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Le llamaban el Oso

“Era como si todos los animales del lugar vigilaran a los seres humanos”. Es una de las frases de Como bestias (ed. Las afueras). Frases esculpidas en la roca de la misma montaña de la que nace esta fábula-novela.

Una novela visceral. Contradictoria.

En ella hay amor y hay violencia; hay montaña y ciudad; delicadeza y brutalidad.

Como bestias está tejida de contraposiciones. Una historia grande en un libro pequeño. En apenas 138 páginas Violaine Bérot nos narra un misterio, un descubrimiento, una pérdida. Con un estilo transparente y una estructura que bebe del noir, la novela se lee en un dejarse fluir sin pausa.

"La singularidad de este libro no se halla solo en el relato, sino también en cómo está contado. Es un libro coral. Escrito por alguien que conoce muy bien los ritmos de la montaña y a sus gentes"

La historia es así: un muchacho con alguna deficiencia mental, grande y fuerte, que vive con su madre en lo alto de la montaña, en un paraje alejado del mundo. Es tranquilo, está a sus cosas, no molesta a nadie. Le llaman el Oso. Para los hombres es una especie de bestia sin inteligencia; para su madre, un ser especial, mágico; para los animales, un amigo, que los sana y los comprende. Sucede algo y esa paz estalla en esquirlas que hacen daño a los ojos.

Ese es el relato lineal.

Pero hay más.

La singularidad de este libro no se halla solo en el relato, sino también en cómo está contado. Es un libro coral. Escrito por alguien que conoce muy bien los ritmos de la montaña y a sus gentes. Violaine Bérot nació en 1967 en un pueblo de los Pirineos Franceses, formó parte de la riada de emigración del campo a la ciudad, se hizo ingeniera informática y finalmente regresó a la montaña para dedicarse a escribir y criar cabras.

"Este libro habla de la incomunicación entre seres humanos, que no son capaces de entender a una persona diferente. Y habla de la conexión absoluta con la naturaleza, de una especie de comunión"

Bérot ha estado en los dos lados y conoce los dos lados. Escribe desde las tripas y también desde la razón. Sus libros desgranan historias de lazos familiares y de lazos de pareja, lazos que ahogan hasta dejar marcas en la garganta: violencia, incesto, relación madre-hijo, lo que no se puede contar, lo que está por debajo y por detrás. En Como bestias lo hace de una manera sutil y cruda a la vez. Examina con mirada científica los tipos humanos que habitan una aldea: los ganaderos, los que han huido de la ciudad y los veraneantes. Y también los mitos: las hadas que pueblan las cuevas de la montaña.

El resultado es duro y es bello. Y es cruel.

Como la montaña. Que es bella, y es dura, y puede ser muy cruel.

Pero hay más.

Este libro habla de la incomunicación entre seres humanos, que no son capaces de entender a una persona diferente. Y habla de la conexión absoluta con la naturaleza, de una especie de comunión. Viene a decir: estamos más cerca de los animales que de nosotros mismos, existe más amor en la relación con un animal que con un ser humano.

Pero hay más.

Una pregunta final: ¿qué es una bestia?

Según el diccionario: un animal de carga o un monstruo o una persona ruda e ignorante. Esa es la definición oficial. Bérot la cuestiona, nos interroga mirándonos a los ojos, dime, ¿quiénes son las bestias, los humanos o los animales? Y la respuesta no nos deja tranquilos, desde luego que no.

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Autora: Violaine Bérot. Traductor: Pablo Martín Sánchez. Título: Como bestias. Editorial: Las afueras. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

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