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Ciencia ficción y campañas electorales

Cuando las ideas no científicas prevalezcan sobre el pensamiento científico, se abrirá la puerta que conduce al colapso de todo su sistema.

Liu Cixin en El problema de los tres cuerpos (Trilogía de los Tres Cuerpos) (Nova, 2016)

Las creencias, habitualmente infundadas, van ganando la partida al pensamiento científico. Construyen, junto a la mentira pura y dura, una realidad no verificable, con gran impacto en el corto plazo y un futuro discutible. Nuestros políticos, irresponsables y cortoplacistas, ya no las distinguen de la verdad constatable. Su eficacia electoral está más que demostrada en los últimos años. Las creencias y las mentiras nos movilizan rápidamente a favor o en contra del primero que dice una barbaridad sin que eso tenga una repercusión positiva en el bien común.

"Ver a un político pensar a largo plazo, trascender esa espuma de cerveza del comentario facilón y la decisión poco meditada, es ciencia ficción"

Ver a un político pensar a largo plazo, trascender esa espuma de cerveza del comentario facilón y la decisión poco meditada, es ciencia ficción. Hay que buscar referentes en la literatura y, aún así, se imponen las acciones excesivamente dominadas por el ansia de permanecer en el cargo o de obtenerlo rápidamente.

En su Trilogía de los tres cuerpos (El problema de los tres cuerpos, El bosque oscuro y El fin de la muerte, editados en 2016, 2017 y 2018 por Nova) Liu Cixin plantea un escenario en el que la humanidad se ve obligada a pensar a largo plazo: una civilización extraterrestre ha descubierto nuestro lugar en el Universo y se dirige hacia la Tierra para destruirnos.

Los trisolarianos, que así se llaman los presuntos invasores, cuentan con una tecnología mucho más avanzada y ya han comenzado un viaje para liquidarnos dentro de 450 años. La destrucción de la humanidad es un hecho a largo plazo y contra la tecnología del enemigo, a priori, solo contamos con una ventaja: somos capaces de mentir y ellos no.

"La mentira sigue siendo un arma a corto plazo, pero solo hay dos herramientas que realmente condicionan el resto del futuro para la humanidad: la ciencia y la cultura"

La civilización trisolariana ha evolucionado evitando emociones como la alegría o el miedo, anclándose en la calma y la indiferencia para sobrevivir en un planeta hostil. Son unos seres incapaces de aguantar 10 minutos en el actual Twitter, no comprenderían los discursos de los grandes gurús de la autoayuda que nos rodean.

Ante una situación así, en la Tierra desaparece en gran medida la competencia entre naciones y dejamos de temer al vecino, con quien compartimos enemigo. Nadie habla de inmigración, el terrorismo pierde sentido y las guerras no van a ningún lado.

La mentira sigue siendo un arma a corto plazo, pero solo hay dos herramientas que realmente condicionan el resto del futuro para la humanidad, dos ámbitos que construyen prosperidad desde el presente aunque no adivinemos hacia dónde van a evolucionar en medio milenio: la ciencia y la cultura.

No esperéis que se hable mucho de estos dos temas durante las campañas electorales que se avecinan. Los programas de los partidos tienen poco que ver con la literatura. Están llenos de ficción sin ciencia, de soluciones a problemas prefabricados. Lo importante, lo que perdura, es cosa de científicos y artistas.

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