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David Goodis, el camaleón

David Goodis, el camaleón

Lo que nos queda de David Goodis son sus novelas, la biografía del periodista Philippe Garnier Goodis: A Life in Black and White (publicada en 1984 y traducida solo al inglés en 2013) y un montón de preguntas sin respuestas, así como testimonios demasiado contradictorios de familiares, conocidos y personas que tuvieron que ver profesionalmente con el escritor. Nos encontramos ante un tipo camaleónico, con una especie de leyenda negra pendiendo sobre toda su trayectoria que proyecta una imagen de escritor maldito sospechosamente parecida a como a él le habría gustado, según atestiguan algunas personas que lo conocieron bien. Por si fuera poco, murió relativamente joven, algo que no puede faltar para completar la leyenda negra de cualquier celebridad que se precie.

"El «universo Goodis» se compone de perdedores, desertores, delincuentes y todo tipo de outsiders, tristes víctimas de sus circunstancias que padecen angustia urbana, alienación y diversos tipos de paranoia"

Goodis es un tipo familiar, ejemplar para sus padres y su hermano; el mismo que alquiló un sofá en California por cuatro dólares en casa de un amigo para vivir allí; el mismo que se metía cinta roja de celofán de los paquetes de cigarrillos en las fosas nasales para fingir hemorragias, gritar y salir corriendo de los restaurantes; el mismo que estaba obsesionado con mujeres negras grandes y obesas de los clubs nocturnos; el mismo tipo que se levantaba, trabajaba durante la mañana, comía, hacía una breve siesta y seguía trabajando; el mismo que solía pasearse en público con el albornoz de un amigo. Podríamos seguir, pero esta breve muestra de distintos procederes basta para asegurar que estamos ante un hombre que se comporta de forma diferente, dependiendo de con quién se encuentre y en qué lugar esté. Por otra parte, quienes atestiguan todas estas visiones sobre el escritor, niegan o se extrañan mucho sobre las restantes perspectivas. David Goodis, el camaleón.

El «universo Goodis» se compone de perdedores, desertores, delincuentes y todo tipo de outsiders, tristes víctimas de sus circunstancias que padecen angustia urbana, alienación y diversos tipos de paranoia. Son personas solitarias, cuyos únicos amigos son tipos al margen de las convenciones, cuya amistad está siempre a punto de saltar por los aires. Los personajes que pueblan sus novelas parecen sufrir una especie de penitencia por actos que se difuminan en el tiempo y en el espacio. Parecen sufrir el castigo de empujar una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada, para que, antes de alcanzar la cima, la piedra ruede hacia la base, desde donde deben reiniciar su castigo, así durante toda la trama, emulando la condena a la que se sometió a Sísifo.

"A Goodis se le ha considerado maestro de la novela negra, pero otros lo emparentan con el realismo sucio"

A Goodis se le ha considerado maestro de la novela negra, pero otros lo emparentan con el realismo sucio. Claro que Sartre enmarcó sus novelas dentro del Existencialismo y fue reivindicado por Camus y Gide, y por intelectuales europeos de la época en general y de la Nouvelle Vague francesa en particular. ¿Hubo escritores que intentaron imitar su estilo? Claro, pero es como esa genialidad de blues llamado «Mannish Boy»: todos lo han versioneado, pero es un blues de Muddy Waters y, como Waters, Goodis es único. ¿Quién fue este tipo, de dónde salió y qué hizo durante su última etapa viviendo con sus padres y su hermano en Filadelfia?

Nació en Filadelfia en 1917 en el seno de una familia judía. Tuvo dos hermanos mayores. Uno, Jerome, murió a los tres años y el otro, Herbert, tenía algún tipo de enfermedad mental. Las cosas no empezaban bien para el pequeño David, que terminó sus estudios en la Simon Gratz High School, donde fue redactor jefe de la revista del centro, Spotlight, y presidente de organismos representativos del alumnado. Cursó estudios en la Universidad de Indiana para licenciarse en la facultad de Temple. Retreat from oblivion fue su primera novela publicada, una historia de amoríos enredados entre un grupo de neoyorquinos, en el contexto de la Guerra Civil Española y la Guerra Chino-Japonesa. Goodis hace constar su animadversión hacia el fascismo. Tuvo muy buenas críticas. No obstante, fue con su segunda novela, Senda tenebrosa, con la que cosechó más altas cotas de éxito. La novela es la historia de un hombre condenado injustamente que se fuga de la cárcel, cambia su rostro gracias a la cirugía plástica y consigue la complicidad de una mujer para descubrir al verdadero culpable. Fue adaptada al cine y dirigida por Delmer Daves, y contó con Humphrey Bogart y Lauren Bacall como actores principales. Goodis filmó un contrato de seis años con la Warner. La mayoría de sus guiones nunca vieron la luz, como Of Missing Persons y una adaptación de La dama del lago, de Raymond Chandler, y curiosamente «se perdieron».

Siguió trabajando con Daves. En ese periodo escribió un guion titulado Up Till Now. A Jerry Wald se le conoce, entre otras cosas por formar parte del equipo de guionistas de Los violentos años veinte, de Raoul Walsh, que produciría después películas tan célebres como Senda tenebrosa, Cayo Largo o Sin remisión. Sin embargo, pocos saben del interés que Jerry mostró mucho antes por el proyecto de la adaptación al cine de Up Till Now, que reflejaba las inquietudes de una familia por la nueva era atómica a través del enfrentamiento de dos ideologías: el fascismo y el comunismo. El arranque de la caza de brujas con la primera sesión del Comité de Actividades Antiamericanas el 20 de octubre de 1947 frenó y canceló definitivamente el proyecto.

En 1940 se instala en Nueva York, trabaja en publicidad y colabora en las revistas pulp, al igual que muchos otros escritores de la época, firmando con su nombre o con pseudónimos. También trabaja para seriales radiofónicos. En 1942, Goodis se instala durante un breve periodo de tiempo en California contratado por Universal para trabajar en el texto inicial de la película Destination Unknown, que dirigiría Ray Taylor. Al parecer allí conoce a la misteriosa Elaine, con la que se casa y vuelve a Filadelfia. Algunos de sus más íntimos amigos afirman que Goodis nunca les dijo nada sobre haber contraído matrimonio, por lo que le consideraban soltero. Al parecer, la pareja se separa en 1942, cuando David Goodis regresa a Nueva York.

"El punto de inflexión se produce en 1950, tras la publicación de Of Missing Persons. Es el último libro en tapa dura, que no funciona tan bien como se espera"

La Warner adquiere en 1945 los derechos de la aún inédita novela Senda tenebrosa para una versión cinematográfica, y justo un mes después el magazine Saturday Evening Post compra los derechos para hacer un serial que se distribuyó en verano. Justo por esas fechas, Goodis firma un contrato con la Warner por setecientos cincuenta dólares semanales para trabajar como guionista. En 1947 publica las novelas Nightfall (traducidas en España como Al caer la noche y Al anochecer) y Behold this woman (Cuidado con esa mujer). Termina el guión de The Unfaithful. La película, dirigida por Vincent Sherman, se estrena en junio y en septiembre llega Senda tenebrosa. Es quizás el año más exitoso de Goodis que, desgraciadamente, se cierra con el incidente de Up Till Now.

El punto de inflexión se produce en 1950, tras la publicación de Of Missing Persons. Es el último libro en tapa dura, que no funciona tan bien como se espera. Tampoco le van bien las cosas de Hollywood con sus guiones. Es cuando decide regresar a Filadelfia, al hogar paterno, y es cuando se publican en rústica o en formato bolsillo sus mejores novelas: Viernes negro, Calle sin retorno, Rateros, La luna en el arroyo, Descenso a los infiernos, La chica de Cassidy, La víctima, La calle de los perdidos o Disparen sobre el pianista, entre otras.

David Goodis se dedica a escribir y a cuidar de su hermano Herbert. Pero se debió de dedicar a más cosas. Se dice que se escribe de lo que se conoce. Y Goodis describió los bajos fondos como nadie. Creó personajes inolvidables basados en el conocimiento de los comportamientos de borrachos, drogadictos, enfermos, psicópatas y criminales de todo pelaje con los que inevitablemente, por fuerza, tuvo que estar relacionado. ¿De qué otra forma podría haberlos descrito de una forma tan exacta? Sabía demasiado sobre huidas hacia adelante o sobre descensos a los infiernos, temas recurrentes en sus novelas. Sabía demasiado sobre callejones oscuros y sobre tipos que arrastraban a mujeres y a otros tipos a callejones oscuros. Sabía tanto sobre desesperación, desesperanza y tristeza que su vida, finalmente, adquirió las connotaciones más negativas de sus personajes, convirtiéndose en una vida que cada vez naufragaba más en atolones que no tuvieron la más mínima piedad sobre un genio demasiado olvidado.

Durante el resto de su vida sigue escribiendo y cuidando de Herbert. Se hacen películas de novelas suyas en Argentina y en Francia, donde es especialmente apreciado (hay cuarenta y cuatro ediciones de sus libros en la editorial Gallimard). A principios de la década de los sesenta sufre una brutal agresión, de la que poco se sabe, que le deja secuelas físicas y psicológicas, agravadas por los cada vez más frecuentes episodios psicológicos de su hermano. En el 65 pleitea contra la ABC y los productores de El fugitivo, ya que la famosa serie se parecía ¿demasiado? a Senda tenebrosa. El litigio siguió hasta mucho más allá de la muerte de Goodis. Por cierto, se resolvió a su favor. Los demandados tuvieron que indemnizar a los herederos con 12.000 dólares, cantidad muy lejana al medio millón que se pedía en un principio, pero que, de alguna forma, daba la razón al escritor.

"David Goodis, un escritor que era como sus personajes o, quizás, sus personajes eran como él, tan atormentados como imposibles, con la brújula que les hubiera debido mostrar el camino estropeada"

La muerte de su madre sume a David en un estado que hace que ingrese en una clínica mental, en donde redacta un testamento en el que pretende asegurar el bienestar de su hermano tras su muerte, que se produce el 7 de enero de 1967 en el Albert Einstein Medical Center de Filadelfia tras un periodo en el que vive solo en la mansión familiar aquejado de fuertes ataques de nervios. Sus últimos deseos respecto a su hermano no fueron respetados. Herbert logró escapar del asilo en el que estaba internado y fue encontrado muerto por desnutrición.

David Goodis, un escritor que era como sus personajes o, quizás, sus personajes eran como él, tan atormentados como imposibles, con la brújula que les hubiera debido mostrar el camino estropeada, pero con una determinación admirable, aunque esa determinación solo sirviera para acometer esa senda de autodestrucción que terminó por atraparlos.

Para saber más siempre hay páginas web interesantes y la citada biografía del periodista Philippe Garnier: Goodis: A Life in Black and White, que es la mayor fuente de información sobre Goodis, aunque aporte más dudas que certezas, pero solo publicada en francés y en inglés. Eso sí, hay una traducción al español de un libro titulado Vidas difíciles, una exquisitez de 138 páginas, una biografía que es más bien una obra de amor hacia David Goodis, Jim Thompson y Chester Himes, tres de los grandes, incomprendidos en su momento y aún hoy. Son quizás tres de los mayores creadores de personajes al margen de vidas convencionales. El libro lo publicó la editorial Poliedro en 2004 y su autor es otro de los grandes: James Sallis, padre literario del personaje Lew Griffin.

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