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Valérie Perrin: “La figura de la tía es otra forma de madre, alguien muy destacado”

Valérie Perrin: “La figura de la tía es otra forma de madre, alguien muy destacado”

Descubre la escritora francesa Valérie Perrin que su último título, Tatá, que en su país lleva vendidos 4,5 millones de ejemplares, empezó a tomar forma un día que estaba en una piscina municipal y oyó a un niño llamar a su tía (tatá, en francés), algo que la emocionó y de donde nació el personaje de Colette, la protagonista de su historia.

En un encuentro con periodistas en Barcelona, la novelista, esposa del cineasta Claude Lelouch, ha comentado que en la familia de su madre eran nueve hermanos, de los que seis eran mujeres. “Tenía muchas tías y creo que son un personaje muy importante en mi vida, han estado ahí desde que soy pequeña. Es otra forma de madre, una figura muy destacada”.

Publicada por Duomo en castellano, Tatá está protagonizada por Colette, una mujer soltera, de la pequeña ciudad borgoñesa de Gueugnon, nacida en 1948, y que todos sus allegados, entre ellos el personaje de Agnès, su sobrina, piensan que murió en 2007, aunque tres años más tarde descubren que no. Así arranca esta novela, que ha llegado a 38 países, un relato íntimo con el que su autora aborda cuestiones como la pérdida, la identidad, el perdón y la necesidad de reconciliación.

Mientras maduraba el relato en su cabeza y escribía su tercer libro, Trois, tuvo claro que el personaje principal de la nueva novela sería una “solterona, zapatera remendona, de Gueugnon, donde mi padre, futbolista, fichó por el equipo local en 1968 y donde yo crecí, y que descubriría su historia vital a su sobrina, que sería cineasta”.

Sin embargo, muy al principio, el narrador tenía que ser un sobrino, mezcla de Claude Lelouch y Jean-Pierre Jeunet, el director de Amélie y con raíces familiares en esta ciudad de la Borgoña. Además, pensó que su tía debía morir dos veces y que el lector, igual que la narradora, fuera descubriendo quién hay en realidad en la tumba de tía Colette y por qué.

Sin querer desvelar nada, piensa Perrin que en todas las familias hay “demasiados secretos” de los que no se habla, historias que pasan de generación en generación y que estaría bien que se conocieran, que se trataran con los mayores para que las desvelaran. “Hay secretos, vergüenzas, tabúes y, en cambio, la verdad sienta bien en general…o no”.

Preguntada sobre si se siente identificada con el personaje de Agnès, no obvia que comparte con ella algunas características, puesto que ha escrito también para el cine, ha sido fotógrafa de rodaje y ha trabajado en la construcción de películas, pero, agrega, tiene concomitancias con todos los personajes que aparecen en la obra. Ahondando en los “secretos” de la tía Colette, Perrin asevera que es alguien que, con una vida “aparentemente banal”, cambiará el mundo de Agnès, quien regresará a sus orígenes, a una ciudad pequeña, a la que nunca hubiera vuelto y donde se reencontrará con amigos de su infancia. “Agnès ha vivido en Los Ángeles y París, y el hecho de volver a una ciudad pequeña e industrial y descubrir placeres y pequeñas cosas le lleva a concluir que no hay que ir muy lejos para vivir bien y encontrar una vida feliz”.

Otro rasgo destacado de tía Colette es que durante toda su vida fue una forofa del equipo de fútbol de Gueugnon, una cuestión que le permite a Valérie Perrin tratar sobre abusos sexuales por parte de un hombre relacionado con el club, basándose en hechos reales. “Este depredador existió y, de hecho, conozco a algunas de sus víctimas. Escribiendo el libro seguí una suerte de investigación policial, algo que no hizo la policía en su momento, y descubrí a víctimas suyas y, luego, con la novela ya publicada, otras han contactado conmigo para hablar de sus experiencias”.

Lectora de obras como La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón, la escritora avanza que está en fase de investigación para un nuevo libro, para el que se va a trasladar a Marsella (Francia) a mitad de septiembre, abandonando la Borgoña de sus anteriores títulos, con ganas de “impregnarse” de los paisajes de la ciudad costera. Asimismo, indica que Jean-Pierre Jeunet está trabajando en la adaptación al cine de su primera novela, Les Oubliés du dimanche, con la que obtuvo una docena de premios en Francia, y que está previsto que se estrene en 2026, y también hay negociaciones para adaptar Trois. Para Tatá afirma que ha recibido varias propuestas, pero “por ahora me espero”.

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