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La paradoja del bibliotecario ciego o un tratado sobre la violencia doméstica

La paradoja del bibliotecario ciego o un tratado sobre la violencia doméstica

Ana Ballabriga y yo llegamos a Valencia a mediados de los noventa, cada uno desde una punta de España. Ella venía de un pueblo de Los Monegros y yo de uno del campo de Cartagena. Ambos somos de pueblo, sí, criados en la calle como los niños de antes, y esa infancia te marca.

Aunque fuimos a Valencia para estudiar carreras distintas (yo ingeniería de telecomunicaciones y Ana psicología) coincidíamos en maratones de rol y noches de fiesta. Nuestro entusiasmo por el cine y la literatura hizo que la chispa no tardara en saltar. Aparte de otras pasiones más terrenales, pusimos en común las artísticas y comenzamos a hacer nuestros primeros pinitos cinematográficos y a tantear el arte de la escritura conjunta.

Escribir a cuatro manos no es fácil. Lo primero que tienes que hacer es renunciar al ego del escritor, porque cuando escribes con otra persona el artista se convierte en artesano. Nosotros hemos ido probando a lo largo de estos años, casi veinte ya, y hemos desarrollado un método, el nuestro, que nos funciona. El primer paso consiste en una puesta en común, hablar mucho sobre el germen de la historia, identificar los temas que queremos tratar e ir perfilando los personajes. Después viene la fase de documentación, en la que nos dedicamos a leer, a estudiar y a entrevistarnos con expertos que nos iluminen. Durante este proceso vamos dando forma a la historia hasta plasmar sobre el papel toda la estructura, un esqueleto descarnado que resume por capítulos todas las tramas.

"La novela negra te permite hablar de la maldad humana y de la forma en que se materializa: la violencia."

Una vez que hemos definido la estructura, nos la repartimos por tramas o personajes y comenzamos a escribir. Después hay una puesta en común, en la que revisamos el texto del otro y vamos corrigiendo aspectos de la trama y estilo para que todo quede unificado. La última fase, la de revisión, es la más ardua, pero también una de las más importantes para conseguir un texto limpio, pulido y trabajado.

Tras probar distintos géneros, descubrimos que donde más cómodos nos sentíamos era en la novela negra, pues nos permite desahogar la frustración que nos producen ciertas cuestiones sociales que, lógicamente, no podemos cambiar. La novela negra te permite hablar de la maldad humana y de la forma en que se materializa: la violencia.

En 2010 impartimos unos cursos de producción de cortometraje para adolescentes y fue allí donde conocimos a Nora. Nora, de origen marroquí y con hiyab, tenía unos quince años por entonces. Ella sabía que escribíamos, y un día le dijo a Ana que le quería contar su historia, que quería que la diera a conocer. Nora vivía con sus padres y su tío y este último, sí, su propio tío, abusaba de ella. Nora estaba ya tan harta de la situación que había hablado con su madre y le había dicho que pensaba denunciarlo a la policía. Su madre, sin embargo, intentó disuadirla explicándole que si hacía eso sería la vergüenza de la familia y lo que es peor, sería su ruina. Su padre se vería obligado a pagarle el abogado a su tío con un dinero que no tenían y a ella la tacharían de puta. La convenció de que lo mejor era no decir nada, de que ella lo solucionaría. Y la solución que le buscó fue devolverla a Marruecos condenada a casarse con un viejo al que ni siquiera conocía.

La historia de Nora nos estremeció, nos horrorizó. Cuando el peligro está en tu propia casa, cuando las personas a las que quieres no solo no son capaces de protegerte, sino que ellas mismas son la amenaza, ¿qué salida te queda?

Cuando eres escritor y una historia real te impacta de esa manera, se aferra a tu cerebro y permanece latente hasta que florece en forma de ficción. Así, la historia de Nora se convirtió en la semilla de La paradoja del bibliotecario ciego. Nuestro interés previo por la violencia constituyó el abono y la tierra.

"En este país hay diez veces más suicidios que asesinatos."

Después vinieron las estadísticas, los datos reales. La televisión y los medios de comunicación nos bombardean continuamente con noticias de agresiones, abusos, violaciones, secuestros y asesinatos. Parece que en este país es realmente fácil morir asesinado, y la gente tiene miedo, mucho miedo. Es habitual que te llegue el whatsapp de la furgoneta blanca que acecha las escuelas en busca de niños; que alguien te cuente la historia de los moros que violaron a la hija del primo del vecino; o del ecuatoriano que asesinó al hermano del tío del cuñado del amigo de tu compañero de trabajo.

Pero, ¿cuál es la realidad en España? Las estadísticas dicen que solo un 4% de las muertes en este país son por causas no naturales.

Y de las causas no naturales, ¿cuál es la más habitual y por lo tanto la más probable? Esa es la primera bofetada. Si no mueres de causa natural, lo más probable es que te mates tú mismo. Sí, el suicidio es la primera causa de muerte no natural, con un 0,9%. La segunda más probable son los accidentes de tráfico y en tercer lugar los accidentes domésticos. Y muy a la cola, en un puesto que ni siquiera merecería ser mencionado, aparecen las muertes por homicidio, que suponen un total de un 0,097%. Es decir, en este país hay diez veces más suicidios que asesinatos.

Otras estadísticas interesantes son que en el último año ha aumentado un 12% el número de mujeres víctima de violencia de género. Y al contrario de lo que muchos piensan, un 71% son españolas de pura cepa y solo un 29% extranjeras.

"Esta novela tiene quizás la estructura más compleja que hemos construido hasta ahora."

Total, que recopilando datos, si no mueres de enfermedad lo más probable es que te mates tú mismo y en el improbable caso de que mueras asesinado, seguramente lo harás a manos de tu pareja, tu padre, tu hijo, tu hermano o tu tío. Esto es quizás lo más terrible de todo: la mayor parte de la violencia nace y se alimenta dentro de nuestro círculo más cercano.

La paradoja del bibliotecario ciego es una historia coral que habla de la violencia en el ámbito familiar y que parte de una tesis muy simple e indiscutible: la violencia genera violencia. Además, pone de manifiesto que todos somos agresores y agredidos en algún momento de nuestra vida. 

Esta novela tiene quizás la estructura más compleja que hemos construido hasta ahora. En ella se mezclan más de diez tramas distintas y cada una interactúa con las demás. No se trata, por tanto, de tramas lineales e independientes, sino de una red, una maraña de tramas en la que todas ellas interaccionan, chocan, se influyen y se modifican.

Además de la estructura hemos cuidado mucho a los personajes. No queríamos héroes y villanos, no buscábamos estereotipos, sino acercarnos a la realidad. Y las personas reales no son buenas ni malas, o son buenas en general y malas a ratos. Así que partimos de la premisa de que cada personaje tenía que ser víctima y verdugo a la vez. A través de ellos exploraríamos las diferentes modalidades de la violencia doméstica: de padres a hijos, de hijos a padres, violencia de género, bullying, abusos a menores, violencia contra los ancianos o contra los animales.

"Gracias al tirón de Tras el sol, y supongo que a la calidad de la novela, conseguimos ganar un concurso al que se presentaron más de 1400 novelas de 39 países distintos."

Quizás sea una novela incómoda, porque te identifiques con alguno de los personajes. Quizás te remueva algo por dentro y te haga replantearte por qué te comportas así en determinada situación. Quizás solo consiga hacerte pasar un buen o mal rato. Lo único que esperamos, lo que siempre intentamos con nuestras novelas, es que no te deje indiferente, que cuando la termines tengas la sensación de haber leído una historia de misterio muy entretenida y con mucho ritmo. Y a ser posible que despierte en ti alguna reflexión.

¿Por qué publicar con Amazon?

Publicamos nuestras dos primeras novelas (Tras el sol de Cartagena y Morbo gótico) con editoriales pequeñas que nos trataron muy bien a nivel personal, pero no consiguieron darles la difusión que esperábamos. Con la tercera queríamos pegar el salto: o publicábamos con una grande o no publicábamos. Y nos quedamos sin publicar.

Después nos hablaron de la autoedición a través de Amazon, de que podías llegar a millones de lectores sin ningún coste y decidimos probar. Tras el sol de Cartagena se convirtió en un pequeño best seller y cuando nos enteramos del premio de novela que organiza Amazon presentamos la última que habíamos escrito, Ningún escocés verdadero. Gracias al tirón de Tras el sol, y supongo que a la calidad de la novela, conseguimos ganar un concurso al que se presentaron más de 1400 novelas de 39 países distintos.

Parte del premio consistía en publicar con la editorial de Amazon (Amazon Publishing), una editorial joven, pero muy grande, lo que siempre habíamos deseado.

Y ahora repetimos con ellos con esta novela, La paradoja del bibliotecario ciego, y una edición revisada de nuestro best seller, Tras el sol de Cartagena, que saldrá a principios de abril.

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Autor: Ana Ballabriga y David Zaplana. Título: La paradoja del bibliotecario ciego. Editorial: Amazon (Amazon Publishing). Venta: Amazon

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