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La lectura en España (II)

Llevamos unos meses, en este blog de Zenda, entrevistando a profesionales que tienen mucho que ver y mucho que decir sobre pautas para promover la lectura entre los españoles.

A raíz de un estudio que se publicó a principios de año comenzamos con un post que sobrevolaba algunos de los puntos más controvertidos de dicho estudio.

Tras este primer artículo nos acercamos a bibliotecas, librerías, clubes de lectura (aquí y aquí) así como a centros escolares, universidades y bibliotecas escolares (ver post).

Terminamos esta pequeña serie de entrevistas con tres profesionales del sector editorial, actores que interpretan un importante rol en la promoción de la lectura y la cultura y que han accedido a responder algunas de las cuestiones que nos venimos haciendo y que esperamos planteen en nuestro foro y en la sociedad nuevas preguntas e inquietudes:

José Antonio Millán

 José Antonio Millán es uno de los responsables del estudio sobre los hábitos de lectura de los españoles. Nos responde unos días antes del anuncio, por parte del Ministerio de Cultura, del plan de Fomento de la Lectura 2017-2020, bajo el lema "Leer te da vidas extra". Comenzamos: 

1.- ¿Qué problemas se encuentran a la hora de estudiar la lectura?

El principal problema es la falta de datos directos. Es decir, podemos saber cuántos libros se editan, pero no cuántos se venden, y muchísimo menos cuáles se leen y cómo. Podemos ver cuántas librerías y bibliotecas hay, pero de nuevo su relación con la actividad lectora es un enigma.

A esto hay que añadir que la lectura que proviene del mundo digital es aún más difícil de evaluar: nos faltan los datos de venta de libros físicos o ebooks en las librerías virtuales, o qué se lee a través de los servicios de suscripción a lectura digital.

Las encuestas y estudios cuantitativos, cuando se hacen, no reflejan tampoco las prácticas reales. Si se pregunta en una encuesta a un adolescente (o a un adulto: en eso pueden ser iguales) si lee, la respuesta vendrá condicionada por lo que piensan que es “leer”, o incluso por lo que creen que el encuestador cree que es “leer”, y aquí sí que nos encontramos una especie de barrera cultural: “leer” por antonomasia se entiende como leer libros, y muy especialmente de ficción, o sea: novelas. Eso quiere decir que hay muchas prácticas lectoras (por ejemplo, la mayoría de las que se realizan en torno a redes sociales, o en la web) que quedan al margen de esta definición, y por tanto sin detectar en las encuestas.

"Como habilidad nada natural que es (leer es un constructo de la cultura), la lectura debe adquirirse, y debe adquirirse bien- José Antonio Millán."

2.- ¿Cuál sería la solución para acercarnos más a las lecturas reales?

Como ocurre con muchas otras prácticas sociales, la solución son los estudios cualitativos: aquellos que se realizan en “grupos de discusión”, donde los sujetos no se limitan a contestar una pregunta de una encuesta, sino que hablan libremente durante largo tiempo, bajo la mirada de investigadores que intervienen para suscitar un tema o perfilar una opinión. Estas conversaciones, luego grabadas y transcritas, son una materia prima preciosa para ver qué está ocurriendo en realidad. Pero, claro, son procedimientos más costosos…

Ahí pueden aflorar cuestiones clave: no sólo de qué se lee, sino en qué situaciones, y –quizás lo más importante—qué ocurre antes y después de la lectura de una determinada obra. Es decir: qué factores o recomendaciones, directas o indirectas, pueden empujar a su lectura, y qué acciones suscita ésta: comentarios con amigos, recomendación directa de la obra, recomendación en redes…

3- ¿Quiénes más pueden hacer aportaciones que clarifiquen este panorama?

Las opiniones y observaciones de los profesionales son otra fuente importante de conocimiento: bibliotecarios, profesores, encargados de bibliotecas escolares, libreros, que nos pueden dar una apreciación “desde dentro” de qué se lee y muchas veces de los porqués.

Las empresas que suministran lectura digital podrían ser una excelente plataforma para saber qué y cuánto se lee, a veces hasta el detalle de qué frases son las más subrayadas y compartidas en los libros, a qué horas se lee más, en qué soportes, y qué tipo de cosas. Pero, salvo excepciones, no querrán compartir estos datos, ni siquiera a efectos de investigación por considerarlos “secreto comercial”. Y es una pena…

3.- En España, se ha dicho siempre, parece que hay un exceso de oferta editorial para la poca cantidad de lectores, ¿cuál sería la solución idónea?

La oferta editorial per se no es algo malo, salvo que se inunden las librerías (que, como es evidente, tienen capacidad limitada) de obras innecesarias, sólo por mantener espacios de ocupación y flujo de novedades. En el mundo editorial está surgiendo, cierto que tímidamente, una suerte de autocontrol para reducir el número de títulos aparecidos, que creo que será bueno para todos.

Pero en general una oferta editorial amplia es una muestra de riqueza cultural. El problema vendría en si luego los lectores son sólo un grupo minoritario que, eso sí, es muy activo, y creo que en España estamos en esa distribución: una proporción (imposible de calcular con los medios actuales) de lectores potentes, y una mayoría de lectores con actividad mínima o nula… Pero fijémonos en las categorías que manejan los estudios (incluyendo el apartado dedicado a ellos en La lectura en España): “Lector ocasional: lee una vez al mes o al trimestre. Lector frecuente: lee todos los días o una o dos veces a la semana”. Puede que la proporción de estos “lectores frecuentes” haya ido subiendo a lo largo de los años, pero nadie –ni desde el mundo educativo ni desde el cultural—puede pensar que leer una o dos veces por semana es suficiente.

4.- ¿Cree que la lectura en formato electrónico ha aumentado el número de lectores?

Probablemente sí, aunque insisto: es muy difícil saberlo con los datos de que disponemos. La caída de venta de los diarios en papel (que, recordemos, podían significar dos o más lectores por ejemplar) ¿está compensada por el aumento de visitas a las webs de los diarios, y a las noticias a las que se accede vía Twitter y Facebook? La desaparición de librerías, ¿está compensada por las ventas de libros físicos en Internet, y las descargas de libros digitales? Estas son las buenas preguntas… que hoy por hoy tienen pocas respuestas.

5- Y la pregunta que puede resumir todo: ¿qué se podría hacer para potenciar la lectura?

Lo primero, lo más prioritario sería conocer de verdad la situación de la lectura en nuestro país , que ahora dominamos muy imperfectamente. Estamos además en un momento muy especial, en el que coexisten lectores que simultanean plataformas y soportes muy variados (el lector polimorfo que he querido estudiar en mi capítulo del Informe  con otros que se han ido retirando de esa práctica. Porque la competencia que tiene la lectura es terrible: hace poco se nos decía que la competencia de Netflix es el sueño. Pues bien: la competencia de la lectura son los juegos, Netflix y además el sueño: ¡demasiado!

No hay que olvidar que, como habilidad nada natural que es (leer es un constructo de la cultura), la lectura debe adquirirse, y debe adquirirse bien: los automatismos que permiten que uno olvide que está decodificando letras en palabras para sumergirse por completo en un libro exigen un aprendizaje temprano y de calidad. En ese sentido el refuerzo de la lectura en los primeros años del sistema educativo es clave.

Hay medidas puramente presupuestarias que por supuesto pueden ayudar: la dotación de las bibliotecas, de las bibliotecas escolares, la protección de las librerías… Pero nada lograrán si los jóvenes salen del sistema educativo con pobres habilidades lectoras. Y, sobre todo, si el mismo acto de la lectura no está rodeado de un cierto prestigio. He podido ver en las calles de una ciudad española (por otra parte, con un pasado culto) esta frase trazada en distintos muros “Leer es de maricas”. Aparte de la homofobia explícita, semejantes graffiti indican que algo no funciona en la percepción social de la práctica lectora.

La familia es también claramente un lugar de aprendizaje y fomento, pero mucho me temo que bastantes problemas tiene la familia media española para añadirles nuevas tareas (aunque sería estupendo que las pudieran asumir).

Y luego, la iniciativa particular –formal o informal– que está detrás del auge del fenómeno de los clubes de lectura (que estáis cubriendo muy bien en Zenda) debe ser aprovechada: de esa unión de la lectura y la socialización sólo pueden salir cosas muy buenas.

 

Federación de Gremio de Editores de España

El segundo de los profesionales con el que hablamos es D. Antonio Mª Ávila, Director Ejecutivo de la Federación de Gremio de Editores de España: 

1.- ¿Qué problemas se encontró a la hora de elaborar un informe de estas características?

Como tal no ha habido grandes problemas ya que se ha buscado que participen en su elaboración expertos en los diferentes aspectos que confluyen en la lectura y en la edición de libros.
2.- ¿Cómo cree que están evolucionando los datos de lectura respecto a años anteriores?

Pese a que los datos siguen mostrando que en España hay un porcentaje importante de la población que se reconoce como no lector, se ha producido una mejora de los índices de lectura en nuestro país. Es cierto que en los últimos cinco años se ha producido una ralentización de la mejora, respecto a lo que había ocurrido en los años anteriores, y puede ser debido a que la crisis económica ha paralizado algunas políticas y acciones de fomento de la lectura que se estaban desarrollando desde las diferentes Administraciones Públicas especialmente la falta de consignación presupuestaria para bibliotecas públicas.

3.- En España, se ha dicho siempre, parece que hay un exceso de oferta editorial para la poca cantidad de lectores, ¿cuál sería la solución idónea?

La solución la marca la demanda de esos libros. Si nadie los compra o los reclama en las bibliotecas no se publican. Es una realidad que en España se publican muchos títulos al año, pero debemos entender que no todos esos libros que se publican son novelas. Muchas veces caemos en el error de pensar que todos los libros que se publican son obras de literatura y no es verdad. Hay una importante demanda para libros técnicos, especializados, que si bien tienen unas tiradas cortas tienen unos lectores que reclaman este tipo de títulos.

"Debemos mantener el tejido librero que, en muchos municipios pequeños, es el único centro cultural que existe, y debemos seguir apostando por la creación y la defensa de la propiedad intelectual- Antonio Mª Ávila"

4.- ¿Cree que el boom de la lectura en formato electrónico ha mejorado los datos del informe?

Si nos atenemos a los datos, no parece que sea así hasta el momento. Otra cosa es que algunos lectores que antes leía en formato papel ahora opten por el formato digital, pero las cifras de hábitos de lectura no han variado mucho en los últimos años. Esperemos que los nuevos formatos contribuyan a mejorar los índices de lectura.

5.- ¿Cuáles cree que son las soluciones o medidas que deben llevar a cabo los diferentes «actores» (librerías, escuelas, editoriales, bibliotecas,…)?

Creemos que es importante que la lectura esté presente en todos los ámbitos de nuestra sociedad, especialmente, en la educación. Que se recupere la hora de lectura y que ésta sea transversal a todas las asignaturas, no solo a la asignatura de lengua y literatura. Que se desarrolle una red de bibliotecas escolares y que se creen bibliotecas de aula en los colegios. Apostamos porque se recuperen los fondos presupuestarios perdidos durante la crisis para dotar a las bibliotecas públicas de las novedades editoriales. Debemos mantener el tejido librero que, en muchos municipios pequeños, es el único centro cultural que existe, y debemos seguir apostando por la creación y la defensa de la propiedad intelectual. Resulta muy importante valorar en su justa medida la importancia de los autores y de los editores en la difusión de la cultura.

6.- ¿Cree que una ayuda económica institucional podría mejorar los datos del informe? Si es así, ¿dónde debería incidir esa ayuda?

Como decíamos antes hay medidas que necesitan de una contribución económica, como es el caso de la compra de novedades para las bibliotecas públicas. El resto de medidas son cuestiones de decisión política para que se cumplan las leyes que el parlamento ha aprobado.

7.-¿Dónde- a su juicio- ha fallado nuestro país a la hora de potenciar la lectura (en la familia, en el colegio,…)?

El problema de la lectura no es una cuestión de ahora, se trata de algo que llevamos arrastrando décadas. Hay que tener en cuenta que la escolarización obligatoria no se produjo en nuestro país hasta los años 70. Esto se había producido en los países de nuestro entorno muchas décadas antes. Nuestros padres y abuelos apenas tuvieron la oportunidad de acceder a la escuela y de aprender a leer. La creación de una red de bibliotecas públicas es también posterior. Eso ha hecho que el hábito lector en nuestro país estuviera muy por debajo del resto de países europeos. Afortunadamente, la puesta en marcha de planes de fomento de la lectura ha contribuido a mejorar nuestra situación.

Mariana Eguaras

Por último, la consultora editorial Mariana Eguaras nos da su interpretación de estas cuestiones relativas a la creación del hábito lector en relación con el estado de la industria en nuestro país: 

1.- ¿Cómo cree que están evolucionando los datos de lectura respecto a años anteriores?

Hemos hecho mucho más que antes y para eso no se necesita ningún informe. Simplemente, con mirar alrededor lo podemos saber. Algo muy distinto es que se asuma la lectura como sinónimo de libro o de literatura. Con esto hay que tener mucho cuidado, ya que, por lo general, la gente del mundo del libro suele asociar lectura de forma directa con libros y libros de forma directa con narrativa. El sector editorial es muchísimo más amplio y abarca mucho más que estos tres conceptos.

2.- En España, se ha dicho siempre, parece que hay un exceso de oferta editorial para la poca cantidad de lectores, ¿cuál sería la solución idónea?

Se dice que hay un exceso de oferta porque la hay. Se produce muchísimo más de lo que se consume, más y más libros, y eso en un campo productivo es bastante «singular». La industria editorial es el único sector que conozco en donde la demanda decrece y la oferta aumenta. Esto es para planteárselo ya de una forma muy seria porque el modelo actual es insostenible. No existe una única solución y tampoco sabemos cuál es la idónea, porque hay que cambiar, hay que cambiar la mentalidad de los agentes que intervienen en el sector editorial y replantearse muchos de los procesos y de la manera en que se llevan a cabo.

3.- ¿Cree que el boom de la lectura en formato electrónico ha mejorado los datos del informe?

El boom de la lectura en formato electrónico hay que entenderlo como que no es el boom de la lectura de libros en formato digital. La lectura, en general, ha aumentado enormemente con los dispositivos digitales tan a mano en todo momento (sobre todo el móvil), pero esa lectura no es necesariamente de libros sino de un contenido muy variado.

"Las subvenciones no harán aumentar la lectura, la inversión en educación sí- concluye Eguaras."

4.- ¿Cuáles cree que son las soluciones o medidas que deben llevar a cabo los diferentes «actores» (librerías, escuelas, editoriales, bibliotecas,…)?

Esta es una pregunta pues la respuesta abarcaría páginas y páginas. Por tanto, no puedo responderla.

5.- ¿Cree que una ayuda económica institucional podría mejorar los datos del informe? Si es así, ¿dónde debería incidir esa ayuda?

Si por ayuda económica institucional te refieres a subvenciones a… ¿a quién? ¿A la FGEE? No, porque su función es la de representar empresas, editoriales, cuyo objetivo es vender libros para ser negocios rentables; el objetivo de las editoriales no es fomentar la lectura. Tengo mis grandes dudas respecto a la efectividad de las campañas de lectura… Considero que empresas como Boolino hacen mucho más por el fomento de la lectura que las campañas institucionales. Las subvenciones no harán aumentar la lectura, la inversión en educación sí.

7.- ¿Dónde- a su juicio- ha fallado nuestro país a la hora de potenciar la lectura (en la familia, en el colegio,…)?
La familia y la escuela son los dos ámbitos de formación y educación de un ser humano, los dos espacios donde un individuo aprende. Por tanto, es evidente que hay fallos en ambos.

 

 

 

Imágenes: Pixabay

Para finalizar, me gustaría agradecer a todas las personas e instituciones que han intervenido en esta serie, así como mostrar mi reconocimiento a su trabajo diario que me consta es serio y comprometido con la sociedad.

Gracias.

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