En este libro de relatos, hay diez perros y un bozal. Los perros muerden, aúllan, se sacian, huyen, juegan, se tumban y, entre muchas cosas más, mueren. Pero todos, todos sin excepción, se resumen a través de las palabras. Esta compilación, por cierto, ganó el 2º Premio Fundación “El Libro” de la Feria del Libro de Buenos Aires, al mejor libro de cuentos inéditos 2024.
En este making of Marc Colell relata el origen de El bozal (Ya lo dijo Casimiro Parker).
***
Novela, poesía, relato… Existe una frontera entre los géneros, unos límites formales que podemos rastrear —y confirmar— en multitud de libros, de tratados. Teoría del género, diferencia, límites, taxonomía. Pero existen otras distinciones, las que se nos imponen —o nos imponemos— a la hora de escribir.
La novela, en cambio, es un pasajero que se instala dentro de uno. Es una presencia constante, crece como un organismo dependiente, necesita nutrición, cuidados, compañía, lamentos, tentáculos. Yo había escrito tres novelas cuando empecé a escribir estos relatos. Una en cada persona, primera, tercera, segunda… Y estaba algo cansado de la voz mantenida, de esos cuidados, y del duelo, también del duelo, cuando esa voz se apagaba —y quedaba encerrada, dormida para siempre, en el papel—.
Pero yo quería otra cosa. Voces temporales, con fecha de salida. Quería interrumpir la realidad, visitarla, asomarme a ella sin tener que mantenerla, saciarla con palabras, con párrafos, adiestrarla. Escribir cuentos es asomarse a una realidad ya construida, a unos personajes vivos, coleantes. Uno se detiene ante ellos y busca un buen lugar para mirar.
Y llegaron.
Los relatos. Los perros. El bozal.
Y un niño que escucha palabras, cara, miedo, morder, desfigurar… Y tiene la boca tapada, un bozal. Y sufre por él y se lo quiere sacar, reconocer su propia voz, su rostro sin el cuero, la piel desnuda, sin correas, sin metal. Pero se asusta, algo le asusta. Su propia cara, su reflejo en los demás, en sus padres, en sus maestras.
Todos tenemos uno, bien pensado. Un bozal. A veces nos lo imponen. A veces lo imponemos. O nos lo sacamos. Pero la ausencia del bozal es el bozal mismo, su sombra, su recuerdo. La gramática es un bozal. O la insistencia de las palabras. Cada personaje tiene el suyo. No existe la inocencia, en este libro. O existe hacia el final. Pero para desnudar la vida, para visitar la luz, hay que atravesar un camino plagado de ladridos, de sombras apagadas, de correas, de pérdida, de locura. Los personajes están ahí, con la insistencia de lo que olvidamos, lo que sabemos pero olvidamos, lo que tenemos cerca, tan cerca que nos ciega, que nos niega la posibilidad del discurso, de la palabra. Lo tenemos aquí, al alcance de la mano, de la lengua, de la boca, pero no lo podemos pronunciar. Y por eso escribimos. Para eso. Pero los perros corren, quieren correr, llegar al mar. Y ellos nos observan, también. En las páginas, escondidos.
No existen finales perfectos, ni redondos, ni absolutos, porque la vida sigue para ellos. Después, más allá. La verdad de un relato está en el silencio que lo precede, en la vida que atesoran sus personajes, en el límite exterior de las palabras, en lo que no pueden nombrar, en el espacio que existe entre ellas, esos milímetros en blanco, como significantes reacios o malogrados, en la separación de los párrafos, en cada sangría, en el mismo confín de las páginas, en la dimensión del objeto, del libro, pero también en la vida anterior del personaje, en la acumulación de experiencias. Un relato —un buen relato— es una tajada en el tiempo, un paréntesis de vida. Un relato cerrado es un relato fraudulento. Todo buen relato es su negación.
Yo lo intenté —lo intento—. «Escombros», «La buena vida», «Las personas»… Llegar al mar, desnudar mi cara. Arrancarme el bozal.
—————————————
Autor: Marc Colell. Título: El bozal. Editorial: Ya lo dijo Casimiro Parker. Venta: Todos tus libros.


Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: