La última plaquette publicada por el sello Búho Búcaro Ediciones, que tiene como autor a Luis Ramos de la Torre, plantea una serie de trece movimientos alrededor de sendas películas para, de este modo, construir una vía de acceso y conversación entre poesía y cine.
Zenda comparte cinco de los poemas que integran la plaquette Trece escalones, de Luis Ramos de la Torre (Búho Búcaro Ediciones).
***
El sol del membrillo
(Habla Antonio López)
I
El color es un mar.
Membrillos y geranios.
Hay un pulso de brisas
sostenido en el aire.
De la sombra es el juego
y atardece despacio.
Vibra un ritmo crucial,
de todos y de nadie.
II
Nada es sombra de mí,
hay nostalgia en el árbol.
El pulso se mantiene
sostenido por alguien.
Al sol dan los membrillos
un olor y un espacio.
La mezcla está en las cosas,
las dudas ya no caben.
III
El pincel se detiene
en recuerdos extraños.
Ya no espero que surja
nada más adelante.
Soñaré cuando suene
su arpegio entre mis párpados.
Es octubre y aún vibran
membrillos por las tardes.
IV
He medido las hojas,
pero no el descalabro.
Pintor es el otoño,
porque es vida y ¿quién sabe
si lo mío es concepto?
¿quién podría negarlo?
Llueve fuerte y el viento
va dejando su parte.
V
Pintar es aventura
desde el lienzo hasta el marco.
Lo esencial son las luces,
el pintor no es la clave.
No siempre los deseos
se convierten en cuadro.
Ya veremos mañana.
¡Salgamos a la calle!
***
Gran Torino
(Clint Eastwood habla sobre la vejez)
PARA aprender del óxido y del leño,
para ser más humildes,
para entender mejor las cosas y crecer,
leamos el mapa vital que escriben los ancianos,
sus badenes,
sus curvas de nivel.
Asumamos los riesgos, el temblor,
la lentitud, la caída,
las pérdidas,
la cruz de la desesperanza a veces desgarrada,
los rostros del vacío, las trampas de la edad.
Aceptemos con ellos la herrumbre,
la sombra,
la enfermedad, la saña férrea de la vida,
el aire ardiendo auroras y borrando calendarios.
Seamos más humildes,
y consideremos,
como algo más que una simple anécdota,
lo fraterno, las cosas que nos cuentan, sus temores,
el amor,
la claridad leal de la experiencia,
la vecindad, las diferencias,
las cárcavas de su propia biografía.
Releguemos por un momento
el brillo, lo supuestamente divertido,
los tópicos,
lo sinsentido neutro,
lo que no tiene mapa y nunca lo tendrá.
La vida es futuro imperfecto y es abrazo.
(2008)
***
El silencio antes de Bach
(La violonchelista junto a la ventana)
I
SAGRADO tóxico es Bach.
Certero elixir adictivo
que aviva lo intenso.
Aroma. Veneno crucial.
Igual que la vida,
ansiada liturgia.
Alta Suite. Violonchelo
especial, singular,
Luz, fulgor, cordura envolvente.
II
Ebrio mástil al viento,
en el centro y la escena
enhebrando mil hebras de luz.
Aire son la chelista
y sus ojos,
el pelo alegría;
sus dedos
cadencia, artefacto, compás,
que el sonido libera.
Hechura del tacto,
su tiemblo,
el arco, su cuerpo y su pulso
al azar, tan intenso.
III
Bach sagrado en el tiempo.
Locura más pura,
más real.
En las manos y al vuelo,
partitura esencial,
sugerente e intensa.
Bach la clave, la cifra
inconclusa y raigal,
lo claro y singular,
que aún vibra
en lo audaz mostrando lo eterno.
(2007)
***
Soy Nevenka
(Iciar Bollaín habla con Mireia Oriol)
I
AHORA,
quebrada la flor del tacto,
no lo comprendes bien, pero lo intuyes,
porque eres otra razón más,
otra víctima
a la que le creció demasiado la tristeza.
Dura es la tensión y el dolor
con su cuña de silencio,
duro el terror,
la verborragia, el juicio injusto.
Duro el recuerdo y sientes su cordaje,
la maroma
que enhebra la infamia y la culpa,
el calvario brutal de la impotencia.
II
No, no es otro el hecho, ni tampoco el argumento,
no es otra la patraña.
Es violencia, sí, y violación,
se llama así.
Nunca es amor, nunca es ternura.
Y hay que decirlo fuerte aunque nos duela,
porque el nombrar hoy nos salvará,
y las palabras,
conscientes y culpables del sentir de lo que dicen,
buscarán su camino
para elevar desde la herida la protesta,
para avivar las ascuas de la lucha.
Porque ahora tú también eres
otra herida abierta, otra mujer más,
a la que de repente
quisieron expulsar del deseo y del amor,
y quedó enredada a golpes de odio, sin querer,
entre los hilos de la violencia.
Demasiada tristeza.
Demasiado dolor hoy
para intentar ser solo razonables.
No importa la gente ni sus duras palabras,
no importa lo que ahoga,
importa la dignidad, siempre la dignidad,
importa ser tú misma.
(2024)
***
Lugares necesarios
De Manderley a Rosebud,
por citar dos ejemplos
de nombres singulares
en las filmografías,
hay un misterio escrito
en las bridas del aire
que juega con la cámara
y logra demostrarnos
que el olvido no existe
si le queda en el alma
a quien a esto se entrega
un poco de ilusión
y altas dosis de magia.
En la vida del arte
hay un sesgo atrevido
que revuelve el espacio
donde campa el hastío,
donde no pasa nada
si la vida anodina
se encierra entre sus muros.
Así el cine se implica,
no se calla y se atreve
a contar lo que ocurre,
a decir lo que debe;
porque desde el principio
en que izó su periplo
ha sido fiel al hecho
de contar lo que ofrece
a la atenta mirada.
Por eso con la fuerza
que le otorga su entrega,
y la sana experiencia
que a diario se vive
en las salas de cine,
qué bueno es avivarnos
con la esencia del mito
que conserva los nombres
de los santos lugares:
Manderley, La Gaviota,
Rosebud, Monument Valley,
regresos necesarios
que usamos muchas veces
por ver si hay algo más
animando un nosotros.
Entonces sin que nadie
lo haya previsto antes,
e igual que en otro tiempo
se hiciera de la vista
todo un cuerpo plenario,
miramos a la cámara
imitando a las cosas.
Hay gente que no cree
en la magia del cine,
y piensa en otros campos
con otros seguidores
y eso les hace libres.
Pero yo siento en Chaplin
en los Marx, y en Erice,
en la Monroe o Fellini,
los momentos mejores
los días más felices.
Ellos, Ford y Berlanga:
me han salvado del tedio.
¡Qué hermosas son las Artes,
qué grande Billy Wilder!
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Autor: Luis Ramos de la Torre. Título: Trece escalones. Editorial: Búho Búcaro Ediciones.
BIO
Doctor en Filosofía, escritor y músico. Es miembro fundador del Seminario Permanente Claudio Rodríguez y especialista en su obra. Ha escrito los libros de poemas Por el aire del árbol y De semilla de manzana (Semuret, 2002), Entre cunetas (Baile del Sol, 2015), Nubes de evolución (PiEdiciones, 2017), Del polen al hielo (Baile del Sol, 2017), Lo lento (Lastura, 2019), El dilema del aire (Reino de Cordelia, 2020, Premio de Poesía Ciudad de Salamanca 2020), Urgencia de lo minucioso (Lastura, 2021), el libro de sonetos Mientras pueda decir (Baile del Sol, 2022), La serena estrategia de la luz (Lastura, 2023), dedicado al pintor zamorano José María Mezquita, La densidad de los números (Lastura, 2023), Lo que funda el silencio (Lastura, 2024) y la Plaquette Trece escalones (Ediciones Búho Búcaro, 2025); los ensayos El sacramento de la materia (Poesía y salvación en Claudio Rodríguez) (PiEdiciones, 2017) y Hacia lo verdadero (Cercanías a la vida y al arte en la poesía de Claudio Rodríguez) (Chamán, 2022) y el libro de relatos Con los ojos del frío (Lastura, 2021). Creador y miembro de Proyectos y Espectáculos Poético Musicales sobre diferentes poetas, como ENTRE CUNETAS (2018-19), DURADERO (2020) o AIRANTA (2024), ha grabado los discos La canción que cantábamos juntos (Madrid, 2001) y Por arroyo y senda (Madrid, 2003), además de El aire de lo sencillo (Urueña, 2007) sobre poemas de Claudio Rodríguez.


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