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Atrapé la guerra en la cabeza

Atrapé la guerra en la cabeza

Un manuscrito que aparece y se publica más un siglo después de ser escrito requiere de un trabajo importante de interpretación y organización. Palabras que no se entienden, correcciones, tachaduras, páginas sin numerar…

Para acometer la lectura de este libro, el lector debería mentalizarse de que es una obra escrita hace once décadas, lo que implica reflexionar sobre la sociedad de principios del siglo XX. A pesar de ser el escritor más traducido en lengua francesa, tras Marcel Proust, me he preguntado: ¿Alguien pensó si Ferdinand (Céline) hubiera querido que esta novela que guardaba (fue robada en 1944) manuscrita se publicara?

“Según describió en 2021 Le Monde, los manuscritos robados llegaron a manos de Jean-Pierre Thibaudat, crítico de teatro y experiodista del diario Libération. Los recibió ya entrado el siglo XXI de manos de un misterioso donante que le puso una condición: que nada de esa obra fuera público antes de la muerte de la viuda de Céline, Lucette Destouches, quien murió a los 107 años a finales de 2019”. (https://www.infobae.com/leamos/2022/10/14/publican-una-novela-del-cuestionado-louis-ferdinand-celine-que-permanecio-oculta-casi-ochenta-anos/?outputType=amp-type).

"Ahondando en el carácter de ese escritor no podemos descartar ni que esta obra sea una completa invención, una broma literaria, ni que sea un auténtico diario"

Con un lenguaje directo y poco pulcro, soez en muchas ocasiones, machista; Céline, padre de la escritura moderna francesa y universal, héroe condecorado en la Primera Guerra Mundial y traidor colaboracionista en la Segunda, fue un escritor controvertido, odiado y condenado por su pasado pronazi como colaborador de la GESTAPO y por sus panfletos antisemitas.

Escribió en sus anotaciones tanto las vivencias acaecidas tras sus heridas en el campo de batalla de Poelkapelle (Bélgica) el 27 de octubre de 1914 (solo tres meses después de estallar la I Guerra Mundial), como su hospitalización en Peurdu [Noirceur]-sur-la-Lys, durante el periodo de convalecencia.

Como se dice coloquialmente, no deja títere con cabeza y tampoco tiene abuela. “He aprendido […] también a hacer bella literatura, […] estoy dotado para la imaginación”. En una sola frase que se dice a sí mismo lo resume: “Nunca llegarás a ser tan atroz y tan imbécil como los demás”.

"Convaleciente, después de recibir una bala rebotada, es capaz de recoger o inventar en este manuscrito los más mínimos detalles de aquellas semanas hospitalizado"

Céline, con un lenguaje grosero y muy jergal, describe las prácticas “poco ortodoxas” de las enfermeras. Se le puede atribuir una gran capacidad de invención, observación y análisis en las situaciones vividas. Ahondando en el carácter de ese escritor no podemos descartar ni que esta obra sea una completa invención, una broma literaria, ni que sea un auténtico diario. Ahí reside su magia literaria.

Convaleciente, después de recibir una bala rebotada, es capaz de recoger o inventar en este manuscrito los más mínimos detalles de aquellas semanas hospitalizado. Las salidas al pueblo en compañía de Cascade (Bebert), la celebración tras la entrega de su medalla de guerra, las riñas entre Cascade y su mujer Angèle y las artimañas de ésta para sobrevivir. Como finaliza diciendo Céline: “Desde luego, la vida es inmensa. Te pierdes por todas partes”, lo mismo ocurre con el camaleónico, Ferdinand escritor.

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Autor: Louis-Ferdinand Céline. Traductor: Emilio Manzano. Título: Guerra. Editorial: Anagrama. VentaTodos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

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