Para quienes no lo sepan, el glamping o gamplin es en realidad «irse a un camping de lujo». Consiste en acampar con toda suerte de comodidades, como un aseo con bañera y con luz eléctrica e incluso enchufes en el interior de una tienda de campaña. No es algo nuevo, pero sí es un fenómeno que ha tomado derroteros preocupantes en los últimos tiempos. Digo que no es algo nuevo porque lo practican desde hace siglos los kirguises, kazajos, mongoles y turcomanos de Asia Central, donde todavía hoy viven en yurtas muchos granjeros seminómadas, para moverse con facilidad y para que así a su ganado nunca le falte el pasto. En verano acogen a huéspedes en sus yurtas, con habitaciones propias y zonas compartidas, en régimen de pensión completa y todo ello por un precio razonable. Algo muy parecido es lo que ofrecen los beduinos en sus jaimas del desierto del Sáhara, de diferentes categorías, entre los servicios básicos y el lujo desmedido, paseos en camello y circuitos en 4×4. Decía, además, que estas prácticas conocidas como glamping o gamplin han tomado unos derroteros preocupantes en los últimos tiempos, algo de lo que me entero gracias a Refugio: Una historia de cabañas, de Eva Morell. El aspecto preocupante, tal como nos lo cuenta la autora en las páginas del libro, es que la búsqueda de tiendas de campaña con ciertas comodidades en entornos rurales, lejos del mundanal ruido, ya ha caído en manos del capitalismo y eso significa que a veces los precios que uno paga por servicios como el silencio o la desconexión tecnológica pueden ser desproporcionados.
Este libro surgió de una newsletter conocida como El club de la cabaña, que Eva Morell inició en 2021. Por así decirlo, ha crecido hasta convertirse en un texto ensayístico, después de muchas semanas en las que fue ante todo una serie de propuestas de cabañas dispersas adonde no siempre era posible ir para alojarse (porque se trataba de casas particulares) pero en las que podía soñarse como rutas alternativas para la imaginación y el deseo. Eso explica que la newsletter encontrase tantas complicidades, transformando poco a poco a Eva Morell en algo más que una curadora de contenidos, quizás en una inspiración. Se convirtió en una especie de detective de cabañas y refugios. Sus armas fueron desde el comienzo una capacidad expresiva en consonancia con nuestra época y con contenidos provenientes de la cultura pop. Aunque la arquitectura está en el centro de todos los capítulos del libro, tal como antes había estado en las distintas entradas de la newsletter, cualquier tipo de material puede caer bajo el rádar de la autora: series de televisión, literatura, cine, música, cómic… Lo más sobresaliente, no obstante, son los numerosos anglicismos desplegados a lo largo del texto (millenial, feed, influencer, detox, treehouse o trending topic, son solo unos cuantos) que reflejan cómo el estrato de lengua más común hoy en día en castellano, hablado y por escrito, deja muy claro que a nuestro nomadismo cultural lo acompaña un nomadismo lingüístico bastante significativo.
Refugio: Una historia de cabañas nos habla sobre algunas de las características más nocivas de nuestro mundo, sin caer en tentaciones apocalípticas y, en lugar de eso, con una especie de militancia soñadora. Obviamente no vivimos ni en un mundo perfecto ni nuestra vida es en muchos casos la que desearíamos, y el libro aun así no propone la solución definitiva pero sí una hoja de ruta llena de alternativas temporales que pueden proporcionarnos pequeños oasis para tranquilizarnos, respirar y pensar.
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Autora: Eva Morell. Título: Refugio: Una historia de cabañas. Editorial: Debate. Venta: Todostuslibros


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