Segundo trabajo de investigación de Roberto Vaquero, esta vez en materia de Historia. El fascismo en España: Orígenes y desarrollo (Renacimiento) ataja la historia del movimiento fascista en España desde su titubeante nacimiento con las JONS de Ramiro Ledesma y la Falange Española de José Antonio Primo de Rivera, dos entidades políticas que aunque no se autocalificaban como fascistas, sí defendían esa ideología y tenían muchas similitudes con el fascismo italiano, si bien con las peculiaridades españolas. Roberto Vaquero, mediante el análisis de una gran variedad de fuentes primarias y apoyado en otras tantas secundarias, realiza una crónica de los primeros pasos del fascismo español hasta el Decreto de Unificación de 1937, caracterizando estos grupos y distinguiéndolos de otros grupos de derecha conservadora o radical que, por las vicisitudes de la época, acabaron fascistizándose en parte.
Cabe señalar que el análisis historiográfico no se limita a la doctrina del nacionalsindicalismo y las diferencias ideológicas entre la facción jonsista y la falangista, sino que también ahonda en su puesta en práctica, incidiendo especialmente en dos elementos clave: el uso de la violencia para obtener los objetivos políticos y, paralelamente, la constante contradicción entre sus soflamas revolucionarias y su apoyo, en momentos decisivos, invariablemente a las fuerzas conservadores y antirrevolucionarias. El análisis del fascismo español histórico acaba en el Decreto de Unificación de 1937, por el que se fundían la Comunión Tradicionalista y FE de las JONS, pero a lo largo de la exposición hay numerosas referencias a grupos fascistas posteriores, desde la Fuerza Nueva postfranquista hasta los grupúsculos neofascistas de finales de los 90 y principios de los 2000.
Un último capítulo se centra en un caso concreto, el del MSR, único partido con cierta proyección que terminó en fracaso, analizando no sólo sus ideas a partir de los documentos del partido y sus dirigentes, sino también las causas de su incipiente auge y rápida caída.
El libro está escrito en una prosa muy amena y directa, sin florituras innecesarias para este tipo de ensayos. El texto se lee con ligereza pero no por ello se siente vacío: hay una gran trabajo de síntesis informativa muy bien comunicada que a lo largo del libro aporta conocimientos sobre personalidades, hechos, causas y consecuencias de lo que se está narrando. Además, toda la información está fuenteada, de modo que el lector puede contrastar toda la información expuesta.
Uno de los aspectos más destacados de El Fascismo en España: Orígenes y desarrollo es una notable y honesta voluntad de objetividad. Alejándose de sensacionalismos y prejuicios, Vaquero deja que sean las fuentes primarias las que muestren qué pensaban y decían realmente los fascistas españoles, dejando las secundarias únicamente para analizar cómo esas ideas se pusieron en práctica y para fundamentar las críticas personales del autor hacia el objeto de estudio.
En conclusión, es un muy buen libro de Historia, transmite muy bien los resultados de una investigación abundante y da las herramientas necesarias para que el lector pueda contrastar la información y, así, formarse su propio juicio sobre lo expuesto. Como comentario personal, me parece un libro muy necesario hoy en día, pues en el marco de fuerte polarización y crispación social en el que estamos inmersos, el adjetivo “fascista” se usa muy a la ligera para atacar a grupos políticos tremendamente dispares, que normalmente poco o nada tienen que ver con lo que realmente es el fascismo. Este libro puede ayudar a aclarar conceptos, racionalizar el debate político y, en suma, contribuir un poco al saneamiento intelectual del debate público.
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Autor: Roberto Vaquero. Título: El Fascismo en España: Orígenes y desarrollo. Editorial: Renacimiento. Venta: Todostuslibros.
Buen artículo, pero discrepo en lo de la objetividad del autor. Confiaba en que Vaquero fuese objetivo pero opino que sigue la historiografía oficial de la perversa Ley de Revancha Histórica. Varias de las fuentes secundarias de las que se nutre cojean, y mucho, en tal sentido. Simplificando: El autor institucionaliza como «preventiva» la violencia de la derecha y de «reactiva» la de la izquierda. Y en realidad fue al revés.