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Grandes regalos (IV): Las novelas de Alicia, dos clásicos ilustrados

Grandes regalos (IV): Las novelas de Alicia, dos clásicos ilustrados

Siempre es buen momento para regalar o regalarse las novelas que dan cuenta de las peripecias de Alicia (Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas, A través del espejo y lo que Alicia encontró allí) que escribió Lewis Carroll hace poco más de siglo y medio, pero el tiempo de lectura que ofrecen las vacaciones navideñas y las nuevas ediciones surgidas en los dos últimos años a raíz de la celebración de su 150 aniversario invitan a no desperdiciar el momento. Entre ese grupo de nuevas ediciones conmemorativas sobresale de un modo particular el trabajo de Chris Riddell. Y lo hace no sólo por la brillante trayectoria de su autor (escritor laureado de literatura infantil y juvenil en Reino Unido y receptor de la Orden del Imperio Británico) sino porque, en su aproximación a Alicia, Riddell rinde tributo a aquello que fue el desencadenante de su vocación profesional, el punto de origen de todo lo que vino después.

Como escribe en el prólogo del primero de los dos impecables volúmenes, el niño lector y aprendiz de artista que fuera Chris Riddell dibujó al Conejo Blanco hasta la extenuación, con esa tenacidad propia de la infancia. El pequeño Riddell descubrió en las novelas de Carroll (ejemplo del simbolismo moderno volcado en la figura de la niña que viaja al submundo de los cuentos populares, donde se trata del problema del crecimiento, de la identidad, de los cambios, de la imaginación maravillosa —animales que hablan— encarnada en el juego —cartas, ajedrez—) aquello que deseaba ser y que se ha consumado con éxito: un escritor y un ilustrador.

"La Alicia de Riddell hubiera satisfecho a Carroll en la representación de los rasgos de la muchacha, pues es mucho más armónica, menos grotesca"

Ambas cosas aparecían fusionadas en las novelas de Carroll ilustradas originalmente por John Tenniel, el héroe artístico de Chris Riddell. En esas ya míticas ilustraciones decimonónicas, conocidas por lectores y no lectores de la obra, que tanta admiración han despertado y que nunca convencieron del todo al propio Carroll, por las libertades grotescas que sir John Tenniel, consecuente con su estilo, se tomara en la representación de la modelo real y destinataria de la obra, Alicia Liddell (enorme cabeza, diminutos pies), Riddell descubrió aquello que deseaba hacer con su vida y cuyo fruto maduro es el estudio y dedicación que ha llevado a la ilustración de estos dos textos clásicos. Decimos “estudio y dedicación” porque en el resultado se aprecia perfectamente esa labor de aproximación al mundo de Alicia tomando como referentes el trabajo previo de Tenniel así como las fotografías que el propio Carroll, pionero de este arte, hiciera de las pequeñas hermanas Liddell. La Alicia de Riddell hubiera satisfecho a Carroll en la representación de los rasgos de la muchacha, pues es mucho más armónica, menos grotesca.

"Otros elementos característicos de la imaginación de Riddell también aparecen aquí, como es su gusto por los planos extremos, disposición de parejas de personajes o encaje virtuoso del texto y la ilustración"

La observación del trabajo de Riddell, que ilustra las dos novelas con profusión, permite apreciar una voluntad conscientemente “inmersiva” (desde el principio se nos muestra la cartografía de los mundos imaginarios representados en las novelas) así como una fidelidad al programa iconográfico de Tenniel. Sin embargo, ello no opaca la naturaleza propia de su forma de ilustrar, mucho menos satírica, más atenta a los sentimientos y a una representación limpia de los personajes (magnífica y reveladora, su primera lámina a color del Conejo Blanco, tantas veces abocetado durante la infancia).

Además de eso, Riddell alterna los dibujos a grafito con las ilustraciones iluminadas (hermosos verdes, azules y carmines) y dispone dobles páginas a sangre, dibujadas con viveza, donde el “efecto de inmersión” antes citado alcanza su apogeo (el lector se introduce, por ejemplo, en la batahola de animales, rodeado por Loro, Ratón, Aguilucho, Dodo…). Otros elementos característicos de la imaginación de Riddell también aparecen aquí, como es su gusto por los planos extremos, propiciados de un modo “natural” por la historia (perspectivas picadas y contrapicadas, primerísimos planos…), disposición de parejas de personajes (esencial en la estética dual de A través del espejo… y en la que Chris Riddell ya había demostrado su maestría —100 abrazos—) o encaje virtuoso del texto y la ilustración. Todo ello para ofrecer al lector moderno, en particular al aprendiz, eso que tanto conmovió años ha al Riddell niño, enfrentado al volumen de Carroll y Tenniel: “palabras e imágenes se fusionaban en mi imaginación en un único y mágico objeto”.

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Autor: Lewis Carroll. Ilustrador: Chris Riddell. Traductor: Ramón Buckley Planas. Título: Alicia en el País de las Maravillas. Editorial: Edelvives. VentaTodos tus libros, Amazon, FnacCasa del Libro.

Autor: Lewis Carroll. Ilustrador: Chris Riddell. Traductor: Ramón Buckley Planas. Título: A través del espejo y lo que Alicia encontró allí. Editorial: Edelvives. VentaTodos tus libros, Amazon, FnacCasa del Libro.

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