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5 sonetos de Luisa de Carvajal y Mendoza

5 sonetos de Luisa de Carvajal y Mendoza

Su trágica vida, sumida en la penuria y en busca del martirio, le impidió disfrutar del merecido reconocimiento como poeta. A continuación reproduzco5 sonetos de Luisa de Carvajal y Mendoza.

5 sonetos de Luisa de Carvajal y Mendoza

1

De sentimientos de amor y ausencia profundísimos.

¿Cómo vives, sin quien vivir no puedes?
Ausente, Silva, el alma, ¿tienes vida,
y el corazón aquesa misma herida
gravemente atraviesa, y no te mueres?

Dime, si eres mortal o inmortal eres:
¿Hate cortado Amor a su medida,
o forjado, en sus llamas derretida,
que tanto el natural límite excedes?

Vuelto ha tu corazón cifra divina
de extremos mil Amor, en que su mano
mostrar quiso destreza peregrina;

y la fragilidad del pecho humano
en firmísima piedra diamantina,
con que quedó hecho alcázar soberano.

2

A la ausencia de su dulcísimo Señor en la Sagrada Comunión.

¡Ay, soledad amarga y enojosa,
causada de mi ausente y dulce Amado!
¡Dardo eres en el alma atravesado,
dolencia penosísima y furiosa!

Prueba de amor terrible y rigurosa,
y cifra del pesar más apurado,
cuidado que no sufre otro cuidado,
tormento intolerable y sed ansiosa.

Fragua, que en vivo, fuego me convierte,
de los soplos de amor tan avivada,
que aviva mi dolor hasta la muerte.

Bravo mar, en el cual mi alma engolfada,
con tormenta camina dura y fuerte
hasta el puerto y ribera deseada.

3

De deseos de martirio

Esposas dulces, lazo deseado,
ausentes trances, hora victoriosa,
infamia felicísima y gloriosa,
holocausto en mil llamas abrasado.

Di, Amor, ¿por qué tan lejos apartado
se ha de mí aquesta suerte venturosa,
y la cadena amable y deleitosa
en dura libertad se me ha trocado?

¿Ha sido, por ventura, haber querido
que la herida que al alma penetrada
tiene con dolor fuerte desmedido,

no quede socorrida ni curada,
y, el afecto aumentado y encendido,
la vida a puro amor sea desatada?

4

Soneto a un hombre que cayó en la culpa y se reduce a penitencia.

Infeliz hora, desdichado punto,
tiempo sin tiempo, vida no, mas muerte,
cruel prisión, y la cadena fuerte,
hierros que me enlazaron en un punto.

Parezco vivo, mas estoy difunto;
a un tiempo todo se acabó; mi suerte
desdicha fue, y plegue a Dios acierte
a recobrar lo que he perdido junto.

Lágrimas, suspirar, amargo llanto,
gemir del corazón, cruel azote,
dolor profundo con intensa pena,

desde agora será mi dulce canto,
con que, pagando el miserable escote,
pueda seguir mi dulce Filomena.

5

Para una señora grave

¿Cómo, di, bella Amari, tu cuidado
estimas en tan poco, que, olvidada,
de quien con tanto amor eres amada,
te empleas en el rústico ganado?

¿Háte la vana ocupación comprado?
¿qué nigromántica arte embelesada
te trae, y de tu bien tan trascordada?
¡Ay, alevosa fe! ¡ay, pecho helado!

Vuelve, Amari; repara que perdiendo
vas de amor el camino; digo, atajo.
Y ese que llevas, ancho y deleitoso,

suele mañosamente ir encubriendo
entre las florecillas, y debajo
de verde hierba, el paso peligroso.

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