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Los auténticos visionarios del cine no ven las películas

Los auténticos visionarios del cine no ven las películas

Me pasó algo curioso el otro día, cuando terminó la cuarta temporada de True Detective, y fue que había adivinado la resolución de su argumento. Después de ver el primer episodio hace un mes, hice una crítica decepcionada de la serie y dejé de verla. En esa crítica anunciaba quién había matado a Annie, y el motivo de que los científicos hubieran aparecido petrificados en una llanura de hielo. También dije que “las” culpables se irían de rositas. Ahora, finiquitado el show, he leído por ahí resúmenes de su sinopsis que me confirman gratamente como futurólogo. Veo finales.

Al escribir cómo acabaría Noche polar pensé que era muy arriesgado dejar por escrito algo que podrían echarme en cara. No, no termina así la serie, Olmos, te has colado y eres un idiota. Sin embargo, una fe desmedida en la mediocridad ajena me empujó a no tachar ese párrafo.

La mediocridad de True Detective: Noche polar es doctrinal. Toda su primera hora, de seis que tiene, se muestra amordazada por los clichés de nuevo cuño. Según estos clichés, las mujeres son siempre las buenas, los hombres los malos, y nadie con una “identidad” históricamente repudiada puede representar un papel negativo. Así las cosas, la creatividad muere, la imaginación se estanca, las posibilidades de desarrollo de un argumento son muy limitadas, y el espectador —salvo que tenga más de feligrés que de espectador— se aburre y embrutece.

"Si Issa Lopez, artífice de Noche polar, ya sabía lo que quería contar con su cuarta temporada de True Detective, es que no tenía nada que contar"

Estos clichés contemporáneos, como es obvio, son malos por ser clichés, no por las buenas intenciones que los animan. Al igual que la prescripción religiosa o stalinista sobre las artes, o el Código Hays, decirle a un artista lo que tiene que crear y lo que no puede crear, lo que no puede concluir y lo que no puede expresar acaba con la pulsión primigenia de las artes, que es la exploración. Si Issa Lopez, artífice de Noche polar, ya sabía lo que quería contar con su cuarta temporada de True Detective, es que no tenía nada que contar.

Nic Pizzolatto ha sido muy crudo: “…personajes falsos con una emocionalidad forzada y artificial… el trillado y moralista mensaje que ofrece como un llamado a la indignación emocional y moral de la audiencia”. Notemos cómo el cliché, “lo trillado”, está siempre muy cerca de “lo moralizante”.

Cherry picking

La desafección por el primer episodio de True detective fue masiva y muy comentada. Haya escuchado o no términos como “desautomatización” o “función poética del lenguaje”, que indican desde la narrativa escrita la necesidad de descubrir más que de describir, a cualquier espectador debían rechinarle los mecanismos empleados por Issa Lopez en su serie, esa sensación palpable de previsibilidad, obediencia, lugar seguro y adoctrinamiento.

"También la excelente Big Little Lies la protagonizaban mujeres, más mujeres, de hecho, y los hombres eran tontísimos, todo lo cual no impidió que alcanzara grandes críticas y audiencias"

Sin embargo, recurriendo al siempre triunfal cherry picking, se eligió, de todos los comentarios negativos hacia la serie en su debut, los más garrulos e indocumentados, que decían sentirse decepcionados porque las protagonistas eran dos mujeres, porque no salían hombres o porque esas dos mujeres eran “de fuerte carácter”. Así, se señaló enseguida que la serie no gustaba, no por ser malísima, sino porque la protagonizaban mujeres. También la excelente Big Little Lies la protagonizaban mujeres, más mujeres, de hecho, y los hombres eran tontísimos, todo lo cual no impidió que alcanzara grandes críticas y audiencias.

Carlos Boyero consideró “inane” Noche polar, y alguien en Twitter ironizó con la capacidad del crítico para saber que una serie es mala habiendo visto sólo su primer capítulo. Quizá por eso alguien llega a crítico, amigo. No le hace falta sufrir de más.

Otros, como Mikel Iturriaga, escribieron: “Dos razones poderosas para ver True Detective: Noche polar: los bros la odian porque salen muchas mujeres, y a Boyero no le ha gustado nada”. Iturriaga enlazaba una noticia de El País titulada: “La campaña de odio machista contra la nueva temporada de True Detective”.

Todo, en fin, perfectamente disparatado, agotador, desilusionante, ridículo. Realmente da mucha pereza tener que ponerse ahora a explicarle a adultos formados qué es el arte.

"Estos días, de hecho, ando resistiéndome a ver dos películas que me apetecía ver y, al mismo tiempo, sé que no me van a gustar"

Pensando en las películas o series que uno se niega a ver, que deja a la mitad o cuyo visionado demora hasta ese momento en que lleguen a las plataformas, me acorde de algo que cuenta Luis Buñuel en sus memorias, Mi último suspiro. Parece que Buñuel y un amigo suyo, también persona de cine, habían diseñado unos esquemas argumentales infalibles, a base de ver películas sin parar. Así, bastaba que uno le contara al otro el comienzo de una película para que el otro pudiera adivinar con total acierto cómo terminaba.

Estos días, de hecho, ando resistiéndome a ver dos películas que me apetecía ver y, al mismo tiempo, sé que no me van a gustar. Una es Pobres criaturas, de Yorgos Lanthimos, y la otra Perfect Days, de Wim Wenders.

Las imágenes que me llegan (el tráiler) de Poor Things me empachan y, por mucho que a todo el mundo a mi alrededor le haya fascinado la película, soy incapaz de imaginarme sobreviviendo en medio de tanta pastelería cinematográfica. Desde, por lo menos, Delicatessen (1991), sé que no soporto el barroco visual, algo curioso cuando el barroco literario (el exceso en la prosa) suele recrearme.

"Para confirmar estas tres frases, no me veo pagando 10 o 12 euros y perdiendo dos horas de mi vida"

Perfect Days, por su parte, me paraliza la cartera (pago por el cine, sí) por otros motivos. Sé que quiere decirme que la vida sencilla también es disfrutable, incluso si esa vida sencilla se ocupa en limpiar retretes en Tokio. Todo es luz. El mundo está bien hecho. Celebremos el mero hecho de respirar.

Para confirmar estas tres frases, no me veo pagando 10 o 12 euros y perdiendo dos horas de mi vida. Aquí, con todo y que Wim Wenders es un cineasta inmenso, se impone esa sensación de previsibilidad absoluta que destruye el arte: los creadores de Perfect Days saben lo que quieren contar, yo sé lo que me van a contar, ir a ver su película es como ir a misa: una especie de obligación social.

Por lo general, uno debería fiarse de estos presentimientos en relación a distintos espectáculos artísticos, sobre todo si tiene más de cuarenta años y ya ha pagado el peaje juvenil de ser sucesivamente estafado y engañado. A esta estafa ayudan las secciones culturales de los periódicos, y lo hacen en las dos direcciones: convenciéndote para que vayas a ver cosas horribles y disuadiéndote de que conozcas obras valiosas.

Yo aún lamento no haber visto en cines ni Babylon ni Dune, que desistí de contemplar por una manía absurda: hacer caso a los demás.

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Sonia Ojeda
Sonia Ojeda
2 meses hace

Completamente de acuerdo con el contenido del artículo. Moralina barata, clichés que cansan y desarrollo argumental previsible. Aguanté la primera media hora y la eliminé de mis catálogo «Seguir viendo».

Pablo Vázquez
Pablo Vázquez
2 meses hace

Buenas.
Cuánta razón en sus argumentos. En mi caso tengo curiosidad por ver la cuarta temporada y decidir también si completarla o no. Y es verdad que Babylon, incluso con sus imperfecciones, es una película a la que hizo poco favor el boca-oreja o la prensa. Pero sobre todo me gusta su enfoque sobre esta «pompa de prestigio» que se da a mucha cine y serie que se olvida en poco tiempo luego.

Última edición 2 meses hace por Pablo Vázquez
Rogelio
Rogelio
2 meses hace

No soporta el barroco visual pero lamenta no haber visto ‘Babylon’ o ‘Dune’. Ajá.
Vaya pataleta más tonta.

Ricardo
Ricardo
1 mes hace
Responder a  Rogelio

El problema no es la estética, es el fondo al que sustenta. Y decir que Dune es barroca demuestra un alto grado de confusión por tu parte.

Alejandro
Alejandro
2 meses hace

Querido Alberto:

He decidido renunciar a ver todo lo que Hollywood produzca.

PS: Ando de mejor humor.

Todo se reduce a tu línea: «tener que explicarle a los adultos qué es el arte». No me ando con medias tintas, me desagradan mucho las personas que defienden esas producciones y siento que si fueran amigos míos les dejaría de hablar de inmediato.

Mejor aislarnos de ese ambiente. Mi esperanza: los que tengan buen gusto se aíslen en el mismo lugar y así encontrarnos para no sentirnos tan solos.

En este tipo de artículos me siento acompañado.

Antonio
Antonio
2 meses hace

Llega un punto en que se están cargando el cine y las series, y si no, mirad la deriva de Disney. A veces solo viendo el Teaser ya sabes que va a ser la típica historia donde los hombres blancos heterosexuales son malos o tontos, y es tan burdo y adoctrinante, que no sabes si genera más rechazo por la manipulación ideológica o porque tratan a la población como borregos con el cerebro vacío.

Lola
Lola
2 meses hace

No veo más clichés en esta temporada que en las anteriores, las víctimas siempre son o niños o mujeres jóvenes y guapas, trilladísimo. El poli borracho, adicto, putero, aunque buen corazón y buen compañero en el fondo, trilladísimo. Asesinatos rituales con figuritas, iconografías demoníacas, muñequitos,.. trilladísimo. ¿No será que lo que no te gusta es que sean mujeres las protagonistas, y seguramente que aparezca el lesbianismo como algo tan natural como la heterosexualidad, no puede ser que sean prejuicios? Yo también tengo prejuicios, pero al menos lo reconozco.

Verónica
Verónica
2 meses hace
Responder a  Lola

Éste es otro del mismo clan que Nic Pizzolatto. Les fastidia muchísimo que las mujeres sean las protagonistas. Eso parece al menos. ¿Debo de ser muy tonta e ignorante de no saber de cultura y arte sólo porque me resulte una temporada buenísima? El resto de los humanos, excepto ellos como Alberto y Pizzolato, parece ser que si. Los millones de espectadores que han visto la 4 temporada, superando a la 1, debemos de ser muuuu tooontooos según estos dos. A mi esta gente que se cree más listo que el resto…

Carlos
Carlos
2 meses hace
Responder a  Verónica

No solo según estos dos.

Ricardo
Ricardo
1 mes hace
Responder a  Lola

El problema no es que las protagonistas sean mujeres, eso es una gran noticia en esta serie. El problema es que por tener un contenido bello y de sororidad no se pueda criticar el fondo y la forma de la temporada. Es previsible, tramposa y cargada de clichés, y Jodie Foster y la cultura Iñupiat ayudan a masticar pero no a digerir. No por criticarla uno se vuelve machista. Que los machistas la critiquen por eso es harina de otro costal.

Carlos
Carlos
2 meses hace

Bodrio infumable de principio a fin. Me encanta Jodie Foster, y por eso me interesó verla. Indefendible esta serie,

Martha Navarro
Martha Navarro
2 meses hace

Yo si termine de ver true detective 4 y me gustó, es diferente pero totalmente coherente, tal vez a algunos no les gustó porque aparecen muchas mujeres, las culpables son mujeres, es en un lugar diferente, pero eso ya son sus prejuicios y misoginia. La actuación de las protagonistas es impecable, en cuanto a los fantasmas, se considera como es la cultura en esos lugares, también diferente. Yo si me quedo en espera de true detective 5. La primera me gustó mucho, la segunda y tercera deje de verla en el segundo capitulo. Creo que pueden venir muchas cosas buenas con true detective.

Iñaki izar
Iñaki izar
2 meses hace

Si te predispones confirmas. Seguro que oppenheimer te ha gustado pese a las tres horas. Eso sí, a que la has visto doblada al español,?

Elsa Rodriguez Garcia
Elsa Rodriguez Garcia
2 meses hace

Coincido absolutamente, hacia mucho tiempo que no veía algo tan previsible y absurdo hasta casi cómico como la cuarta temporada de True Detective. Desde ya era muy difícil superar la primera ,aunque no tanto la segunda y la tercera, realmente está última un bochorno. A no perder tiempo, puede pasar al camino del olvido con toda comodidad

Ricardo
Ricardo
1 mes hace

En el fondo «Noche polar» y «Poor things» son tristes mellizas. Intentan ocultar la mediocridad de su guión y su falta de discurso a través de la estética. Atacan al feminismo cuando pretenden abanderarlo y demuestran, con su enorme aceptación popular, que el gran público no tiene herramientas para detectar lo vacío de sus discursos. Triste y preocupante, ya que una enferma que no reconoce su dolencia no quiere tratamiento alguno. Gracias por tu clarividencia y tu buen hacer.