Inspirada en documentos históricos vinculados a la historia familiar de la propia autora, esta novela tiene a un protagonista que está muerto, pero que aún respira: huye desde Huelva hacia Portugal y después a México, dejando tras de sí un reguero de violencia que pudrirá todo lo que toca.
En este making of Soraya Romero explica cómo escribió Demasiado ayer (Kailas).
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Tras el fenómeno literario que supuso Las semillas del silencio, Soraya Romero tenía claro que su siguiente novela no podía ser una mera repetición del éxito. «No quería escribir algo que se pareciera a mi primera obra, pero tampoco podía alejarme del tipo de historias que me atraviesan», confiesa la autora desde su desde su despacho en Berna, Suiza, rodeada de libros, carpetas y documentos históricos. De ese caos ordenado nació Demasiado ayer, un relato sombrío, contundente y profundamente humano que, como ella misma dice, «no da tregua ni a los personajes ni al lector».
El germen de Demasiado ayer surgió —como muchas grandes historias— de una grieta íntima. Mientras investigaba para Las semillas del silencio, Romero tropezó con otra historia familiar enterrada: un pariente asesinado por el régimen franquista en paradero desconocido y una sentencia judicial vinculada a esta misma persona por un delito de lesiones. «Lo que me atrajo no fue tanto el hecho criminal, sino el silencio que lo rodeaba, el miedo heredado», explica. Lo que siguió fue una nueva inmersión en archivos, un fascinante proceso de documentación y un viaje a México para ambientar la trama de manera realista. De esa mezcla emergió Nicomedes, el protagonista de la novela: un hombre muerto en vida, arrastrando consigo un pasado imposible de enterrar.
Una novela escrita desde las entrañas
El proceso de escritura de Demasiado ayer no fue lineal ni cómodo. «Me llevó a lugares de los que no es fácil salir», admite Romero. La novela fue gestada durante un año y medio, en jornadas de trabajo que oscilaban entre la investigación y la escritura casi automática. «Había escenas que me costaba recrear días, no por lo técnico, sino por el peso emocional. Pero sentía que no debía dulcificar nada».
El resultado es una historia que mezcla lirismo oscuro con ficción realista. La narración se desliza entre el monólogo interior de Nicomedes y las voces de quienes lo rodean: mujeres rotas, hijos perdidos, silencios que pesan más que cualquier palabra.
Aunque el relato nace de una historia concreta con raíces andaluzas, pivota entre diferentes geografías: las minas de Guanajuato, el Madrid de la Movida Madrileña o la Valencia de la Ruta Destroy. Demasiado ayer trasciende el contexto para abordar temas universales: el peso de la culpa, la transmisión del trauma, la posibilidad —o no— de redención. «No me interesa juzgar a mis personajes, sino entender qué los llevó hasta ahí», dice Romero.
Para documentar el México del “milagro económico”, la autora viajó al país en 2024, recorriendo los barrios donde su protagonista ficticio se refugia. «El contraste entre aquel México del crecimiento económico y la falta estructural de recursos me dio el marco perfecto para hablar de alguien que huye, pero que no logra escapar de sí mismo». Pero México también se cuela en el Madrid de 2016 a través de un personaje entrañable, Galatea, que representa la esperanza de un futuro mejor y la superación del migrante ante las dificultades de los nuevos comienzos.
Con Las semillas del silencio en pleno proceso de adaptación audiovisual, Romero ha aprendido a mirar su obra desde otros lenguajes. «No escribo pensando en cine, pero trato de visualizar al detalle todo lo que narro con la intención de que los lectores sean capaces de ver y sentir. Me interesa la experiencia de una lectura inmersiva. Demasiado ayer es oscura, introspectiva, pero a la vez tiene un ritmo vertiginoso». Tal vez por eso, como señala el actor y director Carlos Iglesias, “es una novela muy cinematográfica”, pero en la forma en la que lo es un buen drama psicológico: tensa, íntima, ineludible.
Literatura con cicatriz
Demasiado ayer no es una lectura amable. “Es una historia feroz, lúcida, contada con la crudeza de quien ha mirado de frente a la herida”, resume la periodista Irene Vaquero. Y es, sin duda, la confirmación de una voz narrativa que no teme caminar por la oscuridad para encontrar, aunque sea a tientas, la verdad.
Como dice Carla Antonelli en su reseña: “Las raíces de nuestra historia pueden ser tanto una carga como una guía hacia la libertad”. En Demasiado ayer, Soraya Romero ha vuelto a demostrar que la literatura, cuando nace de la memoria y se escribe con honestidad, puede ser ambas cosas a la vez.
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Autora: Soraya Romero. Título: Demasiado ayer. Editorial: Kailas. Venta: Todos tus libros.


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