El actor Lluís Homar, que regresa al Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida con Memorias de Adriano, defiende que la cultura debe ser también una cuestión de Estado, al igual que la sanidad y la educación, y apela a conocerse a uno mismo en un tiempo marcado por la hiperconectividad.
Una sensibilidad que comparte el actor y director teatral catalán quien, en una entrevista con Efe, lamenta que “los políticos dejan mucho que desear” en los tiempos actuales, ya que “son nuestros representantes y no se les suele ver en un acto cultural”, a excepción de aquellos que ostentan un cargo referente a este ámbito. Por ello, defiende la cultura como un asunto de Estado y reclama un “cambio que repercuta en algunos valores”, convencido de que es algo que está al alcance. “Está en nuestra mano imaginar que eso que ahora vemos, que está tan mal, no está tan lejos de que se pueda transformar para ser un mundo en el que creamos y que nos haga sentir esperanzados”.
Empezó en el mundo actoral con seis años, que para él es su “casa”, y a lo largo de su vida ha encarnado a personajes en series televisivas, como Bajo sospecha o Hispania, la leyenda; en cine, como Ébano y marfil; y teatro, en el que destacan clásicos como Hamlet y Prometeo, este último en el Teatro Romano de Mérida en 2019, al que ahora se suma Memorias de Adriano.
Para preparar este papel y los anteriores, el actor realiza un ejercicio de aproximación a sus personajes: “es como si conocieras a alguien y estás con él” y “te miras a ti mismo con unos ojos distintos” para intentar “rescatar qué de eso resuena en ti”. Todo ello manteniendo las distancias y desde la humildad, porque él es un actor y “Adriano es el emperador del mundo”. Sobre el espectáculo, basado en la novela homónima de Marguerite Yourcenar, ha explicado que recorre la vida del emperador, sus años de reinado, sus triunfos militares, el amor, la amistad, la cultura y su final “en un acto de amor —de la autora— hacia una figura que para ella es un espejo sobre el que merece la pena que nos miremos todos”.
Bajo una lectura contemporánea del texto, pero fiel al mismo, ha explicado Homar, la directora Beatriz Jaén presenta la falsa autobiografía de este político rodeado de asesores, personificados por quienes más influyeron en su historia y en convertir a un joven ambicioso y con ansias de poder en el emperador que también vive, siente y “tiene su parte oscura”. Lo compara con líderes como John Fitzgerald Kennedy y Barack Obama y lo define como una figura demócrata “con una mirada más humanista, más equilibrada, una persona con una sensibilidad con respecto a las artes” que defiende que todas las ciudades tengan bibliotecas, bautizadas como “sanatorios del alma”.
Alejados de esa ideología y valores, el actor señala la “masacre absolutamente intolerable que está pasando en Gaza” y, desde la impotencia ante las injusticias, reclama que “se acaben estos personajes” como Benjamín Netanyahu o Donald Trump. “El ser humano es capaz de lo mejor y lo peor. Ellos nos hacen tirar siglos para atrás y son ejemplos muy claros de que emocionalmente estamos en la edad de piedra”.
En estos tiempos, Lluís Homar apela también a un ejercicio de introspección personal en una era marcada por la hiperconectividad, en la que el “gran desafío” es conectar entre nosotros y olvidar los dispositivos, pues “el tiempo muerto ya no existe. Todos vamos mirando el móvil, estamos constantemente ocupados y preocupados. Ahora tenemos la oportunidad en cada momento de saber que pasa en la otra punta del mundo y no te preocupas por saber cómo estás tú”.
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Fuente: Efe



Este hombre piensa casi igual que yo.si el mundo no cambia,y la gente sigue votando a estos personajes, Trump, Netanyahu,bolsonaro,Miley,etc.ect…
Esto acabará mal, MUY MAL
POSIBLEMENTE EN LA TERCERA GUERRA MUNDIAL,Y NOS IREMOS TODOS Y TODAS AL CARAJO.
BOOOMMMM…MILES DE HIROSHIMAS Y NAGASAKIS Y ADIOS.
Se le ha olvidado nombrar también a Putin, que al invadir Ucrania también nos acerca bastante a otra guerra mundial …
Suena muy bien. Sí. La cultura. Es muy importante. Todos somos cultura.
Pero en esta declaración hay un sesgo oculto. La cultura es una cuestión de todos, sin exclusión. Sin excluir a los que no son de mi cuerda, de mis simpatìas políticas o de mi ceja circunfleja. ¿Cuestión de estado? Es un peligro. Peligro de ser manipulada a la conveniencia de la ideología de turno. A nivel exclusivamente de estado no de gobierno… podría ser, por una entidad independiente como la Corona, quizás.
De acuerdo con lo de Netanyaju o lo de Trump. Pero es imprescindible añadir a esa pareja de descerebrados, también a Maduro, a Putin, a Kin Jon-un… quizás me dejo a alguno.
De acuerdo con Gaza pero es curioso que los de su sesgo no se acuerden para nada del pueblo saharaui, mucho más cercano a nosotros, masacrado y sometido. Los medios y los actores pseudo intelectuales no se acuerdan nunca de esta pobre gente.
Sseñor Homar, quede su conciencia buenista y políticamente correcta, totalmente tranquila en su nube de verdad absoluta.
Saludos.
Muy de acuerdo con lo que expone, señor Ricarrob. Cómo muestra de que lleva usted razón, un botón: de los saharauis llevaban acordándose décadas (yo era muy joven y ya estaban Ana Belén, Bardem y cia. recordándole a Aznar ese asunto). Curiosamente han dejado de acordarse de los pobres saharauis cuando Sánchez cedió ante las exigencias de Mohamed (aún no se sabe por qué… Algo de Pegasus dicen por ahí). Cosas veredes…. Aunque el sectarismo es tan predecible por fanático que ya esas cosas sorprenden poco. Saludos querido amigo.
Pués sí, doña Irene, estimada. El club de la ceja, que creíamos desaparecido, ataca de nuevo. Las incongruencias y los contrasentidos son palpables. Política anti norteamericana por un lado y, por el otro, estechas relaciones con Marruecos que es amigo y protegido de Estados Unidos y que le compra tecnología a Israel.
El dios alado debe de tener la culpa. Los secretos que ha visto y oído desde el cielo del Olimpo deben de ser muy vergonzosos.
Tenemos una caterva de intelectualoides actores y cantantes , todos ellos premios Nobel, que pontifican sobre lo social y lo político sin ninguna base. Pero, tristemente, tienen influencia sobre cierta opinión pública.
Un abrazo.
Ay el de la ceja, que después de resucitar el frentismo y las dos Españas se pasa el día en Caracas o en Peking. Con razón se queda sentado cuando suena el himno estadounidense, porque para él los auténticos demócratas son Maduro y Xi Jing Pin. Un abrazo para usted también, cuídese mucho.