
y los enamorados impacientes,
exploraban a tientas los abismos.
La luz vaciaba en los rincones
su espléndida maraña de regalos.
El día en paz aquel,
la guardia
bloqueó las salidas por el este,
puso semáforos y espinas
en los balcones de mi alcoba,
ocultó las miradas y las luces
y metió un general entre mis sábanas.
Cadentes marchas militares
robaban a los aires su sosiego.
El Inspector Mayor desde su trono
mostraba altivo
su cáscara dorada de oropéndola,
mientras bellos diluvios se expandían
por sus plumas caudales
y su cresta.
Oh cuadrado sin forma,
oh gran vaso inconcluso.
La tormenta llegaba de soslayo
salpicando a los frágiles arcángeles,
exterminando pieles rojas,
vistiendo de preguntas los desnudos
y dejando a los ciegos sin paisajes.
Falsos sueños que nunca despertaron
viajaban con el mar a la deriva.
René pobre Magritte
ya no pintaba pipas improbables
ni espejismos azules como pájaros,
Lylia Cercén deshabitaba
la casa de muñecas, y vendía
su pequeña tristeza
en los cines de barrio,
no quedaban prodigios,
era una estatua el día,
y el mundo presagiado
cambiaba de ropajes,
las muchachitas huérfanas
soñaban todavía con los pechos
ardientes de sus madres,
mientras bellos poetas alquimistas
se entregaban brillantes
a su augusto desánimo,
y el orden de las cosas
redondas
ponía paz en los jardines prohibidos.
Qué mañana inasible.
El día en que Luc Thomas
huyó de la Injusticia,
en los cielos ocultos
y gloriosos,
un ángel con librea
se convertía en cuervo vigilante.

—————————————

Autor: Adolfo Burriel Borque. Título: El orgasmo puede ser parte del vacío. Editorial: Olifante. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

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